"OK, mami, ha ha haaaaaaaaaaaa!" Su madre lo tomó de los hombros y los condujo afuera para darle su ropa.
"Esto es con lo que llegó" Dijo una dama en el escritorio. La mamá de Jeff miró los pantalones negros y la capucha blanca que usó su hijo, que ahora estaban limpias y cosidas. Llevó a su hijo a su cuarto del hospital y le hizo cambiarse de ropa. Luego se fueron, sin saber que ese era su último día.
Esa noche, la madre de Jeff fue despertada por un sonido que provenía del baño, como el de alguien llorando. Caminó lentamente para ver qué era. Cuando vió en el baño vió una horrible escena. Jeff había tomado
un cuchillo y había tallado una sonrisa en sus mejillas.
"Jeff, ¿qué estás haciendo?" preguntó su madre.
Jeff vio a su madre.
"No podía seguir sonriendo, mami, me dolió por un momento. Ahora podré sonreír para siempre" Su madre notó que sus ojos estaban rodeados de negro.
"Jeff...tus ojos!" sus ojos al parecer nunca se cerraban.
"No podía ver mi cara tampoco, me cansé y mis ojos se cerraban. Quemé mis párpados, así que ahora podré ver para siempre...mi nueva cara" Su madre empezó a caminar hacia atrás lentamente, viendo que su hijo
se volvía demente. "¿Qué pasa, mami? ¿no me veo hermoso?"
"Si, hijo," dijo ella "si, lo eres...d-déjame ir por tu padre, para que pueda ver tu cara" Ella corrió al cuarto y despertó a su esposo. "Cariño, ve por el arma, nosotros..." se detuvo al ver a Jeff en la puerta,
sosteniendo un cuchillo.
"Mami, mentiste." Y eso fue lo último que escucharon antes de que Jeff se abalanzara sobre ellos con el cuchillo.
Su hermano Liu despertó, sobresaltado por algún sonido. No oyó nada más, así que volvió a cerrar sus ojos. Cuando estaba al borde del sueño, tuvo la extraña sensación de que alguien lo observaba, miró arriba
antes de que la mano de Jeff le tapara la boca. Lentamente levantó el cuchillo, listo para enterrarlo en Liu. Liu pateó y golpeó aquí y allá tratando de escapar del agarre de Jeff.
"Shhhh," dijo Jeff "sólo ve a dormir."