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Un lobo rugió mientras el puente colapsaba.

Una voz susurró en mi cabeza.

Decía: “levántate”.

Decía: “ya casi llegamos, pero tienes
que levantarte”.

Decía: “AlfaHermanoAmorHijoManada levántate levántate levántate”.

Decía: “te amamos”.

Decía: “te necesitamos”.

Decía: “eres nuestro Alfa y tienes que LEVANTARTE”.

Decía: “LEVÁNTATE LEVÁNTATE
LEVÁNTATELEVÁNTATELEVÁNTATELEVÁNTATE”.

Me puse de pie porque haría lo que fuera por ellos.

Me dolía todo, pero me levanté.

El puente se estaba inclinando. El techo descendía a mí alrededor, tan cerca que podría haberlo alcanzado y tocado.

Di los últimos pasos y en el momento, en el segundo en que
mis pies tocaron la tierra, el puente se estrelló contra la ensenada, levantando una nube de polvo.

Hubo un fuerte grito a través de las ataduras, los hilos que se extendían entre nosotros. Una llamada de horror, de “no no no y OxOxOx NO NOS HAGAS ESTO OX…”.

‒Ey, Joe ‒dije porque nadie más podía gritar de esa forma por mí, nadie más podía estar tan desesperado por oír mi voz.

Y la canción que aulló fue algo maravilloso, cargada de un alivio tan verde que causó que mis ojos quemaran.

Se hizo eco en los árboles a mí alrededor. Estaba cerca. Tan
cerca.

Necesitaba verlo para asegurarme de que estuviera bien, para decirle lo mucho que lo sentía, que jamás habría querido dejarlo, que jamás quise estar en ningún sitio sino era a su lado, que todo lo que siempre quise fue mantenerlo a salvo. Siempre, desde ese día en el camino, cuando me habló como un pequeño tornado, todo lo que había querido era asegurarme de que nada malo volviera a sucederle a Joe Bennett.

WOLFSONG🐾/LA CANCIÓN DEL LOBO🐺 - [FRASES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora