No pensé que su mirada fuera cautivante o que su sonrisa fuera pegajosa hasta que me dedico una ladeada… en fin, enhorabuena eh, ahora hazme el favor y habla con él me dice mi cerebro y consciencia.
-un gusto Nathan Díaz, así qué ¿Por qué vienes a un curso como este?- le pregunté alegremente y con una sonrisa que no dejaba ver lo que pensaba realmente o la emoción que tenía de hablar con un extraño que tarde o temprano se haría mi amigo.
-pues, era el único curso disponible y nadie más en mi lugar estaba interesado- se encogió de hombros restándole importancia al asunto.
- ¿Habías venido antes? Porque la verdad yo no, casi me pierdo de calle- añado relajadamente, no me importa lo que piensen, soy yo y a menudo mi comportamiento es criticado.
-Es mi primera vez acá, solo que vine días antes a verificar la dirección, ya sabes caminar y eso, mayormente pase cuando volvía de mis clases de inglés-dice él con el mismo entusiasmo, le gusta el inglés, se le nota sus ojos se iluminaron.
-¿Te gusta el inglés?- digo por si las dudas pero mi emoción es palpable.
-me encanta, llevo yendo a estás clases durante casi 2 años – dijo despreocupadamente, su pelo parecía hecho en fuego y su cara era atractiva cuando se emocionaba.
-¡Wow! Eso es disciplina, la verdad yo llevo solo 6 meses yendo y es genial, apenas voy por los condicionantes y el present perfect continuos, me imagino que ya no temes hablar en público.-dije realmente interesada en el tema, alegre de que esté chico valorará los buenos idiomas y de al menos poder mantener una sana y entretenida conversación con él.
- Me sigue dando vergüenza de hecho, es como si tuviera miedo de decir una palabra mal o que lo que quiera decir sea malinterpretado-se encogió de hombros realmente apenado.
- Es de todos realmente equivocarnos alguna vez sabes, por ejemplo yo cuando iba a tercer grado le dije mami a la maestra- dije con una cara que por alguna razón le dio risa.
Nathan se puso a reír y mi cara cada vez se ponía más roja hasta que vi su cara torcer de la risa, era una cómica me pareció a la de un mono, este pensamiento me hizo reir y me le uní a sus carcajadas .
-Eso a todos nos ha pasado -dijo entre risas-pero no había visto a nadie que se pusiera roja a esa velocidad y tu cara mi deos, es muy cómica con tus gestos.
Al verlo en ese estado todo relajado comprendí que era una persona que decía las cosas sin pelos en la lengua, pura y netamente sincera, eso para mí sorpresa fue algo asombroso,de repente me fijé en que su mirada permanecía en mi persona, esperando mi respuesta.
-Me hago la indignada y mi tono sale algo agudo-No seas así, que cruel-no puedo contener mi risa y digo- moriré ante tu declaración.
-¿Ves? Eres toda una drama Queen Alejandra y bueno cuéntame ¿Cuál es tu comida preferida y cuál odias?- hace un gesto con sus cejas y pone cara interesante.
Él no sabe que con ese gesto me estaba intrigando con sus acciones, por alguna razón me siento libre, como si lo conociera de toda la vida y quisiera que aún estuviera en esta durante años.
-La lasaña, la amo con toda mi alma, ese sabor a queso derretido …. Uff- mi cara debe parecer un poema con la sensación de placer que me invade en solo pensar en la comida, es tan deliciosa, no te engaña, es memorable y la perfección- y lo que más odio es la pacalla ¿Sabes lo amarga que es esa cosa horrible? Piensa que estás besando a un sapo así se siente, por cierto y ¿La tuya cuál es? ¿Qué comida odias?
-Nathan me mira y dice- mi comida preferida es la pizza y la que más odio es en definitiva los macarrones, ugg me imagino lombrices cuando veo eso-su cara muestra incomodidad, casi quiero reír, pero ya he criado mi propia granja de lombrices y estás al principio pueden parecer asquerosas pero no lo son del todo, el huerto lo agradece.
-Yo crié una granja de lombrices y la verdad son unas grandes amigas-digo burlonamente al ver la cara que hace, de asco por las lombrices, quiero reír pero este atractivo pelirrojo hasta con esa cara se ve bien, lastima que yo me fijé en los sentimientos y personalidad para establecer amistades y demás- hasta platicaba con ellas sobre cómo me echaban la mano en hacer crecer las plantitas.
-no entiendo cómo es que puedes hablarme de eso tan casual, eso es asqueroso lo repito pero supongo que yo prefiero besar a un sapo o comer pacallas-me molesta él y arquea una ceja, una muy bien poblada, de repente el aura cambia y nos anuncian que debemos pasar al salón de robótica.
-bueno jóvenes, ya llegó el maestro así que pilas eh, el lugar está subiendo las escaleras recto a mano derecha-dice una mujer de cabello rizado y negro, es hermosa.
Willian sube alegremente y yo le sigo con la intención de descubrir dónde rayos está eso en este impresionante edificio, que guarda más que arte y palabras, tiene mucha inspiración en si.
Cuando llegó al final de las escaleras me acuerdo de que deje a mi recién amistad hecha atrás y con la intención de ver dónde viene, volteó a ver y resulta que el está detrás de mi, observando algo que no se que es, pero está mirando hacia mi, así que yo opto por seguir caminando hasta llegar a un lugar que tiene pantallas grandes y táctiles, computadoras Apple y HP en hileras, unas cajas con un montón de piezas diminutas están en fila y una mesa larguísima dónde se nos espera al cerrar la puerta, el salón es muy grande y hasta aire acondicionado tiene.u
-¡Es espacioso! -digo realmente sorprendida y llamo a Nathan-Mira Nathan las computadoras, son magníficas … este curso será maravilloso.
-Él me mira a los ojos y dice- Ya lo creo, está lleno de sorpresas definitivamente, lo aprovecharemos al máximo Alejandra, eso tenlo por seguro-me dijo bien determinado y con una sonrisa alentadora.
Después de una exhaustiva charla sobre la robótica y las máquinas simples, de los días que vendremos y el contrato que tenemos que firmar, sobre porqué es una beca y explicarnos detalles menores, por fin podemos salir de las espaciosa sala, firmo en mi fila y pongo mi número de teléfono, no puedo evitar notar el nombre de Nathan arriba del mío, al parecer su primer nombre es Carlos, saboreo ese nombre y bueno, él se acerca y por accidente cuando el va a firmar nuestros manos se rozan, su tacto es agradable y reconfortante, lo miro a los ojos y me aparto.
Él termina de firmar y se queda parado observándome con una sonrisa sexy, de esas moja bagras me dice.
- Ven vámonos juntos – y se coloca su alpina, camina y yo le sigo- dime qué ruta tomas para ir a tu casa- dice mientras caminamos a un ritmo relajado- para saber si nos iremos juntos todo el trayecto o no.
- Pues yo agarro la 22 por el árbol de la paz y ahí es mi parada.
- Yo allí me bajo también- me dice mientras se detiene para pasar la calle, la parada de bus está en el otro lado, es mi primera vez en una calle sola, así que lo sigo apresuradamente.- sabes yo vivo por la avenida 23.
- Vives lejos …- digo y luego suelto un saltito de alegría al ver que ya estoy en la parada 22 -yo vivo más cerca por el Buenos Aires.
El bus se detiene y Nathan me cede el paso, le pago al motorista y me siento en el segundo asiento, no espero que él se siente porque se que a él le gusta la parte trasera y bueno creo que me habló porque ya estaba aburrido o se sentía solo, para mí sorpresa él se sienta a mi lado y roza sus hombros con los míos e incluso se acerca más.
Conversamos y sin verlo venir su presencia se volvió importante, era animado, lo noté, nos despedimos.
En ese momento ninguno de los dos sabía que se fusionarían entre cojinetes y conectores, que sus circuitos se sincronizarían aunque su extraña comodidad a pesar de ser extraños era impresionante.
Esa noche Nathan no pudo evitar sonreir al recordar en la cena las pacallas, ya que eso sirvió su madre, no podía creer que una chica fuera tan parlanchina y un poquito extraña de buena manera ¿Quién en su vida le gustaría tener una granja de lombrices? Nadie en su vida para él, dicho eso soltó una carcajada, de esas que pocas veces le salían, no se había sentido tan cómodo con una extraña, no después de su Ana.
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Hola volví, ¿Qué les pareció el capitulo? Las lombrices si fueron verdad, se me pusieron flaquitas y murieron, en fin agradezco que lean y agradecería que si te gusta esta historia.
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El curso
Teen FictionAlejandra, una estudiante ejemplar y pervertida con actos de locura, sin pelos en la boca; la cual los caprichos por chicos le durán 3 semanas, es reclutada por su maestro para una misión: aprender robótica y dejar en alto la institución. Pero la vi...