Capítulo.6

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No habían pasado más de dos horas desde lo sucedido, él pelinaranja se había desmayado después de dar él gritó, su cuerpo colapsó por todas las sensaciones.
El joven de lentes estaba muy preocupado, nervioso, triste y casi ya no le que esperanza, sus manos temblaban cada vez que le acariciaba el cabello de su amigo cuándo lo consolaba, ya estaba al borde del llanto pero no quería que el de cabellos naranjas lo notará.
El de cabello rubio platino estaba igual de preocupado que el de lentes, sus pensamientos se llenaban de cosas qué no quería qué pasarán, mientras el joven osó sólo caminaba de un lado a otro atormentado por sus pensamientos negativos qué hacían que se de desesperarse cada vez más, las agujas del reloj sonaban en aquél lugar, sus pensamiento cada vez eran más y más horribles ¿Si luzu muere que pasará con Lolito? ¿Se volverá loco? ¿Volverá a asesinar? ¿Cometerá alguna locura? ¿Sería capaz de acabar con su vida? Todas esas preguntas estaban en sus mentes y él miedo se estaba apoderando de ellos.
Los minutos pasaban lentos para aquéllos jóvenes qué cada minuto se desesperaban más y más, el joven oso empezaba a perder la paciencia cuándo la puerta se habría dejándo ver al pelinegro y al doctor saliendo de la habitación.
Ya sabía que todo era demasiado difícil par el joven pelinegro, así qué abrió sus brazos para consolarlo.
El pelinegro sin pensarlo abrazo al joven osó, ya no aguantaba más toda la situación lo estaba llevándolo aun límite qué él no quería llegar, su cabeza estaba apollada en el pecho del joven osó mientras soltaba pequeños sollozos, sólo quería llorar, ver en aquel momento la máquina de las pulsaciones de su amigo baja eso lo asustó de sobre manera,su cuerpo  se paralizo en ese momento si no fuera por la voz del joven doctor gritando que despertara de ese trance de miedo, tal vez si seguía  asi no habría podido ayudar a que su amigo se estabilizará, al sentir las caricias el joven osó en su espalda se empezó calmar sus nervios  y tristeza.
El joven doctor supo qué era duró para él pelinegro cuándo vio las pulsaciones del castaño, se paralizó del miedo y no sabía qué hacer, por suerte le hizo reaccionar rápido para qué lo ayudará, su vista se fijó en los demás.
-Luzu está estable por ahora.-Su voz era seria pero le estaba costando hablar por el nudo en su garganta.-Si no fuera por qué Lolito gritó Luzu ya no estaría.-
El joven de lentes empezó llorar otra vez, pero sintió los brazos del joven rubio platino abrazandolo para consolar esa tristeza que tenía, todo era demasiado, no quería qué éso pasará. Todos están muy preocupados pero intentan ser fuertes para mantener la esperanza de qué su amigo vuelva con ellos para qué todo vuelva a estar cómo antes, el joven doctor estaba preocupado su pecho le dolía, tenía un nudo en la garganta qué casi no podía hablar bien, le gustaría encontar al qué le hizo éso al castaño para golpear su cara para soltar toda la frustración qué tenía. El pelinaranja estaba ajeno a lo qué pasaba a su alrededor, en su mente se repetían sus recuerdos, las cosas malas qué hizo siempre están hay atormentandolo pensado que siempre será así pero una sonrisa llena de cariño lo calmaba cómo aquellas manos cálidas cogian sus mejillas con suma suavidad y las acariciaba, aquéllos besos suaves que amaba, sus ojos transmitiendo su cariño en él, los recuerdos con su pareja lo mantenían cuerdo ante su horrible pasado, no quería perderlo, uno de los recuerdos qué más atesora fue él momento qué le pidió ser su pareja, todo ése día estaba planeado gracias a sus amigos, aún qué nada salió cómo ellos lo planearon y sólo pensó en que era una mala idea, recuerda acompañarle hasta su casa para qué llegará bien y qué no le pasará nada, su vista en ése momento fue hermosa para sus ojos era cómo ver un ángel frente a el, el atardecer iluminando su figura, mientras el viento movía sus cabellos castaños cómo si estuvieran bailando, sus ojos brillando ante la hermosa vista de su casa, en ese momento sintió un gran sentimiento cálido en su pecho, él era un pecador ante un ángel que le estaba dándole una segunda oportunidad, no sé lo pensó dos veces sólo sé acercó a él y sé confesó de la manera más tierna qué pudo en ese momento. Al ver aquéllos ojos brillando con intensidad cuándo sé confesó sólo con eso supo qué él sentía lo mismo qué él, aún qué gracias a unos gritos esa escena romántica sé rompió al ver qué dos de sus amigos huían corriendo del joven de cabello oscuro qué los perseguía, él se iba a quejar pero sus oídos fueron llenados de la hermosa y cálida risa del castaño que estaba divertido por la escena de sus amigos. Ese recuerdo lo guardaba cómo si fuera su mayor tesoro y no quería perder.
El se empezó a despertar, al principio su visión era borrosa, después de pestañear varias veces su vista sé volvió a enfocar, sé levantó con cuidado para poder sentarse y mirar a su alrededor, estaba algo aturdido pero no tardó mucho en recordar lo sucedido y eso lo asustó de gran manera qué empezó a desesperarse, escuchó unas voces conocidas, pudo ver al joven doctor con el joven de lentes entrar a la consulta, el no tardó en correr hacía ellos.
-¡¿Auron cómo está Luzu?!-Su voz se notaba desesperada mientras lo cogia de la camisa, sus manos temblaban por miedo, tristeza y desesperación.
-Calma Lolito.-Su voz sonaba calmada, mientras tomaba las manos del pelinaranja.-Luzu está estable.-
Ésas palabras calmaron al pelinranja, soltando a Auron suavemente mientras sé calmaba, el joven de lentes acariciaba su espalda para reconfortarlo con su cariño.
-Mangel lleva a Lolito a comer, tendrá hambre después de haber dormido toda la mañana.-La voz de Auron era calmada mientras miraba a Mangel.
El sólo asintió tomando la mano de su amigo y llevarlo fuera de la consulta para qué comiera algo, aún qué él no estaba muy de acuerdo de irse de la consulta pero tenían razón tenía hambre y al parecer durmió toda la mañana ya que antes de irse con Mangel pudo ver en el reloj estaban marcando las dos de la tarde.
Pudo ver cómo Lolito y Mangel sé iban de la consulta, cuándo dejó de ver los se sentó en una de las sillas, aún qué fuera fuerte no podía aguantarlo más, ver cómo su amigo y primer amor sé iba delante de sus ojos era demasiado, no sé contuvo mas y empezó a llorar.
-Luzu no te rindas.-Susurro mientras sus lágrimas caían por sus mejillas, su vista estaba enfocada en aquella puerta.
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¿Dónde estaba? Corrió hacía aquélla persona de cabellos naranjas pero desapareció, sólo quería saber qué era ése sentimiento qué inundó su pecho al verlo. No sé va a rendir va a buscar por todo él lugar hasta encontrar a esa persona, estába tan hundido en sus pensamientos qué no notó qué aparecieron más personas enfrente de él pero no estaban muy lejos y al mismo tiempo detrás suyo la luz blanca volvía a aparecer.
-Luzu, Luzu, Luzu.-Varias voces se escucharon a su alrededor sacándolo de sus pensamientos.
Su mirada pasó desde la luz hasta las personas qué lo llamaban y extendían su mano hacía el, miró detenidamente a cada una de las personas, se le hacían conocidas las personas que estaban hay pero eran borrosas, pero cada uno tenia algo particular, uno era un joven de lentes, otro un joven pelinegrio en punta, un joven tenia orejas de oso, otro era un joven búho,un joven de cabello rubio platino, un joven de casco que se le hacia  muy conocido, un joven de cabello negro con un piercing, hasta que su vista solo se enfoco en la persona pelinaranja que tanto estaba buscando. Otra vez ése sentimiento, sin pensarlo y sin dudar se estaba acercando a ellos o eso pensaba.

-Despierta-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora