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Al día siguiente jimin se levanto normalmente, junto a su amigo comenzaron a preparar el desayuno

— ¿Cómo te has sentido hoy?—pregunto el mayor mientras hacia una mezcla de harina, leche y huevos

—amanecí bien ¿ves? Solo fue algo que comí—respondió mientras sacaba la loza de las gavetas, Jin lo miró poco convencido

—Hoy hace un poco de frio— desvió el tema

—Sí, tendremos que llevarles el desayuno a la cama a los señores, así que prepara las bandejas—

El menor ordeno todo, una pequeña tetera con agua caliente, un lechero, miel y obviamente la taza con té en hojas junto a su respectivo platillo. Jin incorporo a la bandeja los panqueques y el pan recién horneado

—¿ya está listo?— el mayor asintió y le entrego la bandeja de yoongi

—Perdón por llegar tarde, me quede dormido—entro namjoon un poco agitado

—Tranquilo van a ser las nueve, llegaste a tiempo, a ver, estas un poco desordenado— el cocinero le arreglo el nudo de la corbata, acomodo un poco su cabello peinandole hacia atrás con los dedos y enderezo la pequeña insignia  que representaba la casa.

—Gracias— hablo un poco tímido

—un empleado de la casa Jung siempre debe estar impecable— le sonrió entregándole la bandeja

Jimin subió la escalera, toco la puerta pero no recibió respuesta así que entro de todos modos encontrándose con yoongi durmiendo sentado junto al escritorio con algunos documentos esparcidos, con una copa y una botella de vino completamente vacía.

El menor dejo la bandeja en la mesa de noche y se acerco cuidadosamente

—señor Min, Señor Min— toco su hombro y este se removio un poco abriendo lentamente los ojos viendo un rostro encantador a su lado

—oh, perdón, no estoy nada presentable—se sentó bien acomodando un poco su cabello con los dedos

—no se preocupe, se veía muy tierno recién despertado— se cubrió la boca de inmediato, su comentario había sido indebido, pero al mayor solo le causo un poco de gracia

—¿se siente mejor hoy?—le miro de pies a cabeza

—sí, solo fue algo que comí, disculpe por ausentarme ayer, hoy trabajare duro, ahora  lo dejo para que desayune— se excuso

—bien, entonces nos vemos a las diez en la biblioteca— jimin asintió retirándose con algo de prisa ya que otra vez se estaba mareando

—otra vez no—se dijo así mismo, fue a la cocina, jin no estaba por ningún lado, fue a la habitación para descansar un poco y tropezó con un pequeño canasto recordando aquellas hierbas. Tomo algunas, volvió a la cocina, hirvió agua lavo las hojas y las puso en una taza, espero unos minutos y comenzó a beberla, al parecer funciono porque se le habían quitado las náuseas.

Eran casi las diez, jimin se dirigió a la biblioteca, allí estaba el conde buscando un libro entre las estanterías.

—ya esta aquí, llega justo a tiempo ¿Qué tan bien se le da el dibujo?— pregunto sacando unas hojas en blanco

—creo que bien, aunque no soy un artista—

—Necesito la copia de una ilustración de un terreno pero no se me da bien dibujar—le entrego las hojas, una pluma y el libro con la imagen

—bien, hare lo mejor que pueda— tomo los materiales y comenzó a trazar algunas líneas, iba de maravilla pero tuvo que volver el mareo, sentía que todo a su alrededor se movía y un dolor muy fuerte llego a su vientre retorciéndose un poco

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