capitulo2

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UNIVERSIDAD DE ALABAMA, TUSCALOOSA, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. DÍA DE HOY...

¡Era una maldita tarde!

Jadeé y respiré entrecortadamente mientras corría através de la extensión del campus de la Universidad de Alabama, intentando con todas mis fuerzas no caer de bruces.

Mis manos estaban ocupadas completamente con fotocopias del temario del curso de filosofía que me habían ordenado copiar hacía más de una hora, la primera tarea de mis deberes de asistencia técnica.

La clase literalmente había comenzado, pero mi interminable racha de mala suerte se aseguró de que la impresora en la sala de reprografía personal decidiera romperse a mitad de mi pedio con un melódico canto decisne, un patético silbido agudo y un espasmódico escapede humo mecánico.

La sala de impresión se encontraba al otro lado de la universidad, lo que me llevó a mi situación actual, corriendo por el gigantesco patio con mis enormes Crocs naranjas nada deportivos, dignos para la formación de endiabladas ampollas en la sauna de Tuscaloosa, o como sele conoce más comúnmente, un día de verano típicamente caluroso.
Eché un breve vistazo de mí mismo en el reflejo de una puerta de cristal. No era bueno. No era nada bueno en absoluto.

Mi cabello castaño parecía al pelaje rizado de un perro caniche miniatura, el sudor en mi nariz se acumulaba en mis anchas gafas de montura negra, de edición estándar británica de salud nacional como una bomba kamikaze sobre mi cara, mis pantalones cortos de mezclilla y una camiseta blanca sentían que vestían a un mono.

Los permanentes cielos nublados de Inglaterra eran bastante atractivos en estos momentos. Nada parecía hoy ir bien con la defectuosa impresora siendo la segunda de mis desgracias, el acoso de mí a mis locos amigos esta mañana fue el primero.

— ¡Toga, toga, toga...! — Lexi coreó los gritos mientrasella y Cass se sentaban en mi cama, riéndose de mí desesperada con mi improvisada toga, agitando sus brazos en el aire con cada palabra, gritándola después. — Me veo horrible — me quejé, intentando ajustar la sábana en numerosas posiciones para cubrir mis zonas generalmente privadas.

— ¡Te ves sexy! Tu trasero,  es tan perfecto y redondo... — Cass trató de terminar, pretendiendo estrujar mo tracero — . ¡Te lo voy a decir, Luhan, normalmente me guntan catar chicos con penes muy grandes, pero podría hacer una excepción contigo vestido así! ¡Mierda, tienes unas deliciosas curvas, chico!

— Cass — la reprendí severamente, girando los ojos — .¿Tienes que decir cosas como esa?

— Ah, baja un escalón más, ¿quieres, cariño? Te ves muy bien. Vendrás esta noche, sin dar marcha atrás. No hagas que te arrastre hasta allí... porque lo haré... si tengo que hacerlo.

— Pero... —

¡Pero, mierda! Te prometimos una vida universitaria llena de diversión, no una repetición de la maldita vida excéntrica que tenías en Inglaterra. La experiencia completa comienza esta noche. — ¡Oxford no era tan malo! ¿Y cómo a esto se puede llamar “experiencia”? ¿Primero, tengo que unirme a una maldita hermandad, luego cócteles con drogas, y dejarme caer en los clubs hasta emborrarme?

-Eso se puede arreglar, pero principalmente sólo implica una gran cantidad de chicos, sexo, orgías,orgasmos... oh, y la de experimentar con el punto G. Ya sabes, cosas para las que realmente vas a la universidad — dijo Cass con total sinceridad.

— Vine a la universidad para estudiar, Cass, ¡no a putearme a mí mismo con los chicos borrachos de la fraternidad! Ella soltó una carcajada. — Lo que tú digas, querido, ¡no pensarás pasar estudiando cuando tus tobillos se envuelvan alrededor del cuello de algunos estudiosos mientras te llevan como un collar, haciéndote cosquillas en el ombligo desde adentro! Conociendo a Cass sólo es la única respuesta que recibiría, incluso si pensaba en alguna de esas, me dirigí a mi silla reclinable marrón y me dejé caer en el mullidocojín, con la cabeza entre mis manos.
— ¿En qué diablos me dejé meter con ustedes dos?
— Te dejaste caer en el mejor momento de tu vida — dijo Lexi sabiamente. Levanté la cabeza, mirando a travésde mis manos a mis dos petulantes amigas, que me miraban con diversión — . Vais a hacerme ir a esa jodida fiesta esta noche, ¿verdad?

Sweet Home - HUNHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora