Two

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Luego de hablar unos minutos con la familia Song, HongJoong pudo ir a tomar aire como tanto anhelaba.

Song MinGi había cambiado mucho, aunque eso era algo obvio, habían crecido, pero su sonrisa y sus bonitos ojos seguían siendo los mismos. Se preguntaba si aún seguiría siendo torpe. Rió con ese pensamiento recordando cuando una vez MinGi, DeHyun y él estaban jugando a las escondidas. Su hermana contaba mientras ellos corrían a esconderse detrás de un arbusto formado por dalias amarillas. HongJoong le había dicho a MinGi en susurro que guardara silencio y que no se moviera para que su hermana no los encontrara, pero le fue imposible. En una de las flores se había posado una mariposa azul y negra, el castañito amaba las mariposas y cuando esta comenzó a volar, MinGi la siguió tratando de atraparla. Al final habían sido descubiertos y MinGi terminó con su brazo enyesado por haber tropezado y caído sobre él.

—Su majestad.

De vuelta a la realidad, el nombrado levantó la cabeza al escuchar a una de las criadas llamarlo.

—¿Si?

—Los reyes solicitan su presencia, joven príncipe.

—Gracias.

HongJoong se levantó de la banca en dónde estaba disfrutando sus minutos de paz, y volvió al gran salón. Lo primero que notó y lo puso alerta fue su hermana forzando una sonrisa. Sus padres seguían conversando con la familia Song. Al llegar a ellos, su madre lo recibió con entusiasmo, demasiado entusiasmo quizás.

—¡Hijo, por fin llegas! Ahora que estamos todos, podremos hacer el gran anuncio.

—¿Cuál anuncio, madre?

—Ya verás, hijo. La paciencia hace al hombre—respondió su padre.

Optó por ponerse al lado de su hermana que ahora sonría con tristeza. Sus padres estaban del lado izquierdo junto a DaHyun, y la familia Song estaba a la derecha, unos cinco pasos alejados de ellos. Tenía una ligera sospecha de lo que estaba por ocurrir, pero no, no quería que fuese cierto por algún extraño motivo.

—¡Su atención, por favor! Muy buenas noches a todos— habló la reina—. Antes que nada quiero agradecerles por parte mi familia el que estén hoy aquí reunidos con nosotros para esta maravillosa celebración. Hoy no sólo es el cumpleaños número veinte de mis dos hijos, sino que también mi adoraba Kim DaHyun, Princesa de la Luna y Song MinGi, Príncipe del Sol, han decidido contraer matrimonio.

Las personas comenzaron a aplaudir felices por la noticia, en especial satisfechos por los que serían futuros reyes. Algunas se acercaban a felicitar, mientras que los candidatos no elegidos fingian alegría. HongJoong sólo quería huir de ahí, por lo que se disculpó para luego irse por el pasillo a grandes zancadas.

Se supone que debía estar feliz, MinGi era una buena persona, la mejor que había conocido y podría hacer muy feliz a DaHyun. Quizás hasta llegasen a amarse. No importa que al volver a ver a MinGi sus sentimientos lo golpearan como una pelota de baseboll directo al estómago.

«Tal vez jamás se fueron...», pensó.

—Creí que te encontraría aquí.—MinGi se encontraba de pie al lado de la puerta que daba al balcón en donde el rubio pretendía contemplar las estrellas.

—Me gusta este balcón, se puede ver a la perfección el cielo—respondió serio—. ¿Por qué estás aquí? No es propio de un príncipe desaparecer luego de anunciar su compromiso.

—Tampoco lo es por parte del festejado. Además, estaba buscando la habitación del baño.—Caminó hasta posarse al lado del rubio quien veía las estrellas como si quisiera descubrir todos los secretos que estas ocultaban.

Príncipe MinGi《MinJoong》[EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora