Las apariencias engañan... Querido giyuu
* Historia creada por mi.
* No va con la linea del anime.
* Crédito de imagen al autor.
* Personajes que aparezcan créditos a su autor menos el protagonista.
Sentada en la madera del lugar escuchando como los demás entrenaban, sonríes al ver las flores caer y el viento chocar con el rostro.
- Es la primera vez que te veo sonreír así - Quitas la sonrisa y bajas la mirada.
La sacerdotisa camina hacia ti con pasos lentos.
- Yo.. Yo no.. - Intentas decir por los nervios.
- E visto que eres nerviosa - Dice sonriendo - Toma esta rama - Toma tu mano y abre la palma entregándote la rama - Toma confianza en esta rama... Y así dejaras de ser así.
Observas la rama que aun esta esta en tu palma, solo sonríes al sentir una gran seguridad en ella.
Que solo la aprietas y sonríes dando una buena mirada de la sagrada.
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Mientras la lluvia golpea tomas entre tus manos la espada reluciente desde la pared, desde el suelo tomas el mango y juegas un poco con ella.
- Se puede saber que haces? - Desvías la mirada a la chica pelirroja con los brazos cruzados - No se como la señorita kyo acepto a una prostituta en este lugar.
- Deberías preguntarle eso a ella - Te mantienes serena e incluso la chica se extraña ya que sabe de tu nerviosismo pero al tener la rama a tu lado todo esta bien, mientras más cerca este la rama de ti es mejor - Deberías preguntarle eso a ella.
Escuchas el chasquido y te toman la espada a la fuerza que te cortas un poco los dedos dejando un pequeño hilo de sangre correr.
La chica vuelve a colocar la espada en la pared y camina hacia la puerta cerrándola fuertemente.
Suspiras y observas tus dedos observando la sangre seca en la herida de la espada.
Te levantas del suelo para prepararte de tu primera misión.
Los pasos rápidos en los charcos provocados por la lluvia juntos con los gritos de las personas detrás eran la que le hicieron caer.
Buscaste con desesperación la caja de los jarrones, que según no tendrías que romper ninguna aunque desde tu punto crees que están rotas.
Te toman del cabello que eso te trae malos recuerdos y golpeas a la persona que te tomaba fuerte tu cuero cabelludo, gateas hasta la caja pero te vuelven a golpear pero esta vez en el brazo.
Tomas la caja y esquivas vagamente el nuevo golpe de la persona que trató de hacerlo pero lo golpeas con tu codo y sales corriendo.
Entras con fuerza por la puerta de la finca y caes al suelo para tratar de respirar bien, te levantas buscando la puerta principal del lugar.
Al encontrarla entras por la puerta y le entregas la caja a la sagrada frente tuyo.
- Termine - Te tiras al suelo por el cansancio pero luego te levantas al sentir dolor.
- Eso veo.. - Abre la caja - Algunas están casi rotas.. Pero las demás están bien, lo hiciste bien - Sonríe - Puedes retirarte.
- Podría preguntar algo... - La mujer te ve afirmando - Porque gente me seguía?
- Ríe un poco al ver tu curiosidad - Es una prueba ____... Si no hay peligro no sería una verdadera prueba, hací que pedí permiso a esas personas - Suspiro - Se que te hicieron daño.. Pero es mejor experimentar antes que después del peligro.
- Op... - Quedas sin palabras solo bajas la mirada.
- No te deprimas.. Lo hiciste bien - Sonríe dándote ánimos.
Sonríes y te levantas del suelo para salir del lugar, llegando a tu habitación.
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Observas la mancha de sangre por la tela como se esparce por los lados, tomas con los dientes la tela jalandola para dar más fuerza el la herida.
Flores entran por la ventana ya que se abrió por la fuerza de la lluvia, te levantas del suelo cerrando la ventana.
Aunque lo que no viste era que una rama de cerezo con flores entro en tu habitación, cierras la ventana y tomas la rama sonriendo un poco tomas un jarrón con poco de agua y la pones allí.
Desde una rejilla de la puerta la sacerdotisa sonreía al saber el potencial de la chica, ríe y camina por la finca.
Parece que los cerezos lo saben también... O no solo ellos?