Capitulo 2

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El bolígrafo de Ashton había quedado en la mesa y quería devolverselo. Y no, no era una excusa para verlo de nuevo...Bueno, tal vez un poco...

Había estado buscando con la mirada su rostro desde hacía un buen rato. Incluso me cuestionaba que quizá el destino no quería que lo encuentre.

Me levanté de mi asiento. Tal vez él estaba dentro de la casa.

Le propuse a mi amado destino una cosa: Si lo encontraba, le hablaría; Si no, me iría de la fiesta y no volvería a pensar en él.

Supuse que era una buena idea y entre en la sala principal de la casa.

La fiesta seguía su rumbo. Las personas estaban más ebrias ahora y se gritaban cosas intentando pasar sobre la música. Mis oídos no estaban acostumbrados a todo esto.

Divisé un pelo rubio oscuro que, por un segundo, me hizo creer que era él. Suspiré cuando se dió vuelta y no era.

Me sobresalté cuando unas manos me agarraron por los hombros.

-¡______! ¿QUÉ HACES AQUÍ? -Mi mejor amiga se rió condenadamente fuerte.-¿POR QUÉ NO ESTÁS BAILANDO COMO TODOS?

Me alegré de escuchar su voz.

-¿Dónde estabas?

-¿POR QUÉ NO TRAES TU TRAJE DE BAÑO? -Ella traía puesto el suyo, bajo una blusa transparente.

-no grites.

-¿VES ESTO? -Corrió el pelo de su cuello y me mostró una marca roja. -MIKE ME LO HIZO. No sé dónde está ahora, ¿lo has visto?

-¿quién es Mike?

-Un chico demasiado sexy que nunca saldría contigo, así que mantente alejada de mi hombre.

Apreté los labios en una sonrisa falsa. Sabía que estaba ebria y debía perdonarla aunque, cuando hacía ese tipo de comentarios, me hacía pensar si de verdad era mi mejor amiga.

Pense en preguntarle si conocía a un tal Ashton pero, considerando que todo lo que decía lo decía gritando, me callé.

-¡Allá está! -Mi mejor amiga se alejó de mi. Corriendo detrás del supuesto "Mike". Me pregunte si su vista no le había jugado una mala pasada como había hecho conmigo hace minutos.

Observe un poco más la habitación. No había rastros de Ashton.

Me dirigí a la cocina. No había muchas personas ahí. Claramente él tampoco estaba.

Cuando giré para irme por donde había venido, choque con un chico y este derramó su bebida en mi pantalón.

-¡carajo! -La palabra salió de mi boca antes de poder detenerla. Levanté la vista para mirar mal al chico o algo pero ya se había ido.

¡genial! ahora todos pensarían que me había orinado.

Me escabullí entre la multitud de la sala. Agradecí que estaba lo suficientemente oscuro y subí las escaleras.

En el piso superior la música se escuchaba menos. Estaba absolutamente desierto.

Intente entrar en la habitación de  mi mejor amiga pero estaba cerrada con llave.

Finalmente me resigné y entre al baño. Al cerrar la puerta, la música dejó de escucharse.

Apoyé las manos en el lavado y miré mi reflejo en el espejo.

Me veía cansada. Nunca me maquillaba así que mis ojeras se notaban bastante.

La perilla de la puerta comenzó a girar y, en un acto reflejo, me metí en la ducha.

Escuché que alguien arrastraba los pies. Mientras asquerosos chasqueos de besos los acompañaban.

Espié por una rendija que quedaba entre la cortina y la pared. ¡Cielo santo! era él. Ashton Irwin se estaba besuqueando con una pelirroja en un vestido que pasaba el nivel de "zorra".

Me cubrí la boca para no producir el más minimo sonido. ¿El destino estaba de broma conmigo? Había pedido verlo y así le hablaría pero...no podía salir ahora y decir: ¡ey! hola....¿quieres hablar?

Los sonidos comenzarón a subir. Lo chupeteos se conviertieron en gemidos.

Tuve que despegar las manos de mi boca y llevarlas a mis oídos. Me hubiera gusta ponerme a cantar para cubrirlos pero era imposible.

Sus sonídos igual llegaban pero se escuchaban más bajos. Tenía que pensar en algo. Rapido...¡mi casa! sí. Eso. Debia ordenar mi habitación.  Visualicé la ropa en el suelo. El escritorio lleno de papeles. La cama sin armar. Yo sobre la cama; Ashton sobre mi...¡wow! Alto. ¿de dónde salió eso? había una respuesta clara que mi corazón me daba pero la suprimí antes de completarla. No. Apenas lo conocía. Sólo quería verlo para darle su bolígrafo.

Un grito de la pelirroja que acompañaba a Ashton me hizo volver. Ahora sólo se escuchaban sus respiraciones agitadas.

-Deberíamos ducharnos. -Sugirió Ashton.

Maldecí en mi mente.

-Mejor vayamos por unas cervezas. Son casi las dos y tengo que volver a casa a las tres.

Me sorprendí que una chica como ella tuviera toque de queda.

-Bien, como quieras.

Después de unos segundos, ambos salieron dejandome totalmente sola.


Sé que tardo mucho en subir pero me gusta que los capitulos queden casi perfectos. c: espero les guste

No puedo ser tu héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora