El Surgimiento de una heroína.

La Traición.

Nota del autor: Esto es un remake de una vieja historia.

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Un choque entre un camión y un bus que transportaba a un grupo de chicos, había causado solo cuatro chicos desaparecidos y una variedad de lesionados de menor gravedad. La lluvia comenzaba a caer y una variedad de rayos habían caído en los alrededores del lugar, y aunque buscaron a aquellos chicos después de la tormentosa lluvia, no lo encontraron y pensaron que su cuerpos se habían calcinado y convertido en cenizas.

La realidad de la desapareció de los cuatros chicos fue otra, durante aquel accidente estos cuatros chicos fueron alcanzado por una luz blanca que los transportó a un extraño sitio. Los cuatros habían llegado en el centro de un extraño que la única iluminación que tenía era unas cuantas antorchas, y fueron recibido por una mujer de piel blanca y fina, pelo castaño claro que le llegaba hasta los hombros y lo tenía amarrados con una cola de caballo, ojos verde oscuros, esta chica utilizaba un hábito azul y sobre su cabeza llevaba puesta una cofia dorada.

Alrededor de la sacerdotisa se reunían otras como ella, pero de hábitos blancos y confías  blanca. Los chicos miraron con sorpresa el lugar, a pesar de estar casi oscuro se pudo percibir por el silencio y por las vestimenta de aquellas mujeres, que estaban en una especie de edificio religioso.

—¿A dónde estamos? —pregunto un joven de piel blanca, cuerpo atlético, pelo rubio y corto,  ojos verde claro, y vestido con una pollera roja que tenía encima una chaqueta negra sin manga, pantalones verdes oscuros tipo militar, zapatos negros.

—Los hemos convocado, por... —La sacerdotisa estaba apuntó de hablar hasta que fue interrumpida.

—El tiene razón, ¿dónde estamos? —Repitió la pregunta un chico de piel media morena, pelo corto, de color castaño oscuro, de cuerpo alto, tal vez de un metro ochenta de largo, cuerpo musculoso, ojos negros y un cicatrices en toda la cara, vestido con una camisa negra sin manga que mostraba sus fuertes brazos, unos pantalones negros, guantes de motociclistas de color negro con una placa de metal en la palma, además de llevaba zapatillas blanca como calzado.

La mujer relajo a los chicos, y le contesto que estaban en el templo principal de la ciudad, y que fueron transportado a ese mundo para ayudar al combatir un mal, después le explico gran parte de los detalles, como el enemigo y la fuerza con la que debía combatir, y después de convencer a los chicos, les pidió que le siguiese hacia el trono en donde esperaba el rey del país.

Mientras caminaban por un corredor del castillo, una pregunta rondaba por la cabeza de los chicos.

–Disculpe, ¿Cómo es que nos podemos comunicar, ya que somos de diferentes mundo? —pregunto una chica de piel blanca y fina, cuerpo delgado con una cintura estrecha, su rostro era bello, pelo negro que lo tenía amarrado con una coleta que le llegaba hasta los hombro, ojos azules oscuros, y vestida con una chaqueta azul, una falda azul que le llegaba hasta las rodilla, medias blancas y zapatos negros.

—Al llegar de su mundo a este, ustedes adquirieron la habilidad de traducir y entender nuestro lenguaje—la sacerdotisa le contesto a la chica.

—¿Realmente era necesario el accidente para trasladarnos?—Pregunto una joven que era la más baja del grupo con sólo cuatro centímetros menos a diferencia que su compañera, su piel blanca y tersa, cuerpo delgado, cintura estrecha, pelo de color rojizo que le llegaba hasta los hombros, llevaba puesto un chaleco verde, con una falda verde que llegaba hasta los tobillos, sandalias blancas, medias negras, llevaba puesto unos guantes blancos y unos lentes redondo.

La pregunta de ella solo fue respondida por el silencio que recibía de la sacerdotisa, la joven no hizo más pregunta, y llegaron ante el trono, en el cual se encontraba el rey, y al lado de este se encontraba la princesa, una joven de belleza sin igual, cuerpo esbelto, cintura estrecha, pelo largo de color rubio y ondulado, ojos azules claros, y vestida de un traje blanco y una tiara dorada.