Capítulo 2

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Cerré mis ojos y comencé a explicar desde el principio aquello que carcome mi alma desde años atrás...

Mi secundaria fue un tanto extraña, la escuela nueva, niños nuevos, maestros y hábitos tan diferentes a los que estaba acostumbrado que me descolocan de la realidad, no quería esto, no si debía esforzarme tanto para agradar a mis padres... Pero vamos, nada dependía de lo que yo quisiera o no así que solo hice las cosas lo mejor que pude.

Yo era aquel joven que se sentaba hasta atrás, participaba poco, habla mucho menos y se sonrojaba cada que tenía que pasar a exponer o hablar frente a sus compañeros. Los primeros dos años fueron normales, todo monótono y sin sentido, que creía terminaría igual el siguiente grado, hasta que nuestra clase de educación física se juntó con el segundo grupo de tercer año, entonces ahí lo conocí, lo vi tan callado como yo, pero había algo más en él, era bueno en los deportes y algo que claramente yo no, aquel joven destacaba en cada uno de ellos pero él no le tomaba importancia, no presumía ni alardeaba sobre eso.

Su cabello castaño claro, unos ojitos café oscuro, alto, pero no exageradamente y aquella sonrisa preciosa me cautivaron y desde aquel momento supe que sería mi perdición. Durante el pase de lista me concentraba en escuchar a su grupo, necesitaba conocer su nombre y quizá lo encontraría en alguna red social, pues apenas había cruzado dos palabras con él y me di cuenta que mis nervios me ganaban, que los colores subían a mi rostro y yo no podía permitir aquello, no quería que se burlaran de mí.

Después de algunas semanas lo encontré y me aceptó la solicitud de amistad, ese día grite frente a la computadora y mi abuelita me miró con extrañeza, en casa yo soy el loco y esto es algo muy normal.

Durante los siguientes meses hablamos mucho por mensaje, cruzaba una o dos palabras mínimo con él en persona y mantenía una distancia prudente... Era mi primer crush imposible.

Con el paso de los meses la secundaria terminó y por lo que en mensajes me decía supe que cambiaría de escuela, entonces me aterre, no quería dejar de verlo, aún si fueran dos veces a la semana o unos segundos en los recesos, no quería dejar de verlo.

Mis papás tenían otros planes para mí, pero me adelante y supe manejar la situación, pues la escuela a la que Jungkook se cambiaría era mucho más accesible y al final aceptaron cambiarme... Me salí con la mía en ese entonces, pero el destino se burló de mí al no ponerlo en el mismo salón que yo, así como mi loca mente lo imagino todo el tiempo.

Resignado por todo esto decidí que no podía seguir teniendo un amor platónico al que no le hablara con frecuencia y creí que teniendo una pareja se solucionaría, pero me equivoque, aquel lindo joven no me causaba admiración como lo hacía él, no sentía nada al mirarlo a los ojos y mi primer beso fue tan vergonzoso que me arrepentí pensando que quizá con Jungkook hubiera sido el mejor de todos.

Terminé aquello que no debió empezar y comencé a hablar más con Jungkook, en ocasiones nuestros horarios coincidían y me lo podía encontrar en los pasillos, nunca faltaron los saludos con la mirada y sonrisas de lejos.

En el primer cumpleaños que pude celebrar con él le escribí una pequeña nota junto a un chocolate y me abrazo con demasiado cariño, sentí que en sus brazos si podía tenerlo todo. Con el paso del tiempo él también hacía algo para mí y no me podía sentir más feliz, era tan lindo conmigo que sentí que sería el momento adecuado para decirle mis verdaderos sentimientos, pero no pude, por más que lo pensé no quería perderlo si es que él no sentía lo mismo, quizá se alejaría y le temía tanto a esa idea, no podía perder lo único que nos unía.

Enterrado en el fondo de mi corazón no dolería, no sentiría, no habría más tontas ideas en mi cabeza ni alborotos en mi loquillo corazón o al menos eso pensé.

Al pasar al siguiente grado de nuevo pensé que podría superarlo con alguien más, aquel dicho de que un clavo saca a otro clavo se metió en mi cabeza y entonces llegó otro lindo muchacho que no logró sacarlo de mi corazón, que aquellas locas ideas que tenía no emocionaba, no podía sentir lo que sentía por Jungkook, simplemente sus "te quiero" no me provocaban nada, mis respuestas obligadas nos lastimaban a ambos... Supe en esos momentos que esa no era la forma de olvidarlo. 

Aquí les dejo el segundo capítulo, nos vemos la próxima semana con otro

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Aquí les dejo el segundo capítulo, nos vemos la próxima semana con otro.

Cuídense mucho ⭐

Te Confieso (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora