Batalla de Fuego

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Existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

Es una batalla de fuego donde luchamos con todos los pensamientos y tratando de evitar que la ansiedad nos consuma en este largo y eterno encierro. Encierro que se siente como un encarcelamiento donde tratas de luchar con oscuros pensamientos. Pensamientos que te ahogan a cada rato y a cada hora. La ansiedad se apodera, te agota y te sofoca. Esa ansiedad que causa pánico, temor y dificultad, la sensación de debilidad, cansancio, tensión, agitación, nerviosismo y problemas de concentración. 

El pánico nos lleva a un estado de desesperación y el temor nos causa dificultad para controlar la preocupación. Preocupación de poder perder el auto-control, entramos en un estado de nerviosismo y con esa llega la agitación. Sentimos nuestro cuerpo temblar, la respiración acelerada y tratamos de concentrarnos, pero la realidad es que creemos no poder hacer nada. Retrocedemos y nos cuestionamos muchas cosas. Pensamos que no podemos y que no lo vamos a lograr... Tenemos miedo de no poder realizar lo que tenemos que hacer, sentimos que somos insuficiente y que el trabajo es difícil cuando no lo es. Llega la inseguridad, perdemos la confianza y la valentía en nosotros mismos. Nos sentimos inútiles por algo tan simple y pensamos en renunciar, pero no lo hacemos porque hay algo que nos detiene. Entonces intentamos y seguimos intentando hasta sentir el cansancio y la debilidad.  

Es una batalla de fuego donde luchamos con pensamientos que quieren salir de nuestras mentes y controlar nuestros cuerpos. Una prueba de adiestramiento para luchar y detener esos pensamientos que quieren apoderarse de la mente y todo el cuerpo. Sentimos que nos estamos quemando en esta batalla, pero juramos que lo estamos intentando y aún así, no sabemos si podamos lograrlo. Es un encierro para proteger nuestra salud, pero es irónico porque sigue estando en riesgo. Una pandemia a nivel mundial que afecta nuestra inmunidad, pero también olvidamos los problemas de ansiedad que también afectan la vida del ser humano y la salud mental. Llegó inesperadamente para cambiar nuestra rutina y romper la burbuja que llevábamos en nuestras vidas. No estábamos preparados para esta batalla de fuego y ahora nos vemos luchando para no quemarnos en el intento. 

¿Es raro sentirse así? Siento como si todo fuera gris, sin sabor y sin olor. Ahora todos estamos viviendo una realidad, yo la estoy viviendo y tú también. No hay palabras para escribir mis emociones. Llámalo como quieras; impaciencia, angustia o desesperación, al fin y al acabo no es algo exacto, es todo junto. Me tiro en mi cama y me pregunto: ¿Qué haré? Porque yo no puedo más. Quiero parpadear y que todo pase, porque no quiero vivir apresada. A veces me pregunto qué estaría haciendo si todo fuera normal, pero eso no ayuda. Mi único consuelo es mi pincel, con el puedo plasmar toda mi desesperación. Pero todo esto me hizo pensar en las cosas buenas que ofrece la vida. Me despierto y escucho detenidamente el canto de los animales y lo bello que es la naturaleza. ¡Rayos! Nunca lo había hecho con tanto detenimiento, es como una terapia. Te das cuenta de lo fugaz que son los momentos divertidos, felices y lo eterna que son las esperas cuando no tenemos a alguien especial al lado nuestro que nos saque una sonrisa y te das cuenta de lo valiosos que son tus amistades. No sabemos cuándo terminará todo esto, pero no hay cuarentena eterna. ¡Somos unos guerreros, realmente somos unos guerreros de la vida! Hemos pasado dos huracanes catastróficos, meses sin luz y agua. ¿Nos rendimos? Nunca. Fuimos víctimas de nuestros políticos que se rieron en nuestras caras. ¿Nos rendimos? Nunca. Nos acecharon los terremotos, cientos de personas perdieron sus casas y tuvieron daños. La ansiedad, el pánico y el temor dominaba al sur. ¿Nos rendimos? ¡Nunca! Somos una raza fuerte, somos una raza brava colora, somos más fuertes que nuestros problemas. La vida nos pone a nosotros y al mundo a prueba una vez más. Tengamos fé, que una mañana nos despertaremos y todo habrá pasado. La ansiedad y el sufrimiento no respeta edades, sexo o raza, pero yo sí conozco al némesis de todo lo negativo que pasa, el tiempo...

Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Juan 16:33
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. 

¡Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece! Por tanto, podemos tener paz en medio de esta tormenta.

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⏰ Última actualización: Jun 01, 2020 ⏰

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