Los Ángeles.
Nam.
Era una calurosa noche de verano, la ciudad estaba en demasiado movimiento.
La gente salía a divertirse, a bailar o a buscar un rollo de una noche, la vida era plena, las noches eran jovenes.
Yo estaba en el antro bar atendiendo a todos cuanto podía.
El lugar estaba a reventar, era una noche maravillosa y no por que tuviera que soportar a todo tipo de personas ebrias o lujiriosas que hacían desfiguros en el local, sino por que el que estuviera lleno nos dejaba una muy generosa comisión de propinas, era un extra para darme un gusto.
- ¿Nam? Ya toca que hagas ronda - dijo mi compañera Lily.
Mire el reloj de mi muñeca y asenti dirigiendome a los baños.
La ronda era una de las cosas más importantes que hacía en el bar, cada hora uno de nosotros iba a los baños a revisar que todo estuviera en orden.
No faltaba la persona que quería un poco de diversión extra y terminaba privando del uso sanitario a quienes realmente lo necesitaban sólo por no poder ir a una habitación.
Así que nuestro deber era ir e informarles sobre el uso correcto del sanitario... Además de ofrecer uno de los servicios clandestinos del bar, como lo era el alquiler de habitaciones y venta de preservativos.
Un extra muy beneficioso para todos.
Entre primero al sanitario de mujeres donde me encontre con un par de chicas besandose, luego salieron de allí como si nada, revise cada cubículo asegurando que nadie estuviera dentro, una vez comprobado, fui al sanitario de hombres.
Abrí la puerta notando que alguien intento trabarla, señal de acción dentro del lugar, debía ir alerta, no siempre se trataba de encuentros sexuales, en ocasiones habían peleas dentro o personas drogandose.
Entre en silencio y camine lentamente notando el lugar vacío, se escuchaban algunos quejidos e intentos de protesta hasta que la voz de alguien inundo el lugar.
- ¡No Mark! ¡No quiero! - medio grito una voz.
- ¡No te niegues Jack!
- ¡Pero no quiero! ¡Mark! - escuche como el tal Jack sollozaba.
- ¡Debes hacerlo Jack! ¡Eres mi novio! - grito el mencionado Mark.
- ¡No debes obligarme! - respondió Jack entre su llanto.
Pensé en retirarme, era un problema de pareja y nada bueno podía salir de allí si me quedaba a escuchar.
Sabía que los chicos y chicas gay eran muy especiales por la forma en que la sociedad los trataba, eran más sensibles o algunos eran más agresivos...
No tenía nada en contra de ellos, de echo me venía bien enrollarme con algun chico de vez en cuando, pero no me apetecía terminar en problemas por uno.
Estaba por darme la vuelta cuando vi por debajo de la puerta del cubiculo como las rodillas de uno de ellos azotaban sobre el suelo, luego escuche sollozos.
- ¡Basta Mark! - el zarandeo del cuerpo me hizo saber que era Jack quien estaba siendo obligado a chupar a Mark.
Después un golpe sordo y el impacto de la espalda de Jack contra la puerta hizo que notara la agresión física, después un gritl y la forma en que parecía que Mark obligaba a Jack a ponerse de pie me alerto.
Me aproxime al cubículo cuando vi como el cuerpo de Mark era aventado a una de las paredes, el llanto de Jack inundaba el lugar mientras que el cuerpo de Mark cedía.