South Park Au's y tu.

(Kyle y tu)

El canto de los pájaros a lo lejos me distraía completamente de mi trabajo, la brisa que hacia danzar a los arboles a mi alrededor me congelaba, el pasto en el que me encontraba sentada humedecía mi ropa. Todo indicaba que llovería pronto. Un deja vu hizo que mi cuerpo se estremeciera y un fugaz escalofrió recorriera mi espalda, seguido de un estornudo. El pasto sonó detrás de mi y un peso en mis hombros. ¿Acaso estábamos reviviendo aquellos días?

—Te vas a enfermar... —Su voz apagada y nerviosa, no era para nada como aquella vez, como la recordaba. —Puedes volver mañana. —Mire mi cuadro, no había logrado pintar nada en toda la tarde. Suspire frustrada.

—No, esta bien, creo que me tomare un descanso. —Me levante con su ayuda y me dispuse a arreglar mis cosas para irnos. No quería mirarlo, estoy segura de que el tampoco a mi. 

—Últimamente no eres capaz de pintar, ¿Todo bien? —Vi sus manos juguetear nerviosas, no era una persona que pudiera ocultar sus pensamientos o sentimientos. Yo tampoco. 

—...Siento que exprimí todo lo que tenía y ya no queda nada, ¿Te ha pasado? —Por primera vez nuestros ojos se encontraron, sus verdes orbes brillantes, cristalizados por las ganas de llorar. Mis ojos deben estar iguales, pero dudo que se vean igual de hermosos como los de el. —Kyle...

—Esto es tan frustrarte. —Lo mire apenada, era mi culpa que estuviera en este estado, tan... Triste. Su voz estaba rota, su corazón y su mirada. —No se... Pensé que...

—Estas cosas pasan... Así son las relaciones. Cuando se encienden muy rápido, tienden a apagarse tan rápido...

—¿Y? ¿Ya no hay arreglo? Debemos dejarlo ir y listo? —Sus puños apretados, un paso adelante, me estaba exigiendo respuestas que no sabía. 

—No lo sé... 

—Todo iba tan bien.

—Kyle... —Trate de hablar con la mayor dulzura, pero solo sonó como un regaño, como si estuviera profundamente cansada de esta situación, y era verdad. Siempre, en cada salida de este ultimo mes terminábamos de esta manera, desbordandonos. 

—Me gustas, nuestra relación eran tan perfecta y sana, era todo lo que siempre quise... —Hace una pausa, estoy segura de que trata de decidir que camino tomar. — No puedo ser capaz de comprender que salio mal. —Se voltea mientras camina de un lado a otro, como si eso lo ayudara a encontrar mejores palabras. — Dices que me amas, pero no te esfuerzas en recuperar lo nuestro, y actúas con tanta indiferencia, dices cosas como si fueran lógicas. ¡Eres mi primera novia! No tengo ni idea de que debería hacer, y tu ni siquiera me miras. —Se acerco al terminar de hablar, con una de sus manos trato de tocar mi rostro, pero yo di un paso atrás. —¿Ves? De eso es lo que hablo.

—No se que quieres oír de mi... —Yo también debo elegir un camino, puedo devolverle una bomba, o puedo tratar de apaciguarlo.— No puedo decirte lo que deseas. ¡Estas cosas pasan! No es tu culpa, ni mía. Tal vez, no sé, tal vez no estábamos destinados a estar juntos, —Ni siquiera creo en el destino. — Tal vez no servimos para el otro. ¡Ni siquiera llegamos a hablar de cosas profundas, ni siquiera se que te gusta de mi! Todo era tan superficial, que creí que no importaba tanto... Pero ahora te veo en este estado, ¡Y me culpas de todo! Eso es injusto... A caso no eras tu el que le decía a Stan que las relaciones son de dos? Que los errores se aprenden y que las cosas se superan juntos? ¡Yo no se nada de eso, cariño! Para mi todo es desechable, no veo el amor con los mismos ojos inocentes que tu, no puedo!—Pude notar murmullos a nuestro alrededor, masajee mi puente y trate de mantener la calma.

—Yo...

—Vamos a mi casa, no necesito escuchar a la gente murmurar cosas de mi, ni que me apunten. —Tome el restante de cosas que tenía aun en el pasto, y me encamine a casa, por suerte no quedaba lejos, pero la vida no nos quiere, y le gusta torturamos con malos ratos.