La Petición
La petición de mano se efectuó en la sala de música de casa de los Black. Narcisa había jugado con sus muñecas mil veces bajo esa mesa de caoba en la que ahora se sentaba intentando aparentar tranquilidad.
El cielo plomizo se divisaba por el ventanal; caía lánguidamente sobre los jardines y acentuaba la tarde. Toda la habitación parecía resistirse a los encantos de Lucius; el piano de cola, el arpa, los elegantes tapices, las cortinas de terciopelo verde. Todo le decía: no aceptes, Cissy, no aceptes. Quédate en casa para siempre. Vuelve a jugar con tus muñecas. Sólo tienes diecinueve años. Aún conservas tus libros de cuentos. Que Bellatrix lleve ya dos años casada no significa que debas hacerlo tú también, justo ahora.
Narcisa sonrió, asombrada por la hermosura de la joya que Malfoy le ofrecía. Era sencilla; una perla perfectamente esférica sostenida en un clásico anillo de oro. La perla desprendía un frío brillo, casi como un metal.
Miró al hombre que la reclamaba para el resto de su vida; a sus veintidós años, hacía mucho que había dejado de ser el chico que conoció en Hogwarts y que se cruzaba eventualmente en la sala común. Lucius se había convertido en un atractivo hombre en la flor de la vida. Ahora dirigía los negocios de su padre, que eran un simple hobby teniendo en cuenta la cuantiosa fortuna de su familia, acumulada generación tras generación. Lucius era uno de los jóvenes de su edad más ricos en toda Inglaterra. También inteligente, serio y guapo. Su belleza era fría y elegante, vanidosa, tal como Narcisa opinaba que debía ser. Le fascinaban sus ojos grises.
Lucius era un mago modélico y tenía el mundo al alcance de la mano; y la había elegido a ella como a su esposa, cosa que agradó enormemente a sus padres. Suponía un acontecimiento inesperado, ya que a pesar de su apellido, su popularidad había decaído considerablemente: a raíz de la indecente fuga de Andrómeda con ese sangre sucia hacía ya unos años. También la huida del primo Sirius había ayudado; se rumoreaba que andaba por ahí con aquel compañero de la escuela, un tal Remus Lupin. Invertido, como todos sabían. No hacía falta ser muy listo para sumar dos más dos. Y para acentuar la pérdida del apellido Black, (ya que el único varón aún aceptado en la familia era Regulus, y a sus diecinueve años- nacido al mismo tiempo que Narcisa,- no parecía muy dispuesto a casarse) Bellatrix no había tenido descendencia en dos años de matrimonio. Todo aquello, unido a la finura de caderas y a la escasez de pecho de Narcisa, no la hacía la primera opción entre las chicas bonitas y de impecable apellido. Quizá el suyo fuera uno de los más importantes, pero el evidente desequilibrio familiar resultaba ahuyentador.
Y sin embargo ahí estaba Lucius, sosteniendo el anillo en sus largos dedos. Había algo de ansiedad en su mirada. No era una súplica, pues aunque Narcisa no le conocía demasiado juraría que jamás había visto en él tal sentimiento; pero sí habitaba en esos ojos grises un deseo insatisfecho.
-Narcisa Black- empezó. Su voz cogía las palabras y las arrastraba por el suelo, seguro de sí mismo-. Sé mi esposa- ordenó, como si él los estuviera casando en ese instante. Ella bajó la mirada en una especie de instinto a la sumisión, y luego sonrió un poco. Lucius se dio cuenta de que no le había hecho ninguna pregunta y por tanto ella no podía responder, así que rectificó ante la mirada divertida de su padre y de sus futuros suegros-. Es decir... perdona mi impaciencia- esbozó una encantadora sonrisa torcida-. ¿Quieres ser mi esposa?
Narcisa notó que el corazón se le aceleraba un poco y empezaba a transpirar. Podía sentir la sólida presencia de sus padres, uno a cada lado, presionándola y oprimiendo su joven espíritu aún moldeable y sumiso.
-Sí quiero- respondió con calidez.
Lucius cerró brevemente los ojos y contuvo un suspiro. Tendió una mano, esperando la suya. Cuando la recibió, la apretó un instante antes mirar a Narcisa a los ojos y colocarle el anillo.
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𝙉𝙖𝙧𝙘𝙞𝙨𝙨𝙖 𝙮 𝙇𝙪𝙘𝙞𝙪𝙨 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮
FanfictionUna "pequeña" descripción de cómo fue la pedida de mano de Narcissa y de su boda con Lucius Malfoy.