10. Confesión Xicheng

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Wei WuXian y Lan WangJi se encontraban sentados en el pasto, uno al frente del otro con los labios algo hinchados y las mejillas rojas, bueno en este caso, solo se le notaba al joven de negro, quién no pudo evitar sentirse feliz, por lo que sus piernas se agitaban y una risilla se le escapaba de vez en cuando.

Wei WuXian: Lan Zhan, pongámonos serios... ¿Qué quieres decir con que no me has olvidado? - preguntó curioso y confundido.

Lan WangJi bajó la mirada por unos segundos, luego le miró y con una voz monótona dijo:

Lan WangJi: El brazalete.

Levantó su mano derecha y su manga cayó, dejando a la vista un bonito accesorio

Wei WuXian abrió los ojos como platos.

Wei WuXian: Tú... Tú... - No supo que decir.

Un nudo se formó en su garganta.

Lan WangJi: No pude recordarte. Ví el brazalete y entendí que debía de encontrar a esa persona.

Wei WuXian se quedó aún más impactado, Lan WangJi había dicho más de tres palabras.

Wei WuXian: Entonces... ¿Viniste a Yunmeng buscando a esa persona? - preguntó con una mezcla de emociones.

Lan WangJi asintió.

El corazón de Wei WuXian saltaba de alegría. Pero aún así había cosas que no entendía.

Wei WuXian: ¿Porqué te mostraste tan frío? Me dolió bastante fingir, ehh. - Se quejó cruzando los brazos, como un niño pequeño lo haría.

Lan WangJi: Porqué eres un sinvergüenza. - Respondió con toda sinceridad.

Wei WuXian al escuchar esto le miró ofendido, luego sonrió de oreja a oreja. Se acercó a él gateando. Cuando estuvo a su lado, recostó su cabeza en el hombro del chico de Gusu con el fin de molestarlo, sin embargo...

WangJi no se negó a aquél acto.

Wei WuXian explotó en carcajadas.

Wei WuXian: Ay Lan Zhan, Lan Zhan... Si tan sólo no hubieses sido terco la primera vez que nos vimos, no hubiésemos sufrido tanto. - Dijo con suma alegría acurrucando su cabeza en el pecho del hermoso Jade.

Pudo escuchar los rápidos latidos provenientes del corazón de Lan WangJi.

Esto prendió al joven Wei de gran manera que tomó los dos buches del chico de blanco y le llevó a él, hundiendolo en un beso lleno de amor y pasión.

Por fin, la persona que amaba estaba junto a él, amandoló también.

Al otro lado del basto bosque dónde los pajarillos cantaban y el cálido sol alumbraba, el chico gruñón de ropajes morados caminaba cabizbajo detrás del primer Jade de Lan

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Al otro lado del basto bosque dónde los pajarillos cantaban y el cálido sol alumbraba, el chico gruñón de ropajes morados caminaba cabizbajo detrás del primer Jade de Lan.

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