Mientras los del staff seguían arreglando algunos detalles para comenzar a grabar el nuevo TODO, Hueningkai se la pasaba hablando sobre algo que le había pasado el fin de semana, lo contaba con tanta alegría en su rostro que los demás que escuchaban su relato se contagiaban de ese aura del menor.
Yeonjun lo escucha atento, pero dejo caer su rostro en el regazo de Soobin, acostado para tener más comodidad al escuchar al menor del grupo hablar.
Pero justo en ese preciso instante, sintió como Soobin se exalta cuando dejó caer su cabeza, cuando giro a verle este solo le sonrió avergonzado por su tan común exaltación ante lo imprevisto. Pero no fue mucho, y tampoco se opuso, ya que ambos continuaron viendo a Hueningkai.
Con el pasar de los segundos, llegó un momento en el que sintió uno de los dedos de Soobin jugar con el lóbulo de su oreja, o en si toda la oreja misma. Actos que le hizo sonreír, ya que Soobin no era mucho de hacerle eso, si no que era al revés.
Pero eso no fue en lo único que se dio cuenta, si no que llevaba tiempo con todos los chicos, por lo tanto con Soobin, y hasta ahora en su cabeza a surgido ese detalle del darse cuenta que Soobin tiene las manos muy grandes. Las suyas también lo eran, pero al parecer las de Soobin eran más grandes, pero otro detalle que notó fue lo tan suaves que son, de lo tan cálidas que se siente al rozar con su mejilla. Los movimientos que hace son tan relajantes que se le es inevitable quedarse sumido en las caricias que le promocionan con tanta delicadeza.
— Hyung, no te vayas a dormir — escucha el como Soobin le murmura.
En respuesta al menor, solo sonrío, mientras abría sus ojos para ver el rostro del otro dándole igual una amplia sonrisa, fue algo corto el tiempo en que sus miradas estaban fijas en la contraria, pero fue algo que se sintió especial, algo distinto a las otras. En su pecho alberga algo tan agradable y bonito que no sabría como describirlo. Pero ese acto, de caricias en las orejas o otras partes de la cabeza por parte de Soobin, y los jugueteos de su parte con la mano del líder, demostró que lo dicho puede decirse de otras formas que no sean palabras.
