JACUZZI

parte 1

Los sonidos electrónicos mezclados con los urbanos que retumbaban por el lugar, lo hacían contonear sus caderas de un lado a otro, sus manos se deslizaban por su cuerpo y acariciaban su cabello acompañando el movimiento, sintiendo la música en cada poro de su piel, y el alcohol que corría en sus venas y llegaba a su cabeza, mejoraba el ambiente.

Sin duda, no se arrepentía de haber salido esa noche con Raven. En un inicio se mostró renuente, pero la chica lo había logrado convencer de salir de casa a darse un respiro después de una dura estresante semana trabajo en la universidad.

Esa noche solo deseaba quedarse en la calidez envolvente de su casa, talvez leyendo un buen libro, disfrutar una taza de té, y relajar su cuerpo de toda la tensión que la cantidad de papeles a revisar, había generado. Eso lo había agotado y quedarse en su casa parecía muy atractivo.

-- Por favor Charles. -- suplicó. -- dime, ¿desde cuándo no tienes sexo? -- había preguntado la rubia sin ápice de vergüenza y con mucha seriedad en sus palabras.

Eso lo hizo sonrojar hasta la orejas, ya llevaba un rato sin salir y sin disfrutar un poco de calor corporal ajeno, en los últimos meses, se había ahogado en montañas de papeles, algunos con las clases que preparaba para impartirlas a sus alumno, y otros eran proyectos y tareas de los mismo que debía revisa, además, las fechas de exámenes estaban cerca y debía prepararlos.

Sin embargo, no había pasado mucho tiempo; unos... dos meses quizás... a decir verdad, no lo recordaba, pero por el tono que había usado su rubia amiga en su pregunta, lo hacía sonar exagerado. ¡Vamos!, que un tiempo sin sexo no lo mataría.

- Aprecio mucho tu invitación, Raven, pero prefiero quedarme. -- contestó sonriendo desganado, pero aun con el sonrojo surcando por su pecosa nariz y mejías.

- Eso cariño. -- objetó Raven. -- es la tensión hablando, y es por eso que necesitas esta salida. Piensa en las posibilidades de esta noche, te falta soltarte un poco Charles, ve esto como un respiro. Saldremos, te relajaras y... quien sabe. -- elevo sus hombros. -- tal vez encuentres a alguien con quien... ya sabes, desordenar un poco tus muebles. -- elevo sus cejas con toque picaresco.

Charles la vio y cruzo sus brazos en modo pensativo, talvez ella tenía razón, y salir era lo que necesitaba, dejando de lado el comentario de encontrar a alguien con quien divertirse, la salida con sus amigos sonaba bien, aunque sí la oportunidad de pasar un rato agradable con alguien más se presentaba, no la desaprovecharía.

-- Está bien. -- aceptó un poco más animado, y la rubia contrajo sus brazos celebrando su victoria.

Y ahora estaban allí disfrutando una noche de fin de semana con el resto de sus amigos, que también estaban bailando de forma muy poco conservadora. Si alguien observaba a Hank en ese momento; pegado a Alex de la forma en la que estaban, no creerían que era un chico tímido y recatado que aún no podía decir la palabra sexo en voz alta. Y de Peter y Logan ni hablar, ambos podían ser un par de indecentes cuando se lo proponían (justo como ahora). Pero no había duda que el amor entre ellos era palpable.

Rio para sus adentros, y dejo de observar su alrededor para concentrarse en la música que hacia mecer su cuerpo y seguir disfrutando de la bebida que sostenía en su mano, estaba por darle un trago cuando noto su copa vacía y rio divertido, tan distraído estaba que no se dio cuenta que la había terminado, bien, era momento de buscar otra.

Se dirigió a la barra y pidió al barista más de ese dulce líquido que mejoraba su humor. De pronto, una sensación parecida una corriente eléctrica, viajo por lo largo de su espalda, y la sensación de sentirse observado lo hizo estremecer y girarse, entonces lo vio; un hombre alto, de cabello cobrizo, la barba (aunque un poco crecida) acentuaba las masculinas facciones de aquel rostro. Aun por encima de la ropa, podía notar que poseía un apetecible cuerpo, imaginarlo sin esas prendas lo hizo morderse el labio en un gesto sugestivo, todo en ese hombre gritaba testosterona pura.