Sempiterno

Marchito [HuaiSangxXuanYu]

A lo lejos, equilibrándose sobre un tronco caído cubierto de musgo, rodeado por decenas de conejos y un hombre de espalda recta vigilando su infantil y temerario andar en tan precaria superficie, Wei WuXian hablaba y hablaba. Su voz, distorsionada por la distancia y el viento, era conjunto de sonidos agudos y entusiastas, carentes de forma y marcados por la alegría, la paz y el amor. Las ropas negras cubriendo en parcialidad marcas rojizas y moradas, de besos y mordidas. Después de una primera vida de desgracia, ¿a quién le preocuparía ocultar las evidencias de la pasión y la dicha, tatuadas en esa piel delicada y suave?

Piel digna de ser besada, tersa al tacto de los labios, estremeciéndose como gentil pétalo de una tierna flor al viento primaveral, generando una onda expansiva estallando en un seductor gemido seguido de decenas más, el cuerpo arqueado hacia su amante, oscilando su divinidad en un provocador vaivén a dueto...

El supuesto grito de pánico de Wei WuXian al fingir caer hacia su izquierda, en los brazos de Lan WangJi, lo abstrae de sus recuerdos. La vista de la feliz y controversial pareja lo obliga a marcharse, con un nudo en la garganta y una lágrima oculta tras el abanico, mordiendo la parte interna de la mejilla, aguantando la respiración.

—XuanYu —murmura, recargándose en un árbol, temblando. Hoja seca a finales de otoño, a punto de soltarse y ser parte de las hojarascas, del follaje muerto y sin esperanza. Corazón marchito y quebradizo.

Alzando la vista al cielo de mediodía oculto tras la copa del árbol, extrae fuerzas inexistentes y cae de rodillas. Su venganza está cumplida, no hay nada a qué aferrarse para mantener apariencias. En los rescoldos de la pasajera satisfacción de la revancha, le toca desplomarse...

Su hermano se fue, y lo vengó.

Su amor se fue, y lo utilizó para vengarse.

Esta solo, envidiando la felicidad del amigo habitando la cascara mortal del hombre que amó, a quien vio doblegarse desecho, injuriado por aquel que idolatró, orillado a la locura... Triste era que, a pesar de ser el artífice del presente, aún deseaba el cuerpo que acarició en el pasado en la amarga entrega transitada del despecho de un "loco" a la devoción de un "ingenuo".

¿La conclusión de su penosa historia de amor unilateral?, al borde de un sufrimiento compartido, de la razón pisoteada por el dolor, ansiando liberar a quien jamás tendría como habría querido, Nie HuaiSang acertó a la coyuntura entre su basto amor y su creciente rabia.

Vengó a su hermano, a Nie MingJue.

Vengó a su amado, a Mo XuanYu.

La muerte de uno con la muerte del otro, ambos enloquecidos por el mismo demonio, ambos adorados por el mismo hombre.

Uno el inicio, el otro el fin.

La partida del líder Nie destrozando su alma, la del "manga-cortada" su corazón.

Desconociendo el tiempo transcurrido de rodillas, Nie HuaiSang se levanta secándose el rostro y se marcha de Profundidad de las Nubes, aceptando vivir así, con la insignificante conformidad de haberse vengado y la devastadora consciencia de haberlo perdido todo.