Único

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—Okey, tienes que calmarte, JiMin.—El chico de cabello negro llamado TaeHyung intentaba animar a su mejor amigo y compañero de trabajo. No era un secreto que el pequeño peliplateado siempre estaba de mal humor y maldiciendo a su jefe.

—¡Eso es muy fácil de decir , Tae!. — le reclamo el bajito, su traje gris estaba un poco ajustado y sus lentes en su mano pues intentaba estrujarse la cara para liberar tención —A ti, tu jefe te coge muy delicioso.— Escupió con sorna. Tae entrecerró los ojos y bufo.

—No metas a HoSeok en esto, gracias— le pidió para darse vuelta y arreglar unos papeles. No le gustaba hablar mucho con Jimin despues de que Jungkook lo llamaba a su oficina. Su humor borde siemprr caía de mil demonios.

—¡El bastardo de Jeon me pidió, ahora en adelante dejara de utilizar trajes grises porque me veo gordo!— Gruñó JiMin, se sentó en su silla y masajeó sus sienes para tratar de no ir a ahorcar a su jefe. Tenía que recordarse lo pobre que es y lo mucho que necesita el maldito empleo.

—Miente, se te ve un culo de infarto. Yo te follaria— Interrumpió Namjoon, su secretario. Pues si, JiMin era el asistentes del presidente de una empresa muy costosa y su secretario se lo quería follar. No es que nunca lo hicieran, Namjoon estaba más bueno que volverlo a decir y tenía un pene deliciosamente grande pero el muy tonto estaba enamorado de su medio hermano SeokJin y eso, era un problema. Aunque Namjoon siempre insistía en que eran hermanastros.

—Gracias, Nam. Pero no.— Respondió JiMin.

El jefe de Park JiMin es Jeon Jungkook, un abogado muy inteligente que escaló hasta ser e presidente de una de las empresas de licor más importantes de Corea del Sur, sin agregar lo guapo y rico que se encontraba. Era un ensueño húmedo envuelto en belleza, pero según Jimin tenía tres defectos.

Era un narcisista de mierda.

Era un maldito maleducado.

Y era Hetero  hasta la médula. Su esposa HwaSa era una modelo hermosa y de familia refinada, sin contar que era una feminista revolucionaria que tenía muchas caridades y centros de apoyo, era un Ángel, es clase de persona que no puedes odiar aunque quieras. Ambos eran la pareja más sensual y la definición de bisexual , pues al verlos no sabrías cuál quieres.

Aún así,  después de un año trabajando con Jeon, Jimin sabía que todo lo que tenía de hermoso lo tenía de insoportable.

—Ya calmate, no ganas nada.— Murmuro Namjoon con una pequeña sonrisa.—Por cierto,  escuché en recepción  que hoy vendrá la señora Jeon, aunque no dijo ahora exacta—  .

— Maldita sea, JungKook odia esas visitas espontáneas — Gruño el peli plata .

—ballena, a mi despacho. ¡Ahora carajo!— se  escuchó el intercomunicador de Jimin. El recién  nombrado se paró de golpe con una mueca de enfado,  su rostro se tornó rojo y Tae retrocedió en su escritorio.  Su amigo podía ser bajito pero tenía un temperamento muy fuerte, en realidad le sorprendía que aún no matara y picara a JungKook mientras dormía.

—Respira — le pidió su amigo. Cuando Jimin le dio la cara, en vez de tener furia en ella, una sonrisa  peligrosa la adornaba, ese tipo de sonrisa filosa que no puede significar nada bueno.— Lo que sea que este pasando por tu retorcida mente, no lo hagas. Eres pobre y necesitas el trabajo.— Suplico Tae con un puchero.

— ¡Me cansé!— anuncio Jimin mientras daba un pisotón.— Lo siento Tae,  no creo en nadie.  Y hoy me las cobró todas— Su voz era tenue, muy ronca para su tono agudo que poseía normalmente.—Mandame un mensaje cuando HwaSa llegue a recepción,  pídele a Yoongi que te avise. — Le pidió a Namjoon, este asintio sin entender.

Asistente. (One Shot) KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora