Capítulo 2.

8 2 0
                                    

Alexander estuvo con nosotras a la hora del almuerzo, pero no nos dirigía una sola palabra, solo comía. Hasta que Paola decidió incluirlo en la conversación.

-¿Por qué decidiste sentarte con nosotras?- Alexander levantó la mirada como si apenas se diera cuenta en qué lugar estaba y quiénes éramos su compañía- Es decir, claramente no nos molesta, pero creí que harías amigos de algún club de deportes y te sentarías con ellos-

-A decir verdad no soy nada bueno socializando, y menos con chicos cuyas metas son patear un balón-

-¿Eres gay?- Preguntaron Karen, Stella, Vicky y Fanny al unísono.

Alexander estallo a carcajadas, al no poder decir ni una palabra, Paola intervino para devolverle la dignidad.

-Chicas, claro que no, solo mírenlo, es más varonil que ninguno- Yo rodé los ojos.

-Gracias- Respondió Alexander después de terminar de reír.

Estaba más que claro que a Paola le atraía Alexander, pero no lucia tan varonil como Paola lo hacía ver.

-Hasta que alguien es amable conmigo- Dijo Alexander dándome un codazo haciendo que el jugo me cayera encima del pantalón.

-¿Disculpa?- Dije incrédula.

-¿Por qué no les contamos a tus amigas tu reacción de ayer?-

-No sé de qué me hablas- Dije cortando las fresas con el tenedor.

-Como seguramente las chismosas ya corrieron la voz- Pensé en mi madre en cuanto dijo esto último- Llegué apenas ayer por el día, esta señorita iba pasando casualmente por la casa de mis tíos y cuando nos vio ni si quiera pudo saludar-

-Tenía prisa- Me excusé.

-¡Oh! ¿En serio? Estuviste ahí parada con cara de tonta como por 10 minutos-

-Claro que no- Dije aventándole una servilleta hecha bola -Tal vez tú me contemplaste por mucho rato, sentía tu mirada a mis espaldas- Levanté mi cabeza con arrogancia.

-¿Yo? ¿Verte? Por favor, hasta a mis tíos les extraño, pensaron que estabas drogada o borracha- Estaba buscando una respuesta en mi mente pero Stella salió a mi rescate.

-¿Y porque te mudaste?- Pregunto la morena y Alexander cambio su semblante y dejó su postura erguida para recargarse en el respaldo de la silla con los brazos cruzados frente a su pecho.

-Mi madre falleció el mes pasado- Un silencio incomodo adornaba la mesa, y todas las miradas se dirigieron hacia Alexander -Mi padre había acordado que si ambos morían mi tío se haría cargo de mi-

-Lo lamento- Se disculpó Stella- No quise incomodar-

-Las verdades nunca incomodan- Dijo fingiendo una cálida sonrisa.

Dicho esto, el timbre sonó anunciando nuestra entrada a clases, yo me quedé sin mover. Cuando mis padres se divorciaron yo no pude hablar de eso hasta pasado el año, y Alexander podía contar como sin nada la muerte de sus padres. Creo que el chico que vi aquel día derrumbándose, no era éste.

-Vean, esa cara tenía ayer- Dijo Alexander señalándome y las chicas se burlaron de mí.

-¿Puedes superarlo?- Pregunte mientras tomaba mis cosas. Él se rio.

El día paso rápido, en varias clases nos presentamos con los demás, aunque el único nuevo de la clase era Alexander y algunas personas ya no estaban. Al salir de clases nos fuimos juntas como de costumbre, pero esta vez nos acompañó el chico.

Nos separamos en el punto clave pero como Alexander y yo vivíamos en la misma calle me vi obligada a su compañía durante unos minutos más.

-¿Y bien, que te pareció tu primer día?- Pregunté a Alexander.

AlexanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora