Cerca de veinte hombres armados se internaron en el laberinto de contenedores apuntando cuidadosamente a cada rincón oscuro que encontraban, numerosos por la poca luz que llegaba a filtrarse de entre los almacenes más cercanos. Lentamente fueron dividiéndose en silencio y acordaron barrer todos los pasillos acercándose al puerto donde seguramente yacería su presa. Los chicos, escondidos y muy cerca de ellos, se arrastraban vigilándolos y atrayéndolos a espacios más cerrados. Un destello rojo arrastró al último de un grupo de tres hombres que al apenas notar la ausencia de su compañero desaparecieron también en la oscuridad. Sin ruido, poco a poco, cada hombre que quedaba en las retaguardias fueron abducidos de sus grupos, dejando a los últimos hombres agrupados en un claro que perdía su ventaja conforme una espesa neblina envolvía las cercanías del agua.
"Mierda, ¿Qué está pasando aquí?" preguntó uno de ellos.
"Al parecer esos mocosos encontraron alguien de peso"
"No responden" el hombre tiró el intercomunicador al suelo con furia, algo no le cuadraba en toda la misión.
"¿No eran un simple grupo de niños?"
"El doctor no dijo nada sobre esto"
El desconcierto que les producía no saber exactamente a qué se enfrentaban los obligaba a arrinconarse cada vez más en un intento de evadir la primera fila. Cuando escucharon pasos acercándose hacia ellos apuntaron en todas direcciones con los dedos temblorosos por el eco que hacía imposible de distinguir el origen del sonido. ¿Cómo habían acabado en tal situación? Las órdenes no iban más allá de asaltar por sorpresa a un grupo de contrabando que era parte de Takasekai y obtener sus armas eliminando a cualquiera que esté en las cercanías del puerto y, aunque a primera vista eran simples niños los que se encontraban por ahí, nada los habría sorprendido más que se expusieran a tantas pérdidas por deshacerse de un par de mocosos.
"¿La Port Mafia fue siempre así de incompetente?"
Los pasos ahora eran claros y una delgada figura se acercaba.
"¿O es que soy una amenaza contra la que no pueden competir?"
Chuuya terminó con el pequeño grupo en un vaivén rojo de patadas y puñetazos que no dejaron ilesos a los viejos contenedores que fácilmente se rompieron. Apenas pudo hacerse con uno que aún caminaba lo tomó del cuello y dejó en claro que sería él quien los buscara la próxima vez. Los cuatro chicos escondidos salieron para recibir a Chuuya y gritar de alegría por haberlos salvado de lo que ya creían sería su última aventura. Nada extrañaba a Chuuya como aquella calidez que encontraba dentro de aquel grupo: Sheep, las ovejas que recorrían las calles de Yokohama en busca de nuevos reclutas capaces de demostrar junto a ellos que la juventud podía medirse en las grandes canchas de las organizaciones criminales, delincuentes que de lío en lío se toparon con Chuuya e inmediatamente quisieron unirlo a sus filas, es más, Chuuya sabía que no era suficiente pararse a su lado pues ahora ya se había ganado su admiración y confianza hasta un punto tal vez demasiado alto para él.
"¡Lo sabía! ¡Eres genial Chuuya!, ¿Cómo es que eres tan fuerte? ¡Ni siquiera tuvieron una oportunidad!"
"¡Seguro que eres el más fuerte de Yokohama! ¡Con la mejor habilidad de todas!"
"¡No es eso!" repuso Chuuya levemente sonrojado "Es un simple as en la manga, sólo eso"
Los chicos lo rodeaban felices de estar a su lado aún a pesar de las heridas claramente dolorosas para ellos. Ahiko, el primero que conoció a Chuuya, sonrió ladinamente, los tranquilizó, se acercó a él y le puso una mano en el hombro.
"Vinimos a buscarte Chuuya, gracias a ti Sheep puede tener una oportunidad, este es tu lugar ahora, ven con nosotros"
Chuuya nunca quiso formar parte de un grupo y hasta entonces siempre había actuado solo en su máxima misión de develar su identidad. O eso pensó hasta el día en el que se cruzó con Ahiko y juntos se deshicieron de una pandilla peligrosa que amenazaba con quitarles dinero. A diferencia de otras personas que lo conocían e inmediatamente lo evitaban, Ahiko quedó impresionado con sus habilidades y no dejó de seguirlo y suplicarle que fuera con él a la base de Sheep para presentarles a un valioso nuevo miembro. Como no lo ignoraba por completo de alguna forma se hicieron amigos y hasta conoció a sus camaradas, todos con la misma súplica.
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Doble negro / Soukoku
FanfictionLa vida en la mafia es macabramente triste, asi que, por que no divertirse?