2. Quiero verte.

73 4 1
                                    

Llego a casa y aún tengo esa escenita con Pablo en la que he debido de parecerle una idiota.

Pero hay algo más... también pienso en él.

O lo hacía hasta que oigo el grito de mi amiga desde arriba.

- ¡JODEEEEEEER!

- ¿Que te pasa ahora? - digo mientras subo las escaleras.-

- Pablo Alboran esta aquí. Osea, aquí en casa no, en Benalmádena. -dice dando vueltas sobre si misma.-

-¿Quien? -pregunto achinando los ojos.-

- Este, mira. - gira su portátil y al ver la pantalla siento que mi cara comienza a tomar un color rojo.

- Es bastante mono el chaval. - digo quitandome la camiseta.

- ¿Mono? ¿Sólo mono? Vete a vender cupones, anda.

- Ja, ja, ja. Que graciosa ha salio' la niña.

Salgo de su habitación y me meto directamente en la ducha.

Entonces, ese chico que me he encontrado... ¿es Pablo Alboran?

Vale, ahora siento aún más vergüenza que antes.

Termino de ducharme y me envuelvo en una toalla.

Como cada tarde, salgo fuera a por el periódico, (ya que Olga nunca lo coge por las mañanas.)

Pero por lo que parece, esta no es una tarde cualquiera.

Nada más salir, oigo la voz de mi vecina.

- ¡El perro!

Al oír eso, veo a su perro salir corriendo de casa.

Abro la verja y lo cojo antes de que se vaya más lejos.

Cuando lo tengo en los brazos, pienso en si debería ir a dárselo o ponerme algo de ropa decente.

'Es una señora mayor, no se va a fijar en ti.' -pienso.

Con toda mi poca vergüenza, llamo a la puerta de su casa.

Me abre una señora de unos 80 años.

- He oído que se les había escapado el perro. -digo  sonriendole.-

- ¡Ai por Dios! ¡Que susto me diste Trampi! -dice cogiendomelo de los brazos.- ¡Pablo! Ya no hace falta que vayas a buscarlo.

¿Pablo? Pero que pasa hoy...

En ese momento, veo bajar a un chico por las escaleras mientras se pone una camiseta blanca.

Espera, espera. ¿No será..?

Sube la cabeza al llegar a la puerta y si, es Pablo Alboran.

Mierda.

Se me queda mirando a los ojos un rato.

Joder, joder.

Baja la mirada y sonríe.

'¿Le he gustado?' -pienso.-

- Eh... -dice Pablo.-

Bajo la mirada también.

¡NO, NO, NO!

'Puede ser que te mirara porque vas medio en bolas.'

En eso instante, querría morir.

Me tapo un poco y digo:

-Eh.. hola de nuevo. -intento sonreír.-

-Hola. -dice rascando la parte trasera de su cabeza.-

-Bueno, yo traía a vuestro perro. Me voy ya. Adiós. - digo dándome la vuelta.-

-Espera, espera. -dice cogiendome del brazo, cosa que hace que me de la vuelta.- No te he dado las gracias.

-Eh... de nada, no es nada, de nada, de nada.

'Para de decir "de nada", le vas a parecer mas estúpida."

Pablo se ríe.

- ¿Te puedo invitar a cenar? Como agradecimiento. - dice con su mano aún cogida a mi brazo.-

- S...si, claro, osea, no se. - digo.-

¿Pero que cojones me pasa?

- Por favor. - dice haciéndome pucheros.-

- Bueno, claro, ¿por que no? - digo sonriendo.

- ¿A que hora paso por tu casa?

- Eh... ¿nueve y media, diez? - digo titubeante.

- Te doy mi número y me lo dices, ¿vale?

- Por supuesto.

Nos intercambiamos los números y nos despedimos.

- Adiós cariño. - dice tocando mi mejilla.

"Cariño", pinchame, que no sangro.

- Adiós, Pablo.

Me doy la vuelta y me dirijo a mi casa.

Al llegar, me apoyo en la puerta.

'¿Que te pasa, María?'

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 22, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una noche de Mayo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora