30 Day OTP Challenge ~BangHan

Day 28: Washing Something

Tuvo que tallarse los ojos dos veces para enfocar bien su mirada y concluir que no era una alucinación.

La belleza de esa criatura no podía ser real, sin embargo lo era y le bastaba a Chan con caminar unos cuantos metros para mirarlo de cerca.

Era hermoso, insultantemente bello. Tenía que ser descendiente de la misma Afrodita porque era inconcebible que un simple mortal luciera así de etéreo.

Se aproximó un poco más sin hacer ruido y alcanzó a ver cómo ese hermoso joven con sus pies sumergidos en el estanque tallaba casi con rabia la prenda entre sus manos.

Solo hasta ese momento se dio cuenta de las lágrimas que caían por sus mejillas hacia el cuerpo de agua.

A pesar de que estaba llorando seguía mirándose bello, como si de una escultura o de una pintura trágica se tratara.

Chan se aproximó otro par de pasos hacia el desnudo muchacho llamando su atención y haciendo que sus ojos se abrieran con miedo mientras dejaba sus prendas de ropa en el borde del estanque para ponerse de pie y retroceder varios pasos algo encogido en si mismo con gran temor.

Aunque era evidente que estaba asustado, Chan no pudo evitar que su mirada escudriñara tanto como fuera posible del hermoso ser frente a él. Sus grandes ojos empapados en lágrimas, esos pómulos altos, sus finos labios, el cabello rubio tan sedoso que llamaba a cualquiera a pasar sus dedos entre esos mechones dorados, así como su delgado y fino cuerpo.

Se veía frágil, en especial cuando Chan notó los hematomas en sus brazos, muslos y caderas, el par de cortes en su rostro, y finalmente sus codos y rodillas raspados.

Parecía que ese ser había estado envuelto en una pelea salvaje, pero a juzgar por sus lágrimas no era probable que hubiera resultado victorioso, de hecho miró hacia las ropas que antes lavaba y supo que no pudo haber ganado porque tenían algunas manchas de sangre en la tela.

Chan hizo ademán de acercarse y el chico retrocedió de nuevo con sus grandes ojos inundados en terror cuando le suplicó

"Por favor no me lastimes."

Esa petición desconcertó enserio a Chan, ¿Por qué intentaría él dañar a una criatura tan delicada y hermosa? ¿Por qué alguien querría hacerlo?

Negó suavemente con la cabeza y buscó entre sus cosas una manta que le mostró al chico

"Toma esto." El muchacho miró con desconfianza al objeto y luego a Chan, quién insistió. "Por favor tómala, deberías cubrirte o podrías enfermar."

La desconfianza no desapareció de la mirada del rubio, pero de cualquier forma extendió su mano para sujetar temerosamente un extremo de la manta y extenderla para cubrirse con ella.

Chan suspiró aliviado por haber conseguido esa pequeña muestra de confianza y entonces señaló hacia la ropa junto al estanque

"Déjame colgar eso para que se seque y puedas vestirte luego."

Apenas iba a acercarse cuando el chico murmuró

"Sigue sucio."

Chan alzó la mirada y le preguntó confundido

"¿Qué dices?"

"Todavía no he terminado de limpiarlo."

El rubio se arrodilló a un lado del estanque para continuar tallando las prendas en un intento desesperado por quitarles las manchas de sangre.

Chan se acuclilló a su lado y le preguntó

"¿Estás herido? Puedo ayudarte, traigo algunas hierbas y ungüentos que compré en el pueblo."