Especial.

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—¡Solo diles Jeon JungKook!— Exclamó  Jimin mientras lloraba en aquella oficina tan conocida. Estaba triste y cansado, agotado. El y Jeon llevaban un año saliendo a escondidas y follando sin control. Eran una clase de pareja, HwaSa estaba más que consciente de que ellos estaban juntos y se puede decir que hasta Jimin y ella eran muy grandes amigos. La familia de Jimin conocían al abogado como su novio y hasta vivían juntos en el departamento de lujo que poseía JungKook desde hace un par de meses. El único problema era el miedo que Jeon tenía hacia su familia y el odio que estos tenían hacia la homosexualidad. El estaba más que consciente que sería desterrado de todos ellos al proclamar quien era el, a quien amaba.

—¡Jimin, no puedo!— Le grito de vuelta mientras golpeaba el escritorio. Jeon estaba llorando pues sabía que su relación estaba colgando de un hilo, Jimin era su todo, era quien lo hacía feliz y soportaba su carácter de mierda. El lo amaba pero tenía tanto miedo.

—¿Que esperaras? Tu madre ya te pidió nietos y como dejes embarazada a HwaSa, te mato. —Gruño el ahora, pelirosa. JungKook sabía que Jimin explotaría al oír lo que su madre le estaba demandando.

—Eso no sucederá, HwaSa ayer me pidió el divorcio. Se casara en Inglaterra con Solar.— Murmuro Jeon. Jimin empezó a llorar. Hasta su amiga era más valiente de lo que su imbecil novio podía ser.

—Entonces esto es todo.— JungKook levanto la mirada rápidamente y empezó a caminar hacia su novio. Cuando iba a tomarlo de brazos Jimin lo apartó.

Estaban tan rotos y dolidos los dos.

Jimin estaba cansado de ser un secreto, tan agotado. JungKook le daba amor pero no era suficiente,  el quería tomarlo de la mano en las calles, hacer reuniones familiares y tener el maldito privilegio de poder bajarse del mismo auto que Jeon cada  mañana al llegar a la empresa.

Pero al parecer estaba pidiendo demasiado, o al menos así lo veía su novio.

— No me dejes, por favor. Te amo, mochi—. Ni las palabras más dulces de Jungkook iban a sanar el dolor que tenía Jimin en su corazón. Se sentía tan insuficiente,  era como.si odiase el el hecho de tener un pene entre las piernas.

—¿Sabes algo Kook?—La voz rota y cansada de Jimin solo hizo doler el pecho del pelinegro. JungKook negó con la cabeza.—Algunas veces, el amor no es suficiente . Y no me refiero a que me amas y quiero más sentimientos, trato de decirte que no me amas lo suficiente como para ser valiente. Yo merezco más, merezco todo. Y hasta que no me lo des, me iré. Te esperé un puto año con tus malditas promesas vacías, que lo harías.¡Me lo prometiste!.—.Las lagrimas forraban las sonrojadas mejillas del pelirosa, sentía como su cabeza empezaba a nublar por el dolor que lo poseía, era como si los meses de felicidad ahora cobrasen con creces todo lo bueno que pasaron.

—Jimin, ¿Como puedes decir eso? . Eres todo para mí.— Susurro JungKook al borde de las lágrimas.

—Si fuera todo, irías con tus padres y les dirías la verdad. Pero no lo harás y ya es demasiado tarde. Te amo Kook, adiós. —y con el corazón en la mano, Jimin camino hasta la puerta y se fue.

JungKook se permitió derramar lágrimas por su amado, porque tenía razón.

El nunca le diría a sus padres que era gay.

Y si, amaba a Jimin. Pero sentía más miedo que amor.














Asistente. (One Shot) KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora