Capítulo 2

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James
Buffet jurídico "Maslow"/ Enero, 2014

Dos años desde que me gradué, dos años han pasado desde que supe que iba a ser padre, y el mismo tiempo que llevo al mando de este Buffet.

Hasta cierto punto llega a ser ridículo que a mis veinticuatro años tenga tantas responsabilidades, cuidar de una hija, sostener una empresa y seguir con mi propia vida.

Si pudiera cambiar un solo día de mi vida, quizá escogería mi graduación; aunque amo a Ashley, no niego que no estaba listo aún para ese cambio tan radical en mi rutina.

Chris y Jesse, unos de mis amigos, decidieron celebrar nuestra titulación en uno de los sitios más exclusivos de San Diego. Todo era alcohol y música hasta que ellas llegaron. Halston, Trysha y Josephina entraron al lugar, zarandeándose entre las mesas y buscando llamar la atención de cualquier hombre. Nosotros fuimos con ellas, tomamos un par de copas y después buscamos un lugar más "íntimo".

Halston y yo salimos en mi auto hasta el primer motel de mala muerte que se nos cruzó en el camino. Nunca pensé que esa pequeña noche me traería tantas consecuencias.

Después de la lujuria del momento, salimos de allí. Había varios policías que nos inculpaba de tráfico de drogas sólo por encontrarnos un par de cigarros en la bolsa del pantalón y por las falsas alarmas del gerente del lugar. Pagamos una fianza y salimos todos libres del problema. Habíamos prometido volver a verlas, cosa que Jesse y Chris obviamente no cumplieron. Después de un mes, recibí una llamada a mi nuevo trabajo. Halston necesitaba verme y hablar conmigo. Para ser honesto, casi no recordaba quién era pero al encontrarme con ella en la cafetería la reconocí vagamente. Sus argumentos eran totalmente válidos y fundamentados; cualquier duda la disipé en cuanto puso esa prueba de embarazo en mis manos.

El mundo se volvió contra mí; tuve que enfrentar el rechazo de mi padre, de la familia de Halston, alejé a algunos de mis amigos y eché por la borda mi noviazgo con Peta, pues ni siquiera me dejó hablar, simplemente se olvidó de mí y ahora se le puede ver campante con Beau, su prometido.

Después de todo esto, entendí que el amor en una pareja es muy difícil. Es sumamente complicado hallar a una persona que realmente te apoye en cualquier situación, buena o mala. El día en que, si aún es posible, yo logre encontrar a una chica que me entienda y no busque alejarme de mi hija, sabré que es ella la indicada y nunca la podré dejar ir.

Parecerá cursi y estúpido, pero me gustaría poder formar una familia junto con Ashley y una pareja, no sé, sería bueno para ambos. Pero por el momento, me limito solamente a mi pequeña, sin buscar ningún tipo de compromiso amoroso.

Intenté llevar una relación armónica con Halston, quizá poder formar una familia estable, pero obvia y notoriamente no fue posible. Ella sólo se interesaba por misma; le preocupaba más que el color de sus uñas combinara con su bolso que nuestra hija. Hasta cierto punto era frustrante su indiferencia con la pequeña, pero aún guardo una mínima esperanza en que llegue a querer a Ashley.

(...)

-"Y entonces, el conejo blanco saltó con su sombrero en la mano, gritando desesperado por llegar tarde al castillo de la reina de corazones.-leí con un ademán.-Alicia lo miraba entretenida para después perseguirlo camino abajo..."

-Papá.-balbuceó Ashley. Cerré de golpe el libro y me incliné hacia su cuna.

-Repítelo, por favor.-pedí con emoción. Era ésta su primera palabra, y también la primera vez que yo escuchaba que alguien me llamara así.

-Papá.-rió mi pequeña. La abracé con fuerza y con todo el amor que puedo tener en mí.

-Te adoro, mi princesa.-besé su frente. Seguí leyendo un poco hasta que la noté dormida, tomé mis cosas y fui a mi habitación. Halston estaba agachada en uno de los cajones sacando discretamente una bolsa de tela negra. La guardó rápidamente en su escote y volteó a mirarme con evidente nerviosismo.

-James, hola.-habló.-¿No estabas con Ashley?

-Halston.-saludé.-Ella ya está durmiendo, no había caso en que me quedara allí.

-Podrías tocar la puerta antes de entrar, ¿sabes?

-Te recuerdo, Halston, que esta es mi casa y habitación. Puedo hacer lo que me venga en gana.-bufé.-Además, ¿qué guardaste allí?

-Nada.

-No creo que algo muy bueno si lo escondes en un paño negro.

-¿Acaso no confías en la madre de tu hija?

-Para ser sincero, no. Se me hace casi imposible confiar en ti, de echo, confío más en mí estando ebrio que en ti teniendo tus cinco sentidos.

-¡Estúpido!-me dio una bofetada.

-¿Qué?-dejé pasar su agresión.-Yo sólo fui sincero.-alcé los hombros.

-No, imbécil, eres un hijo de...

-¿De qué?-la interrumpí.-No voy a tolerar que hables y te comportes así en la misma casa de mi hija. Lárgate de aquí, por favor o llévate tus porquerías fuera de mi habitación.

-No sé como dejé que mi hija te conociera.-fingió tristeza exagerada.-Estaría mejor sólo conmigo.

-Es mi hija también, te lo recuerdo. Y si no quieres que te demande por uso ilícito de éso, como la última vez, sácalo de mi casa.-contesté molesto. Ella se acercó demasiado a mí. Olía a tabaco y alcohol, por lo que pienso que quizá estuvo en alguna cantina o algo por el estilo. Ella, al ver mi falta de miedo, levantó con orgullo la barbilla y me retó.

-Mira, James, que cualquier cosa que yo decida hacer fuera de aquí es mi problema. Sólo te lo dejo como recordatorio.

-¿Qué?

-Vuelves en tu vida a opinar de ésto.-sacó la bolsa negra.-Y nunca verás a Ashley nuevamente.

-¡No puedes hacer éso!-me exalté.

-Puedes ser el mejor abogado, James, pero no vas a tener las suficientes pruebas a tu favor. Sólo te lo recuerdo.

-¿Argumentos para qué?

-Sólo digo.

"Necesito tu amor" con James Maslow♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora