Príncipe MinGi《MinJoong》[EN EDICIÓN]

One

Era un día muy especial para la familia Kim. Sus dos hijos, HongJoong y DaHyun cumplían veinte años; harían una gran celebración, invitarían a sus amigos más cercanos, familiares desde los más cercanos hasta los más lejanos y toda la realeza. Pero a lo que la reina más le entusiasmaba, era que por fin encontrarían una pareja para su querida hija a quien, en un futuro, cedería su corona.

HongJoong pasaba su mano con delicadeza por su rubio cabello. Sus dedos acariciaban los mechones mientras miraba con aburrimiento al personal que andaba a las corridas por el castillo tratando de que todo quedara perfecto. No estaba muy emocionado con la fiesta al contrario de su querida hermana mayor por tres minutos como adora recordarle, cosa que le resultaba un tanto fastidioso. Suspiró mientras caminaba hacia el gran jardín, lleno de flores de distintos tamaños, formas y colores, como le gustaba a su madre.

Dahyun se encontraba sentada en una hermosa banca blanco leyendo un libro, como casi siempre que la veía. HonJoong sonrió, adoraba a su hermana pero jamás se lo diría. Caminó hasta llegar a su lado y tomó asiento, haciéndola levantar la vista de la novela.

—¿Cambiarás esa cara?—preguntó la princesa, cerrando el libro no sin antes marcar la página para su próxima lectura. El rubio hizo el amago de torcer sus labios en mueca que no llegó a terminar. Bajó su vista a sus manos sobre su regazo, negando con la cabeza.

—La celebración será más para ti que para mí, futura reina.

DaHyun movió su cabello rubio a un lado y apoyó su cabeza sobre el hombro de su mellizo.

—No quiero hacerlo—murmuró, dejando salir un suspiro ahogado. No hacía falta decir más, sabía a lo que se refería. DaHyun quería poder celebrar su cumpleaños junto a su querido hermano y nada más. No quería buscar un esposo, un desconocido. Alguien a quien no amara sólo para reinar dentro de cinco años—. Quiero un cumpleaños normal.

—Pero no somos normales, DaHyun... A veces me pregunto qué se sentirá caminar por las calles sin guardaespaldas siendo mi sombra. Sin que las personas me reconozcan.—Con una sonrisa apretada miró a la chica sobre su hombro—. Pero no estaba escrito en nuestro destino.—La princesa se separó del hombro de su hermano, un puchero casi imperceptible se formó en sus labios rosaseos—. Anímate. Prometo bailar contigo y hacer mis geniales pasos.

Sonrió satisfecho al logar sacarle una sonrisa.

—Nos harás pasar vergüenza—dijo riendo.

HongJoong negó com diversión.

—¡HongJoong! ¡DaHyun!— Ambos levantaron la mirada, enderezandose cuando vieron a su madre, Reina de la Luna, acercándose con apuro—. Los estaba buscando. ¿Qué es lo que están haciendo? Deberían de estar preparándose, dentro de unas horas comenzarán a llegar los invitados.

—Lo sentimos, madre. Sólo queríamos pasar un momento de hermanos—mintió la rubia.

—Mis pequeños—dijo en un tono meloso—. No puedo creer que ya estén tan grandes. Parece que fue ayer que celebramos su llegada al mundo.

HongJoong se contuvo se rodar los ojos. Su madre era tan emocional.

—Sin lágrimas, madre. ¿No debíamos ir a cambiarnos?—recordó.

Asistiendo, hizo un ademán para que sus hijos se pusieran se pie a su lado. Entrelazaron sus brazos con los de su progenitora, quien los guió dentro del palacio.

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Habían pasado tres horas desde que fue dejado en su habitación. El joven príncipe se encontraba de pie frente al espejo viendo sus prendas. A decir verdad le gustaba mucho como había quedado. Llevaba un traje azul marino hecho a la medida con apliques en plateado al igual que sus hombreras. Se podía ver un poco su camisa en color blanco, y por ultimo portaba un par de botines del mismo color de su traje que su padre mandó a hacer. Su cabello rubio que casi tocaba sus hombros había sido retocado puesto que ya se veía opaco. En sus parpados fueron usados una sutil sombra y delineador, en sus mejillas rubor y sus labios tenían un toque de color.