Nido de dragones, la montaña mas peligrosa de todo Alfa, miles de leyendas se cuentan de esa zona, dragones elementales que controlan el fuego, el agua, la tierra, bestias que rodean la zona con un gran poder y ferocidad, tesoros invaluables, etc.
Leyendas que hacían de esa zona un lugar muy codiciado por los aventureros y los reyes, todos querían saber los misterios de esa montaña, pero también había otra leyenda que era cierta, aquel que iba a nido de dragones nunca regresaba, poco importo eso a dos jóvenes aventureros que estaban escalando la feroz montaña, ya habían derrotado a algunas bestias y se habían echo camino a punta de espada, la juventud en su máximo esplendor, rebosante de vitalidad y fuerza, ambos compañeros confiados de sus habilidades ya estaban en la montaña y era hora de los tesoros.
— Leon por donde empezamos, aprovechemos que esta tranquilo, no hemos visto ningún dragón todavía —
— Vamos por aquella cueva, según lo que escuche en la taberna aquí ahí una espada sagrada, escuche que tiene un poder infinito, la quiero para mi —
— Ya veo, pero no te olvides de mi maldito egoísta, yo también recorrí el mismo camino que tu, y es mas no me hagas recordar que te salve el pellejo cuando te embosco ese asqueroso Trall —
— No soy egoísta compañero, solo quiero la espada el resto de los tesoros serán tuyos — dijo el muchacho adentrándose en la cueva
Y frente a ellos ahí estaba, rodeada de oro, joyas y demás tesoros estaba la espada, un largo filo que brillaba como si estuviera recién pulida, mango era de cuero negro y en el final de su empuñadura un cristal, era bella perfecta y letal por donde se la mirara. Los jóvenes empezaron a cargar en sus bolsas todo lo que podían pero en el momento de sujetar la espada toda la cueva tembló, algo se acercaba y era gigante
— un dragón!, maldición! debemos irnos cuanto antes! —
—quien osa ingresar en mi morada, robar mis tesoros y llevarse mi espada — exclamo la voz imponente a medida que sus pisadas se hacían cada vez mas fuertes
Los aventureros se preparan sacaron sus espadas y se pararon inmóviles frente a la bestia que por fin había mostrado su forma, un gran dragón negro se erigía frente a ellos, erguido con una postura soberbia y imponente miro a los jóvenes, que temblaban de miedo, esta vitalidad y ese valor se había convertido miedo, ya no querían tesoros ni espadas solo querían largarse de ahí
— Humanos, ustedes no aprenden, destructores de todo lo que habita en esta tierra, seres ambiciosos, más tienen mas quieren, vienen aquí a robarme, serán castigados —
El dragón acumulo fuego en su boca y abriendo sus fauces lanzo una inmensa llamarada de color negro que envolvió el lugar.
—Edjer!, señor Edjer!, el señor Erric tiene una nueva misión para usted! —
— de que se trata esta vez? — respondió un joven Edjer
— los detalles están en el informe, pero dos de nuestros aventureros se han perdido en las montañas de nido de dragones —
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cuentos de Alfa y Omega: el asesino de dragones
Fantasyuna nueva aventura comienza, está vez un joven edjer deberá cumplir una misión que podría costarle más que la vida