01

306 42 32
                                    

Una sensación abrumadora me recorre por completo, sé lo que está por venir en unas horas. Sé que estamos en peligro. Sé que mamá está en su cuarto llorando porque se siente impotente, sé que papá trata de consolarla y nada funciona.

Me da rabia, una rabia incalculable me recorre en la sangre porque es injusto. Es injusto que debamos pasar por esto, que debamos ser usados por unos seres asquerosos. Sin saber si vamos a salir adelante una vez que ésta semana acabe.

Quiero llorar y gritar. Pero nada cambiaría el destino que tenemos preparado.

A veces me pregunto que se le cruzaba por la mente al Creador, no sé que sintió para hacernos sufrir de ésta manera, lo aborrezco con todas mis fuerzas, a él y todo su jodido clan de inútiles.

Maddie me mira con pena, lo noto rápido. Siempre me ha dicho que no merezco esto, que si pudiera hacer algo para ayudar lo haría, pero no está en sus manos.

Es una vampira de sangre pura, tiene una melena rubia y un aspecto de infarto, es preciosa y muy poderosa. Lo sabe, sabe que si quiere hacer arder el mundo puede hacerlo. Y aún así, aquí está, compartiendo amistad con una Nephilim que pasa por su peor momento.

─Tranquila, Mills. Eres fuerte, ya has pasado por esto.─ Me alienta, ella siempre ha tenido el poder de darme fuerzas cuando las necesito, pero esta vez no es así, estoy a un hilo de romperme y soltar una lágrima que probablemente será acompañada de muchas más.

¿Por qué no puedo simplemente ser normal?.

La veo abrir la boca para decir algo pero segundos después vuelve a cerrarla. Se queda mirando a un punto exacto, arqueo una ceja y trato de ver cuál exactamente.

Entonces, lo noto.

El reloj ya marca las doce.

La tortura comenzará en cualquier momento.

Como si fuera por arte de magia, mi pecho comienza a sentir la energía de los ángeles, están cerca. Probablemente ya han comenzado a abandonar el cielo.

Los odio tanto...

Miro a mi amiga y ella me dedica una mirada triste, sus ojos arden y sé que quiere echarse a llorar, pero no lo hace, no lo hace porque quiere que yo mantenga mi postura.

Hazlo por Madds, no te dejes ir.

Trato de hablar pero las palabras no me abandonan, me quedo muda. La energía de uno de los ángeles se siente tan cerca que, por un momento, me deja sin respiración.

─Y-yo...─Tartamudeo. Sin embargo, no puedo terminar cuando la ventana del salón donde estamos estalla. Salpicando miles de vidrios por todas partes.

Lo veo.

Tiene un par de alas negras gigantes, nunca se me ha pasado de largo el detalle de que todos los ángeles tienen una apariencia magnífica, se ven gloriosos.

Pero aún así quiero quemarlos vivos.

Por un momento lo admiro con terror, tiene el pelo castaño y un par de ojos marrones que se mezclan con amarillo ─Supuestamente porque está emocionado─ que me miran con superioridad, sabe que soy yo. Que son un Nephilim. Que puede poseerme porque es cinco veces más fuerte.

No puedo moverme, estoy muda, ni siquiera sé si estoy respirando.

Su energía es tan alta que no sé si mi cuerpo sobreviva a ella una vez que abandone mi ser. Me hace temblar.

Lo miro con repugnancia, no quiero que se sienta tan poderoso al lado mío, quiero que por lo menos lo cueste obligarme a ceder. Que al terminar esta locura pueda alardear que a un ángel le costó bastante derrotarme.

Compatibilidad Inexistente [Fillie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora