03

210 33 43
                                    

Lilia no quiso quedarse a dormir en mi casa.

Estúpida traidora.

Así que aquí estaba, con Finn viendo unas caricaturas en medio de mi habitación, justo como un niño, y quiero burlarme, como cualquier otra persona normal lo haría, pero no puedo. No sabiendo que en donde sea que vive las cosas son distintas y no puede disfrutar de canales de televisión.

Me da un poco de tristeza, debo admitirlo.

Aprovechando lo distraído que está, me permito observarlo mejor. Su pelo está ligeramente desordenado y sus gestos varían a cada rato, dependiendo de lo que sea que esté sucediendo en su serie, primero se muestra neutral, luego parece estar confundido y al final ríe carismático.

Con Jake el perro, y Finn el humano, diversión siempre tendrás, ¡Es hora de aventura!. ─Chilla al final y sé que está cantando la introducción del programa, no me sorprende que se la sepa de memoria, ha estado reproduciendo tantos capítulos que no sería extraño si ya se hubiese terminado por lo menos una temporada.

Ni siquiera parece notar mi presencia y eso no me molesta, es más, incluso me relaja un poco, no quiero hablar tanto ni con él ni con Sophia, sencillamente porque tengo miedo de establecer una amistad que deba ser separada cuando sepan que soy y cómo deshacerse de ello. Odio eso, odio saber que sigo aquí, como una total estúpida, esperando saber porque altero tanto las cosas, realmente quiero una explicación sensata. Una de verdad, con sentido, quiero que me digan porque justamente de todas las chicas debía ser yo, la Millie Brown que tenía una buena vida antes, la Millie que lograba estar tranquila incluso en los peores momentos, porque definitivamente, ahora ya no me siento así, estoy alterada todo el tiempo, como si fuera que corro riesgo a cada segundo. Es tan incómodo, tan raro, que por un pequeño segundo, quiero lanzarme a llorar en el piso, y jodidamente que lo haría, pero no puedo con la presencia del pelinegro en mi habitación. Porque entre todo este desastre, me he mostrado fuerte ante el Ángel de la muerte y el Ángel que se encuentra en el mismo techo que yo, en las mismas cuatro paredes. Y después de tanto tiempo, siento que puedo llevarme bien con alguien si le hablo un poco, pero no lo hago, no puedo hacerlo, porque a estas alturas el nudo en mi garganta es tan poderoso que no puedo tragarlo.

Mi primera idea es que duele tanto porque estoy a nada de lanzarme a llorar, sin embargo, no me toma mucho tiempo darme cuenta de que no es así, y Finn también lo nota.

De repente ya no me siento dueña de mi propio cuerpo, pues éste comienza a elevarse escasamente y a hacer cosas tan random que me encuentro demasiado asustada como para notar al de rulos que me dice algo. Algo que no entiendo.

Trato de que mis pies vuelvan a tocar el piso, pero no lo logro, y puedo notar que mi energía ha aumentado debido a que mis rodillas pican y mis codos duelen.

Él se acerca a mí, dice algo, que me dice algo, pero no lo entiendo, no entiendo nada. No entiendo que sucede, ni siquiera entiendo como esto es posible.

Mi cuerpo se pone a la defensiva de la nada, quiere soltar toda su energía acumulada y eso me asusta, me asusta porque no puedo hablar, porque debo sacar a Finn de mi paso, debo decirle que se mueva porque siento que voy a colapsar.

Entonces, lo dejo ir.

Mis dedos se sienten húmedos por alguna razón y no me doy cuenta del porqué hasta que mi mirada baja a ellos.

Sangre...

En todas partes hay sangre.

Pero no es sólo eso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 04, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Compatibilidad Inexistente [Fillie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora