Capitulo 1
¡Moral, decencia, contra la delincuencia! – Do Kyungsoo mascullo la consigna del Comité por la Decencia y la Moralidad con la boca llena de polvo texano. Mientras caminaba, describiendo círculos eternos junto con sus compañeros de manifestación, su mente vagaba a miles de kilómetros de distancia del festival de Blosoom Country. Con una mano se colocó el ala del sombrero de manera que lo protegiera del sol abrasador que brillaba aquella mañana de finales de junio. Con el otro agarro su pancarta, en la que le se leía; "Queremos a nuestros hijos." Esta sencilla declaración contrastaba con el resto de los eslóganes: "Abajo con los estafadores", "Los feriantes son las sanguijuelas de la sociedad" o "Echemos a los gitanos delincuentes"
Kyungsoo se preguntó que hacia el entre aquella gente. Tras doblar una curva cercana a la verja de entrada de la feria, se apartó del grupo y se dirigió hacia un refrigerador que el comité mantenía repleto de bebidas frías. Necesitaba quitarse de la boca el regusto que le estaba dejando aquella manifestación. Desde el comienzo del festival los ánimos de habían ido tornando cada vez más desagradables, mas insultantes. Suspirando, dirigió su mirada hacia la feria. Tras la verja se atisbaba un mundo diferente, vistoso y lleno de color, de atracciones de acero y carpas listadas. A lo lejos se apreciaba el espectro imponente del pasaje del terror, y entre todo aquello reinaba, silenciosa y majestuosamente, la noria. Un hombre ataviado con unos tejanos gastados y botas de trabajo, pero desprovisto de camisa comenzó a subir por ella para llevar a cabo una inspección de seguridad. Su piel bronceada brillaba bajo el sol y dejaba adivinar cada uno de sus músculos y tendones. Su melena, corta, negra y recogida en una coleta, se deshacía cada vez que hacia un movimiento brusco. Kyungsoo lo había visto antes por allí, pero no se había fijado bien en su cara. Intrigado, lo estudio con atención mientras extendía una mano, distraído hacia el refrigerador y sacaba una botella de refresco. Era demasiado temprano para tomar bebidas azucaradas, pero la abrió de todas maneras, dio un un sorbo y apoyo el cristal helado contra su rostro, con la vaga esperanza de que ese gesto le sirviera para esconderse de sus compañeros.<Humm, que hombre tan apetecible!>, pensó con el corazón acelerado mientras lo veía impulsarse con aquellos poderosos brazos. <Si pudiera...>.
Kyungsoo se sintió observado, y aparto la mirada del hombre para dirigirla a su madre, Bitsy Do, la presidenta del Comité por la Moralidad y la Decencia. A pesar del intenso calor de la mañana, su aspecto era fresco e impecable. Tenía el cabello castaño claro recogido en un elegante moño y su esbelta figura iba ataviada de un veraniego traje de hilo de falda y chaqueta y adornada con un collar de perlas.
Kyungsoo le dedico la mejor de sus sonrisas.
-Estoy descansando un poco, mamá.
Deseó poder hacerlo el resto del año. O por lo menos, duránte las dos últimas semanas de las fiestas. Su madre le sonrío con cariño antes de volver a su trabajo voluntario como guardiana espiritual del Blossom, Texas. Lideraba la manifestación con la habilidad de un director de orquesta.
< ¡Feriantes, escoria, llevaos esa noria!>. Que agradable.
Kyungsoo estaba allí sobre todo por su madre. Bien era cierto que el deseaba lo mejor para los vecinos de Blossom, especialmente para los niños. Ser maestro de primaria le hacía sentirse especialmente protector. Entendía por que su madre y otros miembros de la comunidad deseaban proteger la ciudad del peligro que extrañaban los forasteros. Pero le hubiera gustado que mostraran un poco más de clemencia; no había ninguna necesidad de llamarles <Escoria>, por el amor de Dios.
Uno de los manifestantes abandono el grupo y se acercó a el. Se trataba de Spencer Cahill, el hijo del propietario de la heladería Dairy Dream. Era el típico chico rubio de ojos azules con el que cualquiera madre soñaría casar a su hijo/a.
- ¿Me das un refresco a mí también? - le pidió con las mejillas encendidas.
A Kyungsoo le dieron ganas de contestarle que podía servirse él mismo, que para eso tenía dos hermosas manos. La expresión de su rostro delato sus pensamientos.
-Las manifestaciones te ponen de mal humor, Kyungie- rio Spencer.
-Nadie me llama así desde que deje el colegio.
Cualquier hombre que haya cumplido los veintitrés merece un diminutivo más digno.
-Además, no estoy de mal humor. Lo que me pasa es que no sé qué hacemos aquí.
-Porque los feriantes causan problemas.
-Quien causa más problemas? - pregunto él, mirando disimuladamente en dirección a la noria-. Los feriantes o los respetables ciudadanos de Blossom? Me da la sensación de que estamos armando más jaleo nosotros que ellos.
A Spencer no pareció hacerle mucha gracia el comentario.
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Arriésgate en la pasión. (KaiSoo)
RomanceNada más ver a Kim JongIn, Do KyungSoo supo que aquel hombre temerario con aspecto de guapísimo pirata no le causaría más que problemas. Un buen doncel como él debía seguir los pasos de su madre y no desear una vida de aventuras como la que tendría...