Mi primera semana de trabajo terminó y realmente había sido intensa.
Termino con Camila ignorandome por completo en nuestras terapias y una paciente nueva... Dinah, la cual hablaba demasiado ...Y eso era bueno. Demasiado bueno a comparación de Camila.
Pasaron 2 semanas más iguales a los ultimos dias de la primera. Camila no hablaba en lo absoluto, solo cuando venía ese chico...Alex, al cual se abrazaba fuertemente y suplicaba que la sacara de aquí el solo fruncia el ceño y la abrazaba aún más cerca de el mientras susurraba cosas tranquilizadoras y yo me escondía detras de algún lugar para espiarlos... Eso estaba tan mal.
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Era domingo, un lindo domingo por la tarde, Amanda se recostaba en mi pecho y yo acariciaba sus lindos cabellos rubios mientras la miraba con admiración . Esta chica me hacia sentir bien, era tierna, dulce y amigable, podría estar en silencio a su lado por horas y sentirme comoda...Ella era impresionante y realmente no entendía como podía tener a una chica tan linda acostada justo sobre mi pecho.
-Sabes...- Susurro interrumpiendo mis pensamientos.
-¿Que ocurre?- La miré
-Me encanta la forma en que me miras- Se subio sobre mi y me miro directo a los ojos. -¡Si! Justo de esa manera-
-¿En serio?- Susurre antes de besar una de sus mejillas.
-En serio- Rodeo mi cuello con sus brazos -Lauren...Me agradas mucho- Sus mejillas se sonrojaron haciendola parecer aún más dulce.
-¿De que forma te agrado?- Abracé su cintura y la acerque un poco más a mi
-De muchas formas- Sonrio timidamente -¿Yo te agrado?-
El tono tierno de su voz me mando a otro lugar, a uno que palpitaba fuertemente cuando ella estaba cerca, ella no solo me agradaba, me gustaba demasiado para ser verdad y me hacia sentir estúpida de tan sólo verla sonreirme, me volvia más torpe, más ingenua...Más feliz.
-Tu...-ella me miro con emocion. -Tu me gustas Amanada- Su sonrisa creció lo suficiente para disparar esas mariposas tontas en mi estomago.
-Tu también me gustas Lauren...Me encanta pasar el rato contigo y estar a tu lado por las noches, me encanta tu dedicación y el amor que le tienes a tu trabajo...Amas lo que haces y yo amo verte cumplir tus sueños. Me gusta tu inteligencia y me gustan mucho tus hermosos ojos y la forma en que me miras...- Se detuvo un segundo para mirar mis labios y luego volver a mis ojos. -Quiero que seas mia Lauren y yo sere tuya...Si quieres-
Mire la emoción en sus ojos, la expectativa y yo no podria decirle que no a sus lindos ojos azules...No a ella, por que sentia los mismo.
-Yo quiero ser tuya Amanda- Mi voz termino apenas audible, pero ella sonrió por mi respuesta.
Vi la forma en como sus ojos se cerraron y la sonrisa en sus labios desapareció en el momento en que mis sentidos se abrumaron por completo.
Ella estaba besandome.
Y sus labios eran suaves
Sus besos eran tiernos.
Sus brazos me apretaban con fuerza y yo la besaba con todo lo que sentía por ella, con lo mucho que había esperado este momento por tres semanas.
Cerre los ojos y segui besandola por lo que parecieron minutos, de una forma suave, no queria asustarla, queria mantenerla en mis brazos todo el tiempo que me fuera posible...
O eso creí hasta ver en mis pensamientos un ceño fruncido, arrogante de ojos color chocolate que me miraba con recelo, como solia hacerlo siempre.
Aparte un poco a Amanda que me miro confundida.
-¿Pasa algo?-
-No...No es nada, lo lamento...Es solo que-Me sente en el sillon y Amanda se sento a mi lado mientras tomaba mi mano. -Estoy un poco estresada...- No termine de darle la explicacion cuando senti vibrar mi telefono.
-Lo lamento...debo contestar- Amanda asintió y yo me levante, para salir por el balcon que tenia su hermoso departamento.
-¿Hola?- Escuche la voz de Ashley, mi asistente al otro lado.
-Hola.......¿Que ocurre?-
-Lauren...No habiamos querido llamarte todo el fin de semana, pero una de tus pasientes...- Cerre los ojos al momento e intente no sentirme preocupada tan pronto.
-Voy hacia allá- Susurre antes de colgar y entrar al departamento para tomar mi bolso.
-¿Que ocurre?- Amanda me miro confundida.
-Tengo que irme...trabajo- Me acerque a ella y le di un tierno beso en los labios. -Lo lamento, pero prometo compensarlo- Acaricie una de sus mejillas y ella me miro con adoración .
-Vaya a cumplir sus deberes doctora Jauregui...yo puedo esperar- Me dio un beso antes de acompañarme a la puerta.
-Recuerda soy Lauren...No doctora Jauregui- Ella me regalo una tierna risilla antes de cerrar la puerta.
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-Es Camila- Dijo Marcus.
-¿Que ocurre con ella?-
-No ha comido nada en todo el fin de semana y tampoco ha dormido...esa chica esta tramando algo doctora Jauregui- Me miro con preocupación y esta vez pase por alto las formalidades.
-Es obvio que trama algo...- La preocupación en mi voz era notable y camine directo a la habitacion 505.
Ella estaba sentada sobre su cama, con la espalda pegada a la cabecera, me miro de inmediato y casi pude ver una sonrisa.
-¿Asi que no pudieron arreglarlo por ellos mismos?- Sonrió arrogante -Tenían que llamar a la doctora chismosa ¿No?- Hace semanas que no me dirigía a la palabra y esto era lo primero que me decia.
-Camila- La mire
-Realmente...No solo pueden dejarme morir y ser felices-
-No te dejare morir- Mi voz sono tan dura que hizo que Camila me mirara de inmediato con el ceño fruncido.
-¿Por que no me dejas de joder?-Escupio las palabras y se levanto de la cama con los puños apretados...Ella estaba enojada.
-No lo dejare de hacer...Tienes que comer-
-¡No eres mi madre!- Su voz era amenazante, ella estaba apunto de explotar
-No me importa no ser tu madre, comeras quieras o no- La mire desafiante y ella se mordio los labios con impaciencia.
-Obligame- Susurro antes de intentar escapar corriendo de la habitación , la atrape antes de que huyera, tome su mano antes de inyectar un tranquilizante, ella gritaba con desesperación, hasta que callo dormida en mis brazos.
La recoste sobre su cama y decidi buscar a la unica persona que la haría comer...
Continuara...
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Tu pesadilla favorita (Camren fanfic)
FanfictionElla perdio la cordura, se fue, junto con la luz que alumbraba su vida. El tiempo se habia agotado. Era la hora de callar esa arrogante voz en su cabeza y solo podia hacerlo de una forma....diciendo adios. Tan cansada, arta, seca. Como si esa pequeñ...