¿Escuchas eso? Es mi corazón, no... es el tuyo. No, espera, eso no tiene sentido.
Ni siquiera sabes la historia.
Muerdo mi labio inferior con nerviosismo y trato de cerrar mis ojos.
Otra vez, no.
Es difícil concentrarme, quizás es mi edad o tal vez es el sentimiento de culpa por hacer que mi nieta me dejara a solas por unos momentos.
Una vez dije que iba a contar la historia de un corazón humano, y que mejor que hacerlo cuando este está a punto de olvidar...
Mi respiración comienza a hacerse lenta, el silencio de la habitación hace eco en mis oídos, y mis ojos se cierran hasta que mi mente comienza a divagar entre los recuerdos de aquel día...
Aquel día donde nuestro primer encuentro ocurrió.
Pasajeros del vuelo 516, favor de pasar a la entrada B-3.
—¿Estás segura de que lo quieres hacer? —Repitió Ethan con un tono de tristeza y melancolía en su mirada. Lo extrañaría mucho a pesar de todo.
—Es hora de volver, Ethan. No importa que mis padres hayan decidido olvidar que tienen una hija, yo... me las arreglaré como pueda. —Le dije con una voz tranquilizante. Tenía que empezar a enfrentar mis miedos, y ese encuentro era uno de ellos. Las cosas tarde o temprano iban a ocurrir y no le quería dar más vueltas al asunto.
—Sabes que te puedes quedar conmigo todo el tiempo que necesites, Lucy. —Insistió el pelirrubio. Sonreí al apreciar su actitud, Ethan Wells podía ser insistente cuando quería.
—No voy a desperdiciar un boleto de avión, Wells—musité con un tono bromista mientras golpeaba su hombro en forma cariñosa.
—Prométeme que volverás para Navidad—respondió resignado.
Ethan Wells era mi mejor amigo desde que estábamos prácticamente en pañales, era mi roca, mi roble, la persona por la cual daría mi vida sin dudarlo. El rubio era sumamente protector conmigo, era dulce y escuchaba mis problemas. Además, siempre me aconsejaba de manera lógica y con profundidad. Pero yo solo seguía el veinte por ciento de sus consejos, y aun así, él no había perdido la fe en mí. Por eso lo quería.
—Lo prometo, sabes que tú y Zoey son lo más cercano que tengo a una familia. —Sonreí con ternura.
—Ella se va a molestar mucho, ¿lo sabes? —Me preguntó advirtiéndome mientras elevaba sus cejas.
—Ella sabe que cuando se me entra algo en la cabeza, es más fácil tener una cita con el presidente que sacarlo de ahí—murmuré riendo.
—Lo sé, las dos pueden llegar a ser horriblemente testarudas—explicó con una sonrisa resignada.
—Te voy a extrañar un montón, cavernícola. —Sonreí para luego darle un beso en la mejilla mientras él me rodeaba con sus brazos.
—Yo más, pequeña Lucy. —Me dijo con un brillo de tristeza en sus ojos.
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Un Corazón Humano
RomanceEs impresionante todo lo que puede hacer el corazón. Lucy lo sabía. ¿Pero qué ocurre cuándo este se va desintegrando poco a poco?, ¿Qué ocurre cuando los sentimientos son muy fuertes y el tiempo es limitado?, ¿Qué ocurre cuando aprendes a amar con é...