El conjunto de vivencias colorean tu corazón hasta alcanzar una gama determinada, el cual, definirá todos tus pensamientos, sentimientos y preferencias. Para poder comprender el color, debemos entender de dónde proviene.
¿Qué es lo que reside en el...
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Universo Alterno – Moderno
ships secundarios
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Zeke odiaba ir de compras con Eren. Estaba obligado por culpa de su padre -unas de las desventajas de ser el hermano mayor-, y cualquier queja suya no era bien recibida. Esperar delante de una tienda esperando a su hermano por mucho tiempo mientras se veía obligado a cargar sus bolsas no entraba en su lista de cosas que hacer antes de morir, sinceramente.
Y la única manera que tenía de entretenerse era ver a la gente pasar, veía el movimiento de sus pies reflejados en el suelo, observando cómo intentaban proseguir con sus vidas. Cuando dirigía su mirada hacia abajo, y se veía a él mismo reflejado en el cristalino pavimento, ligeramente borroso mientras pensaba en las mejores cosas que podría estar haciendo.
Ahora mismo desearía poder irse y dejar a Eren solo. Abandonarle, en otras palabras, pero su propia mente le carcomía, él era el que tenía el coche y Eren no llegaba apenas a la edad mínima para conseguir el carnet de conducir, y aunque pudiese conseguir un taxi, se victimizaría al hablar con el padre de los dos, y sin lugar a dudas eso tendrían consecuencias para Zeke, quién ya estaba ansioso por terminar su último año de universidad e independizarse.
Si al menos pudiese fumar. Pero aunquen el lugar era amplio, era uno cerrado y estaba prohibido hacerlo.
—Eh. Vamos. —Eren llamó su atención por detrás, cargaba a su lado una bolsa que provenía de una tienda de ropa— ¿No vas a comprar nada?
—No. —no necesitaba darle explicaciones a Eren, no era difícil ver que estaba obligado a compañarle. Ni siquiera llevaba dinero.
—Ya veo.
Los dos caminaban por los largos pasillos, Zeke cargaba las dos bolsas, aunque preferiría tener sus manos en los bolsillos. Eren miraba de izquierda a derecha localizando tiendas a las que le gustaría entrar mientras una musiquilla sonaba de fondo, normalmente eran canciones que a Zeke le resultaban aburridas. Ni de broma las escucharía por placer. Todo a su alrededor resultaba tan negativo.
