(El sueño de Abril)
Silencio. Era lo único que se escuchaba, luego, un simple estornudo, y una tormenta de nieve comenzó. El frío se sentía, la nieve impedía distinguir bien cualquier cosa.
-Lo siento- se alcanzó a escuchar una voz femenina.
-Se supone que tendrías que controlarlo
-No soy muy buena en ello
-¿Una chica de hielo que no sabe controlar el hielo?
-Irónico ¿No es cierto?
-Eres una cínica
-Ya dije que lo siento
-Ya te escuché- la segunda voz suspiró con resignación -¿Por qué no puedes controlarlo?
-Si supiera, ¿No crees que lo hubiera resuelto ya?
-No sé lo que haces o no, solo sé que debemos hacer algo con esos poderes tuyos
-¿Cómo qué?
-Ni idea
La tormenta se hizo aún más intensa, gritos de desesperación se comenzaron a escuchar. La primera chica comenzó a llorar, se sentía frustrada, no podía controlar algo tan sencillo como la nieve o el hielo. De repente, un chasquido, luego nada.
La joven calló desmayada a los brazos de su amiga, todo por culpa de esfuerzo innecesario que provocó la tormenta de nieve.
***
(Michael, punto de encuentro)
-¡Abril, Abril!- gritaba el fantasma, mientras sacudía a la chica humana, que descansaba sobre se cama con expresión de pánico y bruscos movimientos.
Michael volvió a intentar despertarla.
-¡Abril, despierta!
La chica se relajó y abrió los ojos de golpe, por un segundo se sintió un fuerte frío a su alrededor. Ella suspiró, de su boca salió una bruma de vaho, luego todo volvió a la normalidad.
-¿Michael?- preguntó ella mientras se sentaba a la orilla de la cama.
-Abril, perdona por despertarte tan bruscamente, pero parecía que tenías una pesadilla
-No parecía, era otra pesadilla
-¿Otra?
-Sí, no te preocupes, solo son pesadillas
-No para ti, tu parte hechicera puede salirse de control y volverlas realidad
-¿Por eso el frío que se sintió?
-Entonces eres consciente de esos cambios
-Solo algunos
-Con eso basta
Michael sonrió, con esa sonrisa que podría realizar la paz mundial, tan amistosa y alegre, nadie jamás podría estar enfadado teniéndolo a él cerca. Abril lo miró con felicidad, fue tanta que no pudo controlar su cuerpo, que se lanzó al fantasma y lo abrazó.
-Me da gusto verte- dijo Abril, mientras agradecía que en ese lugar pudiera tocar a Michael, y no atravesarlo, como en otros sitios.
-A mí también- contestó él, correspondiendo el abrazo.
-¿Qué horas son?- preguntó Abril una vez que se hubieron separado.
-Es temprano- contestó Michael, con un encogimiento de hombros bastante sutil.
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Abril, voz de inocentes [Crónicas de Abril #2]
FantasíaSegunda parte de "Los Juegos de Mohamed" Después de poder sobrevivir a los terribles Juegos de Mohamed, Abril tendrá que poder adaptarse a todo lo que la rodea, no solo por las molestas interrogantes de todos los que conoce, sino que mentalmente par...