No era demasiado tarde, pero las oscuras nubes habían cubierto casi toda luz del sol y daba la sensación de que la noche estaba cerca cuando aún quedaban algunas horas para que la luna se hiciese presente en el cielo.
Un chico joven corría bajo la lluvia apurado,salteando a la multitud que también huía entre quejas en busca de algún lugar donde refugiarse debido a que la tormenta había aparecido sin previo aviso, pillando por sorpresa a la mayoría de las personas.
Tras varios minutos sin detenerse, el joven dio por fin con un lugar donde esconderse de la lluvia; alguien se había dejado la puerta abierta de un bloque de pisos y no dudó en meterse en el interior,allí buscó un lugar donde sentarse y no se le ocurrió mejor sitio que el último escalón de la escalera.
Agotado por la carrera trató de normalizar su respiración agitada e inmediatamente comprobó que el interior del maletín escolar que había mantenido pegado al pecho todo el tiempo estaba bien, y por suerte ese fue el caso.
-Menos mal..-Suspiró aliviado al tiempo que cerraba los ojos unos segundos antes de volver la mirada a la puerta.
Bien,había llegado allí huyendo de la lluvia,la había evitado, pero ahora,¿cómo iba a regresar? Lo mejor sería esperar hasta que escampara ,pero hacía frío, mucho mucho frío..
Ahora su pequeño cuerpo se debatía entre pequeños escalofríos que le hacían temblar y tiritar cada vez con más fuerza, sabía que no iba a servir de nada, pero terminó por abrazarse a sí mismo en un tonto intento de mantener el calor corporal. >.
~Ciel.~
Entonces calor. Calor en mi espalda.Desconcertado giré un poco la cabeza y pude ver detrás mía a una niña más o menos de mi edad; su hermosa cabellera negra caía a tirabuzones por sus hombros, y sus carnosos labios se curvaron en una suave sonrisa al encontrarse con la mirada de mis ojos miel, los suyos, azules, me embobaron al instante. Eran tan claros que parecían de otro mundo,imposible no perderse en ellos. La chica era bella, eso sin duda.
-¿Estás bien...? -Preguntó con una voz suave y amable. Vaya, no solo su aspecto derochaba gentileza.- Estás temblando y empapado...-Vi su vista dirigirse a la puerta y después alrededor de mi para, finalmente, depositarla en mi rostro una vez más.- No tienes paraguas,¿eh..? ¿Y si vienes a mi casa? Estarás mejor que aquí.. ¡Mh! Soy Ana, mucho gusto. -Tendió su mano y supuse que quería que se la estrechara, así que sin más lo hice.
Yo soy Ci... ¡Espera! -Casi grito cuando tiró de mi y me obligó a levantarme y seguirla por las escaleras,ignorando todas y cada una de mis quejas.
¿Dónde me llevaba?¿A su casa?¿Se atrevería a llevar a un desconocido a su casa? Debía estar loca, o tal vez el loco era yo, que sin darme cuenta me estaba dejando llevar por el calor que desprendía su mano.
-¡Hermanito! Ya estoy aquí. - Gritó la pelinegra en cuanto entramos en el piso,
¿Hermanito?
-¿Ya? Pero si acababas de irte. -Gruñó una voz masculina a lo lejos, demasiado grave para ser la de un niño pequeño como había deducido tras lo de "herma-NITO".
La chica volvió a tomar mi mano libre y tiró una vez más de mi mientras hablaba en un tono alto, seguro para ser oída por el otro.
-Traigo visita, ¡lo dejo en tú cuarto!
-¿Ah? ¿Otra vez? Oye Ana,espera,no,deja de meter gente en casa ,¿me oyes? ¡Y menos en mi cuarto! ANA. -Se quejó de nuevo aquella voz masculina,la cual escuché resoplar a duras penas detrás de la ahora cerrada puerta.
Quise hablar pero...
¡Ah! ¡Voy a llegar tarde! -Se hizo escuchar la chica. Se acercó a mi y yo, como tonto, me encogí ruborizado. No estaba acostumbrado a tener personas cerca, y menos a personas tan bonitas como lo era ella. Agarré mi maletín con ambas manos y agaché la cabeza, escuchando una pequeña risilla por su parte.-No tienes que ponerte nervioso...solo voy a coger mi chaqueta. -Y dicho esto, el calor que momentos antes había resultado tan agradable desapareció al instante. Así que era eso..su chaqueta, y seguro que la había mojado,apresurado se dispuso a abrir la boca para hablar y disculparse cuando, de nuevo, ella lo interrumpió. - Tengo que irme, pero tu puedes quedarte aquí hasta que el tiempo mejore. También puedes usar la ducha, y será mejor que te cambies de ropa... -Me miró de abajo a arriba y luego negó con la cabeza, dejando escapar otra risilla. Me indicó dónde se encontraba el cuarto de baño y de dónde coger la ropa(todo dentro de aquella misma habitación), y después,se despidió sonriendo y lanzando un sonoro "cuidate" antes de irse.
Vale,y ahora qué ..¿qué cojones hago yo ahora? Me dije soltando el maletín y alborotándome el pelo con frustración.
¿De verdad esa chica era tan confiada de dejar a un extraño solo en su casa? ¿Y si le robaba? ¿Y si....? Ah,que no estaba solo, su "hermanito" también estaba allí. Espera.. ¿y si me querían secuestrar,vender mi cuerpo o algo peor... quitarme los órganos para ganar dinero? Bueno,si ese era el caso ya no tenía escapatoria, lo mejor sería ducharme y ponerme calentito para no resfriarme y que al menos, si me vendían, que fuese a buen precio.
Una hora después me encontraba duchado y vestido; en el torso una camiseta de pijama negra y ancha, tanto que la manga derecha se empeñaba en deslizarse por mi hombro por muchas veces que la colocara en su sitio y, en las piernas, unos pantalones grises que tuve que remangar en la cadera para no pisarlos. Todo me quedaba enorme...ahora entendía la risa de Ana.
Llevaba minutos debatiéndome entre si salir o no de la habitación pero, cuando al fin me decidí y puse la mano sobre el pomo de la puerta, esta se abrió repentinamente haciéndome tropezar y dejándome ver a un chico alto y atractivo,el cual me dedicó una mirada tan fría que provocó que cada poro de mi piel se erizara.
- Largo.
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Será esto a lo que llaman...¿amor?
RomanceAmor...¿Sabeis de qué hablo? Sí, de ese sentimiento tan intenso y fácil de confundir con el querer. Se puede querer a los padres,hermanos, primos, se puede querer a los amigos, a los animales, incluso a la comida... Pero amar,solo se puede amar a un...