03

341 33 15
                                        


Abro los ojos un poco irritado por la luz que daba contra mi rostro me sentía un poco aturdido que no tenía muchas fuerzas para ponerme de pie, parpadeo algunas veces aclarando mi vista y mirando a mi alrededor, me encontraba acostado encima de una cama un tanto vieja en una habitación muy pequeña, parecía una celda literal.

Me siento en la cama dándome cuenta que traía otra ropa puesta, una simple bata blanca y estaba descalzo ¿Dónde mierda estaba? ¿Qué clase de broma era está? Tenía que salir de aquí a como de lugar.

Me pongo de pie acercándome a las rejas que efectivamente estaban cerradas con llave ¿Me vieron cara de perro o qué? Trato de ver más allá pero lo único que pude notar era que habían otras celdas, no estaba seguro si habían personas ahí dentro ya que el lugar estaba un poco oscuro y ni me dejaba ver bien, el único lugar por donde entraba luz era por esa pequeña ventana que estaba al lado de mi cama.

— ¡Alguien! ¡Ayuda! ¡Necesito salir de aquí! —

Grito lo suficientemente alto para que alguien me escuche, el miedo se estaba apoderando de mí y es que si en verdad era un tipo de broma, le iba a caer a golpes al responsable ya que no me estaba gustando para nada todo este rollo.

Escucho murmullos y pisadas fuertes acercándose, retrocedo un poco de las rejas hasta divisar a un chico grande con traje y otro a su lado que también traía un traje de color negro.

— ya despertó el bello durmiente —dijo uno de ellos sonriendo de una manera que me da asco de inmediato— ¿Durmió bien, su alteza?

— que te jodan —

Mi actitud en estos momentos no era la adecuada ya que no sabía muy bien que tipos eran ellos o que cosas podían hacerme. Mi respuesta cabreo a ese sujeto pero el otro le susurró algo que no llegue a escuchar pero logró que se calmará un poco y volvió a poner esa asquerosa sonrisa.

— tu valentía no te durará mucho Omega, vas a ver quién está al mando aquí. —

De su bolsillo saca un manojo de llaves, busca una en específico y abre mi celda, me hago más para atrás pero en eso el sujeto me toma del brazo y me pone un tipo de esposas raras en mis muñecas, forcejeo pero su fuerza es mayor que la mía por lo cual me arrastra fuera de ese cuarto pequeño para ir a quien sabe dónde. En el camino me doy cuenta que efectivamente habían personas en las demás celdas, mujeres y algunos hombres que la mayoría eran omegas, me doy cuenta por su aroma.

Saliendo de ese lugar que parecía un sótano, pasamos por una puerta que estaba muy asegurada con candados y al otro lado lo que vi me sorprendió mucho, era un lugar elegante lleno de cuadros en las paredes de algunos pintores famosos de seguro, algunas mujeres vestidas de empleadas limpiando y llevando cosas de aquí para allá ¿Qué era todo esto? ¿De quién era está casa?

Subimos por una escalera que estaba decorada con una alfombra de color cenizo, llegando a la segunda planta veo muchas puertas que no tenía ni idea a dónde llevaban. Nos detenemos en una en específico, quiero preguntar que cosa hago aquí pero ellos abren la puerta y me empujan dentro haciendo que caiga de rodillas.

— maldición... —jadeo de dolor por la caída.

— espera en la cama y no toques nada, al jefe no le gustan ratas rebuscando entre sus cosas —y sin más se van dejándome en esa habitación sólo, a puertas cerradas.

Con un poco de dificultad, ya que tenia las esposas puestas, me pongo de pie y veo las cosas que se encontraban en esa habitación que era muy grande. Tenía una cama muy elegante en el centro a sus lados habían ventanas largas con cortinas blancas que se movían por la brisa del viento, en las paredes habían más cuadros y a un lado un sofá rojo, una mesita de noche al lado de la cama y otras cositas más que no tenían mucha importancia.  Todo el lugar era muy elegante pero sin llamar tanto la atención, también había otra puerta pero está era de color blanco por lo cual deduje que era la del baño.

El Omega┊͙VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora