-Hinata, ¡Hinata!- Sasuke se encontraba en el pasillo golpeando la puerta de la habitación de su hermana.
"Maldita sea, de seguro se ha vuelto a dormir, tengo que entrar." Llevó su mano hasta el picaporte, y se detuvo un momento, hacía mucho tiempo que no entraba a la habitación de su hermana, ya estaban grandes, pero aun así lo hizo. Si el no la despertaba ella seguiría durmiendo, y ya tenía demasiadas ausencias.
Ella dormía cómodamente en su cama, tenia puesta una musculosa blanca y unos shorts. Como estaba comenzando el verano era un día caluroso, y la luz entraba por la ventana ampliamente iluminando toda la habitación. A ella apenas la cubría una sabana casi transparente.
Su cuarto era muy sencillo, no le gustaba las cosas muy extravagantes, las paredes eran blancas con unas que otras flores lilas, su cama estaba enfrente a la puerta y a los costados habían unas pequeñas mesas de luz, luego al costado derecho de la puerta había un armario, seguido de esto un pequeño escritorio con una computadora donde se dedicaba a estudiar.
Le encantaba leer, por ello tenía una gran repisa llena de libros, y uno que otros peluches. Y sobre la cabecera de su cama tenia colgadas varias fotografías de su familia completa, ya que todos los años tomaban una foto familiar.
-Hinata, levántate que llegaremos tarde a clases.- Su tono inexpresivo y sereno solo la hizo revolverse en las sabanas y entre abrir un pocos sus ojos.
Sasuke siempre se pregunto por qué sus ojos contrastaban con los de él. Sus ojos negros eran totalmente diferentes a los de ella, que eran de un suave color lavanda.
-Esos ojos- Susurró él.
-mm... ¿Sasuke, eres tú?- Balbuceó algo dormida, se sentó en la cama refregándose su ojo con la mano derecha.
-Sí, apresúrate y alístate para clases.- Dijo sin esperar, saliendo de la habitación. Ya estaba vestido, su uniforme, una camisa blanca de manga cortas, con los dos primeros botones desabrochados dejando ver un poco de su blanquecina clavícula, una corbata roja y unos jeans azules algo gastados. Nunca le gustaba llevar las camisas abotonadas al cuello, lo hacían sentir asfixiado.
-¿EH? Ah, sí- Giró sobre la cama y apoyó sus pies sobre el suelo de madera y dirigió su vista hacía su reloj despertador.
-¡Ah! ¡Son 7:45!- Salió disparada de su cama directo a prepararse lo más pronto posible.
Se bañó rápidamente, tomo sus cuadernos y demás útiles, bajó por las escaleras hasta la cocina.
-Buen día Hime- Dijo dulcemente Mikoto, que estaba terminando de preparar los almuerzos.
-Buen día ma- Fue hasta su madre y la besó en la mejilla. De disponía a tomar su almuerzo e irse cuando fue interrumpida.
-Alto ahí, primero tienes que desayunar.- Hinata quedó paralizada y giró lentamente su rostro para ver a su madre con una sonrisa terrorífica.
-Sí, eso estaba a punto de hacer- Reía nerviosamente. Comió a las apuradas y salió apresurada. Llego hasta la puerta principal donde se calzó y salió.
Recostado a la derecha de la puerta se encontraba Sasuke de brazos cruzados y sus ojos cerrados.
-Rápido que vamos tarde.- Y comenzó a caminar.
-Sí, Sasuke.- Sonrió muy contenta. Aunque su hermano se hubiera vuelto muy distante esos últimos años seguía siendo muy gentil con ella, pero a su manera.
Su casa quedaba a unas pocas manzanas de la escuela así que llegarían a tiempo. Como todos los días caminaban en silencio, el con su mirada inexpresiva y ella tímida mirando hacia el suelo.
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Amor prohibido
Fiksi PenggemarSasuke y Hinata han sido hermanos desde que tienen memoria, pero siempre hay secretos dentro de la familia. Hinata ha estado enamorada de Naruto desde la infancia, pero tendrá el final que tanto desea?