𝐌𝐚𝐫 𝐇𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐫 || ❝Qᴜɪᴇɴ ᴠɪᴠᴇ ᴅᴇ ɪʟᴜꜱɪᴏɴᴇꜱ, ᴍᴜᴇʀᴇ ᴅᴇ ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅᴇꜱ❞
𝐏𝐚𝐢𝐧 || Mar Hendier, una chica que fue obligada a jugar al deporte que más detestaba en ese mundo: El Fútbol. Ese simple juego le había arrebatado a su padre, sus sueñ...
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Aquella tensión seguía tan presente como en un inicio. Ese incómodo ambiente no sólo estaba empezando a afectar el rendimiento de algunos jugadores del equipo, sino también a dos albinos que se estaban comenzando a hartar del comportamiento de cierto peli-ceniza.
Puede que para algunos ignorar aquello fuera sencillo. Pero Terry no lo veía de esa forma, no soportaba siquiera que alguien le dirigiese una mirada con el mínimo desprecio en ella, no lo aceptaba, y para eso, siempre tuvo el ideal de demostrar lo opuesto y evidenciar de lo qué era capaz.
Pero al contrario, Mar le importaba más bien poco el aborrecimiento que sentía el de apellido Di Rigo hacia su persona. Dejó totalmente el tema de lado y se centró en entrenar a su equipo y hacer que éste ganase los siguientes partidos a toda costa, tenía claro su objetivo, y no iba a permitirse dejar influenciar por unos estúpidos sentimientos de rencor.
O eso creía hacía una semana...
[...]
Al momento que cada jugador tomó asiento en su respectivo puesto, Zippy interpretó eso como luz verde para emprender su explicación:
—Esta es la información de nuestros próximos oponentes —Aclaró peli-violeta mientras mostraba en la amplia pantalla de la sala de reuniones un informe sobre el equipo con el cual jugarían en el siguiente partido —Los Big Waves de Australia. Según los datos tienen una nota media de por partido como 7.77, y siempre ganan por una gran diferencia de goles.
Y tan sólo después de haber pronunciado esas palabras, Víctor alzó la voz, con intenciones de comentar algo sobre la información dictada por el de apellido Lerrner.
—Así que es un equipo con un ataque impresionante —Habló el peli-azul con un deje de sorpresa en su voz. Esa observación por parte del oji-mercurio hizo a Mar reflexionar unos segundos.
—La cuestión ahora es como defendernos de ellos... —Secundó ella en un murmuro mientras cerraba los ojos, pensativa. Tras unos escasos segundos, pensó que la mejor forma de combatir aquella situación era tener una idea original puesta de ante mano — Pensaré en un plan de entrenamiento para eso, ¿Os parece bien? —Preguntó paseando sus ojos en su equipo de principiantes, buscando su aceptación o negación ante aquello.
Nadie objetó nada, todos los presentes asintieron con la cabeza conformes con la idea... menos cierta persona la cual chasqueó la lengua sin siquiera disimular su inconformidad con la idea de la chica. Y adivinad quién fue... exactamente.
—¿Tienes algún inconveniente, Riccardo? —Inquirió la de orbes azules al recién nominado con una ceja arqueada. Si tenía algún problema que se lo reprochase de cara y no refunfuñara por lo bajo.
