Son las tres de la mañana y no puedo dormir, el recuerdo de esas noches me atormenta.
Cuatro años han pasado y aún puedo sentir, aún sigo llorando como lo hice aquella vez.
Cuatro años han pasado y aún me pongo tensa cada vez que alguien me toca, acaricia o roza mi piel, ya sea accidental o intencional, con o sin malicia.
Cuatro años han pasado y mi inseguridad no se ha ido, no hay pruebas, "no fue nada, seguro te confundiste", pero dentro de mí hay una marca que no se borra.
Cuatro años han pasado y me dan escalofríos cuando mi hermano de seis años me acaricia la espalda para ayudarme a dormir.
Pensé que el recuerdo no duraría, pensé que el sentimiento se olvidaría, que las sensaciones las dejaría, pero siguen y a veces están con intensidad.
Cuatro años han pasado y sigo sin poder mirarte a los ojos, sin poder hablarte como antes lo hacía, sin poder compartir un espacio a solas, sin dejar de sentir repulsión y miedo cada que estoy a tu lado.
Me da ansiedad oírte llegar, tus palabras lastiman, me da miedo hacer algo y que te desagrade, me da miedo que me veas dormir, me da miedo estar vulnerable.
Cuatro años han pasado y aún lloro por la madrugada, mi barrera de defensa hacia tu persona crece más con cada palabra que sale de tu boca.
Son las cuatro de la mañana, aún no lo supero y tengo miedo de no hacerlo nunca.
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Para quien quiera leer
RandomUn día debes tomar una decisión, seguir viendo como todos cumplen sus sueños o empezar a cumplir los tuyos. Ese día puede ser hoy, tú decides.