Capítulo 5 Nostalgia

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Elsa había estado paseando por los terrenos de la nación que visitaba, en su mente rondaba la idea de acudir a la bruja que podía curarlo todo.

Realmente será tan buena par...

Sus pensamientos se interrumpieron por la aparición de Mérida DunBroch.

- Hola, siento mucho lo que pasó en el comedor. Se disculpó.

-¿Es así como me llaman?

-Bueno no es un secreto que te dedicas a hacer hielo

-Pero ese apodo tiene otra connotación. Acotó Elsa.

- Bueno... es que tu hermanita tiene novio... se supone que la Reina debe casarse para reinar... Es un chisme, no debería hace caso a eso... siempre hay chismes de la realeza.

- No creí que eso fuera lo que se decía de mi. Confiesa Elsa con un tono de tristeza.

- Había oído que eras muy atrevida

_Todo cambió cuando mis pod... cuando tuve que enfrentar la crisis de mi nación.

Hubo un par de minutos de silencio mientras ambas contemplaban el claro cercado por enormes piedras.

- ¿Donde estamos? Preguntó Elsa

- Este es un lugar mágico. Respondió Mérida con una risita.

Elsa arqueó una ceja y miró hacia el fondo del bosque.

- ¿ Qué hay más allá? 

- Un bosque encantado. Mérida hizo un tono de burla lúgubre en la última palabra. Ahí vive una poderosa bruja capaz de resolver cualquier problema de tu vida, sólo sigue las luces mágicas.

- Eso he oído... ¿que? ¿Cuáles luces? Elsa usó un tono infantil al cuestionar a su acompañante.

- Oye la única que hace cosas mágicas aquí, eres tú. Es solo un juego. Debo hacer una aparición real ante nuestros invitados, te veo en el castillo,  no te pierdas en el bosque, hay osos.

Mérida salió corriendo por una vereda en dirección al castillo.

Debo estar loca para considerar esto.

- Estas muy estresada.

- Lo sé.

- Suéltate, tu cara se ve acartonada, te estas avejentado Elsa.

Ella había caminado hasta el centro del claro cuando notó que no estaba hablando con ella misma. Era una vos masculina.

- ¿ Quien esta ahí? 

- ¿Cómo?  ¿Puedes oírme?

- Su tono no es un susurro exactamente. ¡Muestrese! Ordenó.

- Está bien su majestad. Estoy acá arriba.

Elsa levantó lentamente su mirada. En una rama más alta que las piedras que cercaban el sitio había un joven delgado recostado, en su mano derecha sostenía una especie de báculo o rama seca, usaba una sudadera azul y pantalón corto café, muy ajustado para la época pensó Elsa, lo que más llamó su atención es que estaba descalso y su cabello era color plateado.

- ¿ Cómo llegó hasta ahí?

-¿Eres la Reina Helada?  Preguntó el joven usando un tono juguetón.

-¿Disculpe? No respondo a ese sobrenombre. Soy la reina Elsa de Arrendelle ¿Quien es usted? Inquirió indignada.

- Entonces si eres. Soy Jack Frost, Rey de las nevadas. Se burló usando el mismo tono solemne de ella.

- No creo que eso sea un reino y usted es muy grosero. Elsa estaba irritada por la actitud de confianza y burla, sentía ganas de lanzarle un rayo helado y derribar lo del árbol, en ese momento notó la altura en la que se encontraba, le pareció realmente alto y no había forma de que hubiera subido descalzo.

- ¿Cómo subió?

- Volando, ¿no es claro?

- Sigue burlándose de mi, no toleraré esto un momento más. Dio la vuelta y comenzó a caminar de vuelta al castillo. No dio ni tres pasos cuando el chico la llamó.

- No, Elsa espera. La detuvo al ponerle la mano en el hombro.

Elsa se asustó y giró.

- ¿Cómo lo hizo?

- Ya te lo dije, volando. No me hables de usted, me siento viejo, mi nombre es Jack Frost y no soy Rey de ningún lugar.

Elsa sólo podía fijarse en sus ojos, que eran del mismo tono celeste que los de ella.

- Bonito cabello. Bromeó Jack.

- ¿he? A si gracias. ¿En verdad volaste?

- Si. Te lo dije. El también la miraba fijamente.

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2020 ⏰

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Imperio de hielo (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora