PDV Oriana Sabatini
Me encontraba en un parque poblado de niños acompañados de sus padres y mascotas.
Mire a mí alrededor para ver si podía reconocer algo del lugar o si conocía a alguna persona.
-Señorita- sentí que alguien tiraba de mi vestido que misteriosamente había aparecido en mí. Bajó mi cabeza para encontrar a un niño.
-¿Si? ¿Que necesitas chiquito?- respondí a su llamados
-Hay una señora por ahí que está preguntando por usted-dijo señalando a un lugar
Dirigí mi mirada a donde había señalado el niño para poder ver un árbol grande en el que había una mujer acostada y mirando para la dirección contraria a la mía. Me fui acercando lentamente a aquella señora hasta que me di cuenta que toda la gente que había en ese misterioso parque había desaparecido y una espesa niebla se había hecho presente.
-Señora ¿usted me mando a llamar?-pregunto con un poco de miedo
No respondió.
-Señora-
En lugar de decir algo dio vuelta su cara para dejar ver su rostro.
-Mamá...-
No lo podía creer, estaba aquí, ella estaba aquí.
-Mamá, estas viva ¡estas viva mamá!-
Solo me sonrió.
-Siempre lo estuve-
Desperté de golpe, agitada y totalmente traspirada, en una cama desconocida para mí. Los recuerdos de la noche anterior dan razón en mi cabeza y pensamientos.
Siento el golpe de la puerta y me levanto rápidamente para abrir.
-Ey loca ya está listo el desayuno- dijo apenas abrí la puerta
-Eeeh...si, si ya voy- dije todavía agitada
-¿Estas bien?-
-Si ¿Por qué preguntas?-
-Y no sé, te veo rara y no me gritaste que no te digiera loc...-
-Es...estoy bien Julian, ahora ándate que ya voy abajo- lo interrumpí
-Ok, no tardes que se enfría- dijo mirándome raro
Cerré la puerta y me volví a tirar en la cama mientras recordaba ese extraño sueño y el mensaje de mi madre.
-¿Qué significan estos sueños?- dije para mí misma
Me levante y me dirigí al baño aunque no sabía exactamente donde estaba. Después de un rato lo encontré y entre, hice mis necesidades y lave mi cara para verme un poco mejor ya que al despertar soy un monstruo. Después baje para encontrarme con Julian y el señor extraño que todavía no sabía su nombre.
-Buen día señorita-dijo el señor
-Buen día- dije despacito
-Ahí tiene su desayuno, sírvase como si estuviera en confianza-
Ese era el problema. Acá no estoy en confianza, no era un lugar confiable, en realidad, ¿en qué lugar podía encontrar confianza? En muy pocos.
-¿Ustedes no van a comer algo?-
-Ya comimos antes de que te despertaras-dijo Julian
-Ah ¿Qué hora es?-
-Las 9:30-dijo mirando su reloj
-Acuérdense que en la tarde está el carnaval del pueblo y hay que ir sin falta-
Había terminado de desayunar y empecé a recorrer un poco la casa. Comencé por el primer piso, como había dicho antes, el lugar era muy sucio y un poco desordenado. El primer piso tenía una cuarto de cocina chiquita, un pequeño living con un sillón en donde había dormido Julian, la mesa para comer y después la escalera para ir al segundo piso. Me dirigí hacia arriba y antes de meterme en alguna habitación mire por una ventana, que dirigía hacia la parte de atrás de la casa, en donde se encontraban el señor y Julian, todo traspirado y sin remera, trabajando y arando la tierra o eso parecía ya que no sé mucho del trabajo rural. Antes de que me dé cuenta, Julian me había atrapado mirándolo fijamente por la ventana, rápidamente me aleje de esta y seguí mi recorrido por la casa. El pasillo que conectaba con la escalera tenía 3 habitaciones y muchos cuadros de personas. La primera habitación era la habitación donde había dormido yo, la segunda era el baño y la tercera era la habitación en donde el viejo se había metido para dormir. Lo que más me llamo la atención del segundo piso fueron los cuadros colgado en las paredes, el primer cuadro era un hombre y una mujer saludando y sonriendo a la cámara, el segundo eran las mismas personas dándose un beso, el tercer cuadro era las mismas personas abrazadas en lo que parecían estar de viaje, el cuarto era el hombre cargando a la mujer en sus brazos y parecían haberse casado recién ya que tenían puesto el traje y el vestido, el quinto eran también las mismas personas pero esta vez con un bebe en sus brazos mientras sonreían.
-¿Son hermosos no?-me asuste al escuchar la voz del viejo
-Ay! Me asusto, pero si, son hermosas las fotos-dije mirándolas de nuevo-¿Quiénes son?¨-
-Soy yo y mi Ana Maria-
-Ah ¿su esposa fallecida no?-
-Así es-
-Lo lamento mucho-
-No importa-dijo sonriendo mientras veía los cuadros- a todos nos llega nuestro momento-
-¿De qué falleció? Si es que se puede saber-
-Solo le llego la vejez-
-Esa si es una muerte digna-
-La mejor de todas-
El viejo se quedó observando los cuadros detenidamente mientras sostenía una pequeña sonrisa.
-Disculpe que lo moleste pero ¿no tiene algún teléfono para llamar a alguien?-
-En el piso de abajo hay uno un poco viejo, espero que le sirva-
-Gracias-
Me dirigí hacia el piso de abajo con la intención de llamar a mi hermana para avisarle que estaba bien y que no se preocupe, ya que conociéndola, ya habrá llamado a todo el ejército para buscarme.
Marque el número de mi casa ya que este teléfono fijo era viejo y no llamaba a celulares. Tardo un poco en contestar pero lo hizo
-Comunicación telefónica-
xXx: ¿Hola?- dijo la voz de Titi del otro lado
Yo: Hola Titi
Titi: Oriana! ¿Dónde estás? ¿Qué te paso? ¿Por qué no llegaste más? Desapareciste de un día para el otro.
Yo: Si perdona es que tuve un problema con el auto y termine en un pueblo cercano a la ciudad
Titi: ¿Como que un pueblo? ¿En dónde estás Oriana? ¿Estás bien ahí?
Yo: Tranquila, estoy bien, no me paso nada
Titi: Bueno, decime en donde estas así mando al chofer a buscarte
-Bueno ¿vamos al carnaval chicos?-dijo el viejo
Yo: Titi no lo mandes todavía al chofer, yo te aviso cuando
Titi: ¿Segura?
Yo: Sí ahora me tengo que ir, chau
Titi: Bueno chau
-Fin comunicación telefónica-
Colgué el teléfono y vi a Julian sin remera entrar por la puerta de atrás
-¿Estan listos?-pregunto el viejo
-Sí- dijimos los dos
Instagram: yoquierovivir153 (subo fotos de los capítulos)
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Amor sin fin ~Novela Orian~ (Cancelada Temporalmente)
RomanceUna historia donde tal vez el amor no puede con todo. Donde el dolor, el sufrimiento y la desconfianza puede ser el que gane. Esta es la historia de Julian y Oriana. Dos chicos con muchos problemas y tristezas. Son tan iguales como diferentes, tan f...