4

3.9K 464 30
                                    


-Te he dejado claro que no quería volver a verte - musitó el pelinegro con rabia, se encontraban en la oficina del nombrado. Jimin temblaba como una hoja al escuchar la profunda voz del más alto.

-P-Puedo explicarlo...

-¿Acaso me vas a decir que fue un malentendido? -suelta una risa sarcástica y vuelve a fruncir el ceño observándolo- No me hagas reír, tú sabes que esta era tu empresa. Estoy seguro que en cuatro años no te has olvidado de eso.

-Lo sé - objetó con seguridad, tomando un poco de valor. - Se que este edificio hace cuatro años pertenecía a los Park. -Habló con la cabeza alta, observando al mayor con seguridad y odio en su mirada.

- Como bien dijiste, pertenecía. Ya no. Y creo haberte dejado bien en claro que si te veía otra vez tu y tu miserable cosa la pagarían caro -mencionó con burla

Jimin apretó sus puños una vez más, enterrando sus uñas en sus palmas.

-¡Esa miserable cosa es mi hija! - gritó con furia, nunca dejaría que trataran y menospreciaran a su bebé.

-Entonces crees que eres valiente, viniendo aquí a desafiarme, ¡pisando con tus miserables y asquerosos pies mi jodida empresa!

Jungkook caminó con desdén hacia su escritorio, tomando la botella del costoso whisky y vertiéndolo en su lujoso vaso. Tomando luego unos sorbos, y volviendo su mirada con burla y furia hacia el rubio.

Jeon vestía elegante, su porte era delicado y a la vez intimidante. El traje negro se ceñía perfectamente a su amoldado cuerpo, cada parte y movimiento de el se veía caliente y fino. Como si calculara fríamente cada paso a dar, como si estuviera destinado a verse de esa forma tan especial y peligrosa.

-Me iré y no volveré a molestarte. Fue una equivocación estar aquí, estaba buscando empleo y ella creyó que podía darme el puesto.

-No tienes derecho a pedir un empleo aquí, eso ya lo tienes claro, eres escoria en este lugar. No eres bienvenido -concedió con frialdad.

-Lo sé, no volveré a pisar este edificio. - aceptó más tranquilo el rubio, volviendo a bajar su mirada. No soportando lo intimidante que podía mostrarse Jeon.

-Te daré una última oportunidad, si vuelvo a verte no dudaré en cruzar una bala por tu asquerosa frente. - Dijo y lo observó con desagrado, Jimin se sintió pequeño ante su despectivo trato.

-Está bien, Señor Jeon. - concedió al fin el menor, cerrando sus ojos con fuerza para no llorar ante tal humillación. Lo que menos hubiese querido ese día era encontrarse con la persona que más odiaba en el mundo.

-Ve a conseguir empleo a otra parte, claro -objetó con sorna - Si es que puedes con esa pierna -señaló la cojera de la pierna izquierda del menor - Pocas personas quieren a un inválido, torpe y bueno para nada. -Dijo con burla.

Tal vez Jimin podría haber objetado algo, tal vez podría haberse al menos defendido de tal humillación. Quería decirle que el no era ningún inválido, que podía hacer cosas por el mismo y que aquello no había situado un gran problema en su vida en los últimos años, sin embargo, decidió no arriesgarse otra vez, ya era demasiado con todo lo que pasaba en su vida. Observó su pierna con lágrimas en sus ojos y sin mirar atrás, comenzó a caminar lentamente hasta la salida de la oficina.

Solo quería llegar a su casa y abrazar a su MinSeo, ese día habría sido un desastre y solo con ella se sentía protegido. Sentía que solo con ella podría contra el miserable mundo.

Y así, lentamente y con los ánimos por los suelos por las palabras del frío pelinegro, Jimin salió de aquel edifico y emprendió caminó hacia su humilde apartamento. A estar a unas cuadras de llegar se dio cuenta de que no tenía absolutamente nada para darle de comer a su bebe, por lo que, con lo poco que le quedaba de su anterior trabajo. Caminó hasta una tienda y compro algunas sopas instantáneas.

Giro Inesperado ~✨ Kookmin ✨ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora