Capítulo V
Fue una sorpresa para todos ver como la fría mirada de aquel hombre y sus ojos que llameaban en cólera se suavizaban al escuchar su nombre.
— ¿Lucius? — Hablo bajamente Gulf, de entre los brazos del humano que aún lo protegía
— Mi niño — abriendo sus brazos en un silencioso llamado
Gulf no necesito nada más para levantarse y correr a los brazos de quien consideraba su padre, del hombre que junto a su pareja lo habían amado y protegido desde el primer momento en que apareció en su reino, cuando aún era un bebé.
Mientras acariciaba la cabeza de su no tan pequeño hijo, como él lo llamaba, porque aunque no llevara su sangre ese niño era suyo, su vida, sus ojos, así tanto la amaba. Y si él estaba ardiendo en rabia pura por quienes intentaron dañarlo no quería saber cómo reaccionaría la mujer que tanto adoraba, ella era capaz de destruir todo a su paso por su hijo.
Esa mujer era toda ternura y belleza, sus ojos turquesa te llamaba a navegar en ellos y sus cabello largo y claro como la miel pedían enredar sus dedos entre sus hebras, amaba con su ser a Lilith su esposa, amiga, amante la otra parte de su alma, pero así mismo reconocía lo protectora que era con su familia, tocar lo que era suyo era jugar con lava pura y este niño era tan suyo como mío. No quería pensar en las consecuencias si ella se enteraba lo que estas mocosas estuvieron a punto de hacer con nuestro hijo.
— ¿Muy bien, alguien me explicara que sucedió aquí?
— Tu hijo — dijo en tono burlón una de las mujeres – ha roto más de una regla, además de entrometerse con el destino de nuestros humanos.
— Es cierto, pero ustedes saben que no pueden ir y jugar con las vidas de los demás como si fuera un juego — hablo Gulf saliendo de entre los brazos de Lucius — Y me importa muy poco lo que digan no permitiré que los dañes.
— Pequeño, conoces las reglas de nuestro mundo, sabes que no puedes inmiscuirte en los hilos de las Moiras — le hablo de manera tranquila a su hijo, mientras este lo miraba con ojos de cervatillo
— Señor disculpe, hablo Mild — Y eso da derecho a que ellas jugaran con los hilos de un elegido
— ¡¿De qué demonios estás hablando?! — Grito Lucius
— Es cierto mi señor, ellas trataron de cortar la vida de Gulf, si no hubiera sido por ellos — señalando a Tong y Earth — explicaba seriamente Kaownah — además la vida de uno de los humanos en discusión es la de Mew Suppasit Jongcheveevat, el mate de Gulf — Tong miro rápidamente a Kaownah en busca de una explicación pero este le pidió en un gesto que guardara silencio.
Que estaba sucediendo aquí, se preguntaba Lucius, todos sabían que era una ofensa terrible ir en contra de un mate, más si este era de uno de los elegidos, y tenía la sensación de que esos humanos no eran tan terrenales como se veían y lo averiguaría ahora mismo.
— Y ellos que tienen que ver, como es posible que puedan vernos, y cómo es eso de que protegieron a mi hijo de las Moiras
En el momento que Gulf iba a explicar lo sucedido, Tong se adelantó y hablo mirando directamente a los ojos de Lucius
— Soy Tong y él es mi amigo Earth, dijo señalando a su amigo — no entiendo que está sucediendo realmente, pero en medio de una pelea escuche una voz pidiendo que me detuviera, era la tuya ¿verdad? — Miro a Gulf y este asintió en silencio — el tema es que algo nos pidió protegerlo y cuando sentimos peligro nos lanzamos hacia ellas, mi amigo tomo la tijera y yo trate de proteger al chico. La verdad es que no entiendo nada, como es eso de que mi hermano es el mate de él — apuntando a Gulf — ¡¿Qué es un mate?!
Las mujeres mientras veían y escuchaban todo en completo silencio, tensaron sus hilos, logrando que tanto Tong como Earth cayeran al suelo intentando respirar, este último soltando la tijera y una de las mujeres tomándola nuevamente en su poder.
Mientras todos miraban atónitos lo que sucedía, una de ellas hablo
— Puedes ser poderoso Lucius, pero incluso tú no puedes ir contra nosotras, menos tu mujer, mucho menos tu mocoso recogido — Mientras Mild, Kaownah y Gulf intentaban ayudar a los dos hombres que cada vez más se les dificultaba respirar
— No vayas por ahí, no te atrevas — dijo Lucius de manera amenazante
— ¡Esos humanos son nuestros y nadie podrá impedir que su destino de cumpla! — Gritaron al unísono mientras tiraban más de los hilos y ambos hombres se retorcían en busca de aire, sentían que sus pulmones quemaban, sus ojos se volvían vidriosos y sus labios se tornaban azules. Sus pensamientos solo iban dirigidos hacia una sola persona, aquel hombre que se encontraban encerrado por culpa de las mentiras y el egoísmo de una persona que no supo valorarlo — en un último esfuerzo Tong miro a Gulf mirando sus ojos cálidos
— P-protege a Mew — Entonces sus ojos comenzaron a cerrarse al igual que los de Earth
— No. No. No, ellas no lo harán — Hablo muy bajo Gulf, dejando el cuerpo de Tong delicadamente en el suelo, miro a Earth que se encontraba en las mismas condiciones.
Se levantó despacio y fue entonces que escucho un grito de dolor retumbar en su cabeza fue tal que lo hizo cerrar con fuerza sus ojos, lo sintió en su alma, en su cuerpo, en su piel. Lo estaban torturando, lo sabía, ellas estaban moviendo los hilos de Mew… entonces su ira se desato.Todo alrededor comenzó a zumbar, las hojas de los árboles se agitaban de manera furiosa, una luz comenzó a emanar del cuerpo de Gulf, sus ojos se abrieron, su color había cambiado, ya no eran de ese cálido castaño, ahora eran negros profundos como la noche, como la piedra que colgaba en su cuello y que ahora emanaba una energía poderosa y extraña, su “tourmali” que siempre permanecía llena de colores, ahora se encontraba tan negra como sus ojos. Los colores de su piedra jamás habían cambiado siempre podías apreciar un arcoíris en ella, por lo que esto no era nada bueno o ¿tal vez sí?
— Anemois interrogabo vos et ego in tutela eorum ventus involvit et corpora eorum intermissum — recito Gulf mientras una luz salía de sus manos y envolvía los cuerpos de los humanos — Cerro sus ojos y a través de sus pensamientos le hablo a quién amaba “Tranquilo, estoy contigo… nunc somnum" y su piedra brillo aún más que su cuerpo — Se acercó a paso lento a las tres mujeres, que lo miraban con asombro, pero también con temor.
— Gulf, pequeño — lo llamo Lucius, este lo miro con una sonrisa dulce — Tranquilo papá todo está bien
-—¿Qué? ¿Cómo me has llamado? — Lucius sabía que Gulf lo quería como a un padre, pero jamás lo había llamado así, entonces porque lo haría ahora, a menos que… — este solo le sonrío travieso y continúo caminado
Gulf quedo frente a las tres víboras que hacían llamarse las diosas del destino, las famosas Moiras, se miraron desafiantes, pero antes que una de ellas dijera algo, él habló con voz firme y retadora
— Escuchen muy bien lo que diré, porque no habrá segunda vez, si vuelven a levantar su poder contra algunos de los míos, sabrán lo dolorosas que pueden llegar hacer las acciones incivilizadas de este “mocoso”, no me pongan a prueba.
*Tourmalli palabra cingalesa que significa piedras de colores mezclados.
ESPERO HAYAN DISFRUTADO ESTE CAPÍTULO TANTO COMO YO AL ESCRIBIRLO Y ME ALEGRARÍA MUCHO SI DEJARAS UNA ESTRELITA PARA MI.
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𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐧 𝐭𝐢𝐧𝐭𝐚𝐬 ; ᵐᵉʷᵍᵘˡᶠ
De Todo... Siempre llegaré a ti, en diferentes formas, en distintos tiempos, pero se que aún así me reconocerás, porque en el momento en que nuestros ojos se encuentren, existirá una conexión que sólo nuestras almas entenderán...