Capítulo VIII
A que se debían esos recuerdos, algo le decía que no eran simple alucinaciones, pero no correspondían a esta época, sino a una muy diferente, como si fueran de hace mil años atrás, pero tan vividas las podía sentir en la piel casi palpar, su corazón las reconocía aunque su lógica se negara.La incertidumbre duro hasta que su vista de poso en aquella castaña mirada y observo como la esperanza y el anhelo se reflejaban en ella, fue así como toda duda desapareció, dejando solo el reconocimiento, un estremecimiento en el cuerpo y un par de ojos anidados en lágrimas.
Respiro profundamente, tratando de controlar su temblorosa voz
— ¿Gulf, mi pequeño bebé? — Y en respuesta obtuvo un cuerpo esbelto que se aferró al suyo en un mar de llanto, sujetándolo como si temiera que fuese a desaparecer, sin dudar lo apego a él con fuerza. Enterró su nariz en su cuello respirando el aroma fresco y cálido de la primavera, reconociendo la tibieza de su cuerpo, embriagándose de la necesidad de haberlo extrañado sin haberse dado cuenta — Eres tú.
Sabía que no era lo correcto pero lo necesitaba, así que separándose lentamente de su cuerpo, observo ese hermoso rostro ahora enrojecido por el llanto, ese que había visto siempre distorsionado en sus sueños, pero que en este momento podía ver claramente.
Ahora entendía esa sensación de pérdida que cargaba en su interior, ese anhelo de amor que nunca había podido llenar ni siquiera con Art, sus recuerdos habían regresado y con ellos todas las emociones dormidas en alguna parte de su alma.
Seco delicadamente su rostro con sus dedos, en una plegaria muda de devoción, acaricio sus cabellos acomodándolos de manera que no estorbaran en su rostro, trazo delicadamente cada uno de sus rasgos, deleitándose en ellos, mientras el otro cerraba suavemente sus ojos entregándose a las caricias que por tanto tiempo había extrañado.
Comprendía que no era el momento, pero su corazón gritaba en necesidad, bajo suavemente sus manos a su cuello acariciándolo de manera lenta logrando que el cuerpo contrario se estremeciera ante su tacto, con toda la delicadeza que merece un cristal subió nuevamente sus manos a su rostro levantándolo un poco, obteniendo al fin que sus miradas conectaran, acaricio sus mejillas con sus pulgares mientras su vista viajaba de sus ojos a sus labios y nuevamente a sus ojos, hasta que en su último viaje quedó varado en esos hermosos y rosados belfos, esa tierna boca carnosa que muchas veces comparo con una deliciosa nuez.
Soltando una suave risa ante el recuerdo, comenzó acercarse de manera cautelosa como si temiera ser rechazado o que este retrocediera por su atrevimiento.
A solo un respiro de sus labios miro una vez más a esos profundos ojos, buscado algo que lo detuviera, pidiendo en silencio su permiso, cuando no encontró nada que le impidiera beber de aquella ambrosia cerro la distancia, solo necesitaron de un roce como el aleteo de una mariposa, para que se desataran años de ausencia, amor y necesidad.
Para Gulf fue sentir el suave roce en sus labios, para que todo él quedara expuesto, paso sus brazos por su cuello y con sus delicados dedos masajeo los cabellos de su nuca, todo se reducía a suaves movimientos hasta que sintió la cálida lengua de Mew acariciar su labio inferior, buscando autorización para profundizar el beso. No necesito pensarlo cuando abrió su boca para él, esa cavidad húmeda que le daba la bienvenida y que se ajustaba como un rompecabezas.
Mew inclino un poco su cabeza y roso su lengua con la suya, ambas tímidas, tocándose, reconociéndose, ondulando y enredándose entre sí. El calor se hizo presente, el aire comenzó a faltar, y sus cuerpos gritaban por más.
Separándose sin realmente querer hacerlo, Gulf habló
— Te he extrañado tanto — dejando caer nuevamente lágrimas pero esta vez acompañadas de una hermosa sonrisa — Mew lo miraba con todo el amor que siempre había estado ahí, simplemente se encontraba aletargado a la espera de ser despertado — Gulf separo sus labios para decir algo más, pero aquellas palabras nunca fueron pronunciadas.
Su apuesto general lo tomó firmemente por la cintura, devorando su boca con devoción y pasión desbordada, con la fuerza y el deseo de un sediento por calmar su sed, el más joven sin meditarlo afianzo el agarre de sus manos en su nuca logrando con ello que sus bocas emprendieran un baile de fuego y estremecimientos, todo se estaba volviendo abrumador y necesitado hasta que un suave gemido se escapó de sus labios.
— Aunque muero por continuar, no es el lugar ni el momento — Balbuceo Mew con su respiración agitada, apoyando su frente en la de Gulf — debemos hablar bebé
— L-lo sé — fue todo lo que pudo pronunciar el más joven.
Gulf con ayuda de su poder cambio el ambiente de esa miserable prisión, al recuerdo de su lugar secreto en el interior de una pequeña cueva entre pinos y enebros, una suave manta con nada más que sus presencias para llenar ese espacio.
Y así fue como comenzó a relatar lo que había sucedido desde el momento en que volvió a nacer, como a medida que iba creciendo los sueños de vivencias pasadas se hacían presentes, como el recuerdo de unos ojos oscuros y un nombre siempre lo habían acompañado como si fueran parte de él, hasta que lo vió en bosque cuando tenía 7 años.
Desde entonces comenzó a seguirlo, protegerlo como aquel día en que le pidió que ayudara al niño de la cabaña. Así mismo Mew comprendió a que se debía la sensación de estar siempre acompañado, pero nunca sintió miedo, de la misma manera que al fin entendía que fue lo que sucedió realmente el día en que conoció a Earth.
Le explicó el motivo que dejará de sentir su presencia cuando se hizo pareja de Art, la pelea que habían tenido con las Moiras, como su hermano y mejor amigo lo habían protegido de esas tres mujeres.
Mew siempre estuvo orgulloso de sus hermanos porque para él ambos lo eran, pero escuchar lo que habían hecho como arriesgaron sus vidas para proteger a una persona que ni siquiera conocían, solo lograba que su pecho se llenara de admiración y agradecimiento por tenerlos nuevamente con él en esta vida. Se encontraban sumergidos en su plática, entre caricias, risas y besos robados, cuando un gran estruendo se escuchó llamando su atención y haciéndolos saltar en su lugar.
Entonces la puerta se abrió abruptamente dejando ver a un agitado Mild
— Lo siento par de tortolos, pero tenemos problemas
Ojalá hayan disfrutado este capítulo y preparence para lo que se viene🙈... Espero sigan leyendo esta mágica historia y no olviden dejarme una estrellita ❤️🧡
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𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐧 𝐭𝐢𝐧𝐭𝐚𝐬 ; ᵐᵉʷᵍᵘˡᶠ
Random... Siempre llegaré a ti, en diferentes formas, en distintos tiempos, pero se que aún así me reconocerás, porque en el momento en que nuestros ojos se encuentren, existirá una conexión que sólo nuestras almas entenderán...