Capítulo único

258 27 7
                                    

         La calle está vacía. Camino apresuradamente para llegar al lugar donde voy a recibir mi próxima misión. Antes de doblar por el callejón oscuro, levanto la vista del suelo, y miro mi reflejo  en la ventana de una tienda. No me reconozco. Me busco, pero no queda ni un rastro de la persona que era hace un mes.

Se me hace un nudo en la garganta al recordar la tarde de ese otoño en la que me avisaron que debía simular mi desaparición y empezar de cero, cuando hacía varios años que había vuelto a tener una vida normal, y conservaba mi propio nombre.

Recuerdo también el día en el que preparé un bolso con mi ropa, y, con lágrimas en los ojos le escribí una carta a Zack, mi novio en ese entonces, explicándole que me iba, pero que no le podía decir a dónde, y pidiéndole que, fuera lo que fuera, no intentara buscarme. En el momento en el que crucé la puerta de mi casa, supe que no había vuelta atrás.

Mi nombre era Alice O’Bone, tenía veinticinco años...

Ahora  me llamo Sarah Lawers, según lo dice mi identificación falsa.

Puedo ver en el reflejo, que mi cabello, antes negro y lacio, ahora tiene ondas, y es marrón, y mis ojos, mis hermosos ojos verdes, ahora son negros como el carbón. Mi cara directamente está irreconocible.

Odio a mi nueva yo. Prefería miles de veces a la persona que pude ser … y de la que ahora quedan sólo recuerdos.

Sigo caminando, tratando de sonreír un poco, pero me siento demasiado triste como para fingir.

Entro al callejón, y me encuentro con mi jefe.

-          Agente 28- suelta, a modo de saludo.

-          Señor Goldman.

-          La misión de la que le hablamos está en este sobre-  me entrega un envoltorio marrón. Cuando lo tomo, me despido completamente de mi vida anterior- Esperamos que pueda cumplir con el pedido, y que realice todo lo que le ordenamos con suma discreción.

-          Está bien- suspiro, mientras me giro para salir del oscuro lugar.

                De vuelta en la calle, respiro profundamente, dejando que el aire de la tarde me refresque.

                Entro a un café, y me siento en una mesa para dos, sola. Tomo el sobre de papel marrón entre mis manos, y lo abro cuidadosamente. Meto la mano, y agarro los papeles que hay adentro.

                Al sacarlos, los pongo sobre la mesa, y veo que hay un pasaje de avión entre ellos.

                En la primera hoja se me indica que mi nueva vida se desarrollará en Rusia, donde voy a tener que espiar a un supuesto ladrón de joyas internacional, y mantener informado al señor Goldman sobre los movimientos y asaltos del tipo. Nada del otro mundo, comparado con los trabajos que tenía antes de haber decidido retirarme por un tiempo.

                Ordeno un café de vainilla, y unas donas.

                 Cuando termino, me levanto de la silla, dejando el dinero y una propina en la mesa.

                Salgo de nuevo al frío de la ciudad, y camino hasta la esquina para pedir un taxi que me lleve al aeropuerto. Me voy a ir de esta ciudad antes de arrepentirme.

                 En eso un chico se para a mi lado. Un chico con la cara transformada por el dolor, con los ojos tristes.

                  Se gira para ver algo detrás de mí, y su cara me resulta demasiado conocida como para correr la vista.

                  No puede ser él. No es posible, no. No puede ser que no reconozca a primera vista a la persona con la que he pasado tantos años de mi vida.

                 Sus ojos bajan a mí, pero no me mira como todas las veces, porque obviamente, no sabe que soy yo.

                 Nuestras miradas quedan conectadas, mientras la gente pasa a nuestro lado. En sus ojos puedo ver que está tratando de adivinar quién soy. Y entonces su expresión cambia rotundamente; una pequeña sonrisa se ve reflejada en ese rostro que no ha estado feliz durante un mes.

-          ¿A-Alice?- pregunta. No puedo creer que haya visto a través del maquillaje.

               Tengo ganas de lanzarme a sus brazos y decirle que soy yo, y pedirle perdón por todo. Tengo ganas de quedarme, porque es imposible  olvidar la primera vez que nos vimos. Porque es imposible olvidar la vez que me confesó que estaba enamorado de mí. Porque es imposible olvidar la vez que me invitó al cine, y pagó mis palomitas. Porque es imposible olvidar  nuestro primer beso, en el parque.  Porque es imposible olvidar cada vez que me dijo “Te amo”.

                 Simplemente, es imposible olvidar, que me hizo tan feliz.

                  Aunque tampoco puedo olvidar que, si me quedo, tarde o temprano lo voy a hacer sufrir, que nunca va a poder perdonarme el hecho de haberme ido. Que nunca voy a poder hacerlo tan feliz como él a mí. Que él se merece mucho más amor del que yo puedo entregarle...

                 Corro la mirada de la suya, y la bajo al suelo, para susurrar:

-          No, lo siento, te has equivocado- las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas.

                 En ese momento llega un taxi, y sin mirar hacia atrás, me subo, y le entrego el dinero al conductor, pidiéndole que me lleve al aeropuerto.  Miro por la ventana cuando el taxi arranca. Zack sigue ahí, pero la tristeza ha vuelto a su rostro.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, espero que les haya gustado este OS, a pesar de que es medio triste... u_u... 

Estas vacaciones tengo pensado algo especial para escribir... TAN TAN TANNN sorpresa, jaja :) 

Si les gustó esta historia, dejen su voto, y un comentario, me encanta saber qué piensan de lo que escribo...

Y si pueden lean mi otro OS "A diez pasos" 

Besos!

 

Ya no soy yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora