𝗗𝗘𝗩𝗜𝗟 ; yehyun.

OO3⠀⠀⠀⠀: ⠀⠀💥

— Agh... -Sostuvo con sus manos su propio estómago, quería vomitar ahí mismo, pero no lo haría. Subirse a la montaña rusa fue la peor decisión en sus diecisiete años de vida, todo daba vueltas a su rededor, ¡estamparía el hocico contra el suelo!

— ¡Les dije que no lo obligaran a subirse, yo conozco a KyuKyu y...! -Fue interrumpido por su novio, quien jadeó de forma indignada, posando una de sus manos contra su pecho, arqueando su espalda para exagerar más. 

— ¡¿Insinúas que yo no conozco a KyuKyu?! ¡Lo conozco más tiempo del que tú, rata de dos patas! -Y tiró su la diadema con orejas de Mickey Mouse con la misma indignación, y desviando totalmente el tema, dejando morir del asco a Kyuhyun quien sólo veía con el ceño fruncido y sus labios abultados a sus dos mayores. 

Shindong ni siquiera estaba para apoyarlo, había ido a comprar algo y se desvió de ellos, eso fue antes de que Cho sintiera las náuseas abundantes, terribles, que hasta le daban ganas de hacer berrinche al no tener el apoyo de nadie.

— Iré a casa... -Murmuró, y ni siquiera con eso llamó la atención de la pareja, cosa que lo hizo irritarse y sentirse peor.— Malditos... -Escupió, arrugando su nariz en reproche, comenzando a caminar rumbo a su casa. Debía llamar a su hermano, pero la verdad no quería molestarlo, él podía cuidarse solo, sí, y no estaba nada lejos de su casa, era a dos o tres bloques. Volver no se le haría tan difícil, de igual forma, sus amigos le deberían una.

. . .

— Primer cajón del mueble junto al sillón. -Repitió las indicaciones de su hermano menor, mientras sacaba la llave de su hogar, abriendo con ella la puerta principal de su hogar. Dejando pasar a Yesung por simple educación, entrando justo después y cerrando la puerta una vez estuvieron dentro.

— Huele a... -Se detuvo en la entrada a la sala, olfateando con atención el aroma impregnado en el lugar.

—  Ni se te ocurra joderme con que huele mal o cosas así, mocoso, no tengo tiempo para tus idioteces. -Escupió, Heechul, quien se dirigió hasta el mueble junto al sofá, lugar donde se detuvo al percibir el mismo aroma, arqueando una ceja, muy confundido, juraba no estaba.

— ¡No, no! Sabes que yo no soy de burlón como Kang o Hae. Pero huele muy...

— Dulce. -Terminó la frase del más alto, logrando la atención total del mencionado, haciendo que volteara a verlo con intriga por el mismo olor, como un perfume.

Se escucharon pasos desde la planta alta, pasos que descendieron por las escaleras, logrando que al principio captaran el instinto de defensa de ambos estafadores. Al menos hasta que el mayor de ellos reconoció el brinco aniñado de estos al estar bajando las escaleras.

Kyuhyun se asomó, esbozando una gran sonrisa al ver a su hermano mayor ahí, wow...podía decirse que llegó temprano. El castaño rio ante ese pensamiento bromista de su parte. Su sonrisa se borró cuando notó que venía acompañado. 

— Ah, eres tú, casi me das un infarto, pensé que era un ladrón o algo. ¿No estabas con tus amigos? -Mientras preguntaba comenzó abriendo el cajón del lugar, buscando entre las cosas el brazalete necesitado, esperando la respuesta.

El menor no dejó de mirar de reojo al compañero de su hermano, jamás había visto a los amigos o compañeros del mayor; sólo conocía a un tal Teuk y a un chico de nacionalidad china que ya no veía desde hace un buen tiempo. Éste chico era bastante nuevo, era más claro que ni en otro lugar lo hubiese visto; azabache, su tez algo más oscura que la suya, alto, casi a la altura de su hermano mayor, y era muy delgado, parecía ser fan de los anillos, llevaba bastantes en las dos manos. Hizo una mueca.

— Me sentía mal, estaba mareado, y tenía ganas de vomitar, pero Min y Ryeonggu empezaron a pelear por quién me conocía mejor y me ignoraron por completo. -Respondió en pocos segundos luego de haber recibido aquella duda.

— ¿Y Shindong?

— Comprando en algún lugar de la feria. Así que vine caminando, porque no está tan lejos, y lo máximo que podía pasar era que vomitara en medio de la calle. 

— Debería hacerte un chequeo, ni siquiera me diste el abrazo de "Bienvenido, hyung precioso", ven. -Sonrió algo bromista, pero después desapareció esa misma sonrisa, pues el menor negó, él nunca se negaba sus abrazos, y de hecho, Heechul nunca debía repetir o indicarle eso porque el castaño era quien lo hacía por su cuenta.— ¿Por qué no? 

El más bajito movió su cabeza algo apenado, pero tranquilo de que el compañero del mayor no supiera a que se refería; cualquiera pensaría demasiadas respuestas, pero iba más allá de algo gracioso o tenebroso, la razón de Kyuhyun era válida en cuanto a sus sentimientos y su salud mental.

— ¡Tú, niño anime! -Exclamó Heechul apuntando a Yesung, quien estaba totalmente perdido en el tema, y puso atención al mayor cuando lo apuntó.— Ve afuera, te alcanzo en unos minutos, tengo que arreglar algo, ¡ya, fuchi! -Y con rapidez, el mencionado salió.

Demonios, ¿qué había sido eso? Aquello podía malinterpretarse de muchas formas, y no quería hacerlo, no quería sacar conclusiones a lo idiota, incluso si moría de curiosidad por la situación que había presenciado.

Una vez estuvo fuera de la casa ajena, trató de no pensar en eso. Diablos, el simple rostro del más bajo era tan precioso, ya le gustaba, incluso sin tener que ver lo demás que lo conformaba como un ser humano, pero ya podía hacerse una idea de que era igual de hermoso. Estaba lleno de un mal hábito: acostarse con quien le pareciera atractivo o atractiva, complacerse a sí mismo, algo muy fácil. 

Era la primera vez que no debía ver el cuerpo del individuo para caer por completo...quizá sólo estaba confundido, sí...quizás la curiosidad que había arrastrado por conocer al hermano de su compañero era que le estaba jugando una mala pasada, sí...debía ser eso.

La puerta se abrió detrás de él, su mirada fue hasta ésta misma, logrando toparse con un Heechul diciendo "¡Vengo en un rato!" y cerrando la puerta después de escuchar un "¡Con cuidado, te quiero!" como respuesta.

— Cero preguntas, andando. -Y, con ello, emprendieron paso al lugar de encuentro nuevamente.