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- Lágrimas... Solo saco lágrimas desde que nací... Jamás mire la luz del sol.. O mejor dicho, la esperanza.

Hasta que...

- Apurate estúpida!! - El agua helada cayo en el débil pero buen cuerpo de la chica - Te tengo que bañar para que entiendas!!!? A!?

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- Apurate estúpida!! - El agua helada cayo en el débil pero buen cuerpo de la chica - Te tengo que bañar para que entiendas!!!? A!?

La chica temblaba, sus pequeñas manos de aferraban a sus brazos en busca de calor y protección para defenderse de la mayor.

Esta misma la tomo del pelo dejando que sacara un grito pequeño del miedo mientras lloraba.

- Imbécil - Golpeo la mejilla de la chica dejándola roja hasta volverla a tirar al suelo.

El cuerpo desnudó de la joven se raspo al chocar con las piedras de la tierra, sus piernas aunque fueran hermosas están llenos de moretones, sus brazos suaves están llenas de heridas y cortes y sus dedos finos están fracturados.

Se encogió en el lugar y se agarró la cabeza tocando sus labios partidos, sus ojos grisáceos caían gotas saladas que ya sus ojos están rojos de tanto llorar.

Se levanto del suelo con cuidado de no caer de nuevo al sentir sus piernas que le dolían, el viento frío chocó con su cuerpo desnudó haciendo que su cuerpo temblara.

Se acomodo su kimono provocativo con la mirada de otro mayor, se maquilló aun con los ojos aguados tratando de ocultar los golpes de todo tipo de tu rostro.

Te tomaron de los hombros con fuerza que hasta que sus nudillos tronaron cuando apretó la tela del kimono.

Con fuerza te sacaron del lugar y con esa misma te hicieron caminar, tropezabas con la tela de tu ropa al no tener tiempo de acomodarte al pisar la madera hasta que llegaste afuera del recinto.

- Ve zorra - Le mira asustada - Ya sabes cual es tu trabajo - Cerro la puerta con fuerza.

Camina con nervios a sus lados hombres le miran lujuriosos, desvistiendola con la mirada pero la chica camina más rápido al ver como otros son capaces de tomarla y hacerle cosas.

Se escondió en un pequeño callejón tomando su pecho y respirando suave y regulando su respiración, un grito agudo le llego a los oídos y dirigió su mirada hacia el ruido caminando un poco hacia el sonido.

Se escondió leve sacando un poco la mirada al ver a un tipo en el suelo y otro de gorro blanco con traje elegante de espalda de la mirada de la chica.

Que ella misma jadeo de sorpresa y nervios, tapó su boca y al ver que el tipo le miro de reojo sonrió volteando su cuerpo.

La chica salio corriendo dejando que el frío de la noche se mezclará con las farolas encima de ella, no se dio cuenta de donde iba pero choco con un pecho que la hizo caer al suelo y encogiéndose en el.

- Hola, oye tranquila - Una voz femenina le saco de sus nervios.

Levanto la vista al ver a la muchacha, era una sacerdotisa ya que llevaba su arco y flechas que brillaban con la luz del lugar y con el traje blanco y rojo que le daba un aire de paz cuando la vez.

Tragas saliva levantándote del suelo y disculpándote con la chica.

- Hija de *" - Se escucha un grito y te encoges en el lugar dando una mirada de la sacerdotisa.

La mayor empujo un poco a la sagrada tomando tu muñeca enojada.

- Quien te dijo que salieras!!? Perra ven aquí!!? - De un manotazo la presión de tu mano se fue.

Abres los ojos y vez a la sacerdotisa con una mirada seria observando a la mayor.

La sacerdotisa tomo de nuevo tu muñeca delicadamente y camino hacia ella.

- Disculpe.. Pero. La compraré - Tomo una faja de billetes y lo alzo al mar.

El grito del mayor se escucho al ver los billetes tirados y empezando a mojarse.

La sacerdotisa tomo tu mano y salio corriendo junto a ti.

Volteas la mirada hacia atrás observando la mayor de cabellera café, ojos marrones con arrugas y rostro miedoso al perder los billetes.

Esa persona... Esa mayor.. Esa.. Que se podría llamar madre.

 Te mordías las uñas de los nervios a flor de piel, que guardabas

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 Te mordías las uñas de los nervios a flor de piel, que guardabas.

La sacerdotisa llegó con una nueva ropa, te quitaste el kimono y comienzas a acomodar la ropa.

- Se que fue repentino - Sonrió - Pero se que estabas perdida allí, y si seguías con ella.. Tal vez estarías peor.

Bajas la miraba tocando tus manos y con los labios desaliñados.

- Que tonta soy... Soy kyo y tu? - Sudor de tu frente comienza a baja.

- Soy... Am.. _____ - Sientes que una mano toca tu cabello.

- Tranquila, yo te cuidare - Sonrió

Desde allí...  Comencé a ver la luz... Aunque era pequeña, parece que los cerezos también lo saben.

Cerezos en agua [ Giyuu Tomioka ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora