Capítulo 23

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—¿Se encuentra bien? —preguntó la señora Kim volviendo a sentir esos nervios en el estómago, contagiando a su esposo y a Jungkook

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—¿Se encuentra bien? —preguntó la señora Kim volviendo a sentir esos nervios en el estómago, contagiando a su esposo y a Jungkook.

—Físicamente, sí —dijo seguro—. Estábamos esperando que la droga pasara e hicimos un análisis para ver cuál era. —Sacó una carpeta con papeles y se los enseñó, señalando lo que habían encontrado en el laboratorio—. La droga es el ácido gammahidroxibutírico o conocido por sus siglas como GHB, es una droga común que se usaba en los sesenta como analgésico ya que es un depresor para el sistema nervioso central, no causa efectos secundarios en las personas pero sí las manteniendo en un estado vulnerable mucho tiempo antes de noquearla —explicó viendo la cara de la pareja, también a Jungkook, por eso elevó un poco la voz en mitad de esta porque al final parecía alguien importante en la vida de su paciente y mantenía la distancia sólo porque, aún, no era parte de la familia—. Lo que me preocupa más que nada es su estado mental —comentó—. Podemos mantenerlo aquí hasta que despierte y veamos que su cuerpo no tiene rastro de droga, pero no me sorprendería que muestre episodios de pánico o agresión cuando deje de estar sedado, el intento de violación no sólo se caracteriza por un trauma físico, es más daño psicológico que sufre una persona que el físico, por eso le queríamos recomendar llevarlo a un psicólogo y que descanse hasta que esté bien —dijo con una sonrisa para inspirar confianza—. También controlamos su nivel de glucosa, no se preocupen, los nervios y el shock le hicieron un poco mal, pero nada de qué preocuparse, pudimos estabilizarlos.

—¿Podrá seguir con la universidad si mejora? —cuestionó su padre, pensando que ya estaba fuera de peligro, al menos físico.

—Dependerá de cómo se recupere, algunos pueden, otros no, eso podrá confirmarlo un psicólogo. —El doctor les tendió un papel con un número, la señora Kim lo guardó y suspiró.

—¿Podemos pasar a verlo? —preguntó con el corazón en la mano.

—Claro, por aquí, por favor.

El señor Kim giró a ver a Jungkook, éste tenía las bolsas en sus manos, éste se sentó y le dio una sonrisa reconfortante mientras el mayor avanzaba con su esposa hacia la habitación donde estaba Taehyung. La sonrisa decía que iba a esperarlo aquí, que ambos se aseguren que el castaño esté bien y pueda volver a casa e intentar, al menos, poder cerrar los ojos un rato en casa.

Los padres de Taehyung entraron a la habitación y la señorita Kim rompió en llanto al ver a su bebé tendido en una cama, tenía el respirador y según el doctor seguían esperando que se pase el efecto de la droga. La mujer se acercó rápidamente y empezó a acariciar el cabello de Taehyung, dulce y suavemente, como sólo una madre sabía hacer.

Minhyuk se fue hacia el otro lado y tomó su mano, acarició suavemente los nudillos de Taehyung y las horrendas marcas de dedos que tenía en su mejilla, según los doctores, le habían tomado las huellas para que se sepa quién era el agresor, más los testimonios de las personas del tren junto a las cámaras de vigilancia de la estación y en especial que Jungkook le había hecho el daño suficiente, sería una víctima fácil de identificar y él mismo se encargaría que le den la pena máxima y termine pudriéndose en una cárcel por atravesé a tocar a su hijo.

—No puedo creer que le hayan hecho esto justo a él, Taehyung es tan decente, no mataría ni a una mosca, no puede comer azúcar y les tiene miedo a las ranitas, simplemente no entiendo quién quisiera hacerle daño —sollozó besando muchas veces la frente de su hijo.

—Hay personas muy malas en el mundo, Hyerin, no les importa que tan buenos sean, mientras puedan dañar y conseguir su cometido, tomarán a cualquiera persona que les parezca conveniente.

—Afortunadamente Jungkook estaba ahí para salvarlo, sino la historia sería incluso peor.

El señor Kim se quedó callado, pero terminó asintiendo—. Tienes razón.

—Cuando Taehyung salga de aquí, podemos invitarlo a cenar, será de gran ayuda para los dos. —Sonrió con esa dulzura que se le caracterizaba—. Además, se nota que te conoce y te admira, ¿viste su rostro cuándo descubrió quién eras?

—De acuerdo, pero ahora hay que preocuparnos por TaeTae. —Ignoró la última parte—. Hay que conseguir un psicólogo y llamar a la universidad para explicar la situación. También tenemos que mantenerlo tranquilo, no sabemos cómo puede reaccionar cuando despierte.

—Descuida, creo que lo más duro va a ser el que vuelva a querer salir a la calle sin tener miedo de todas las personas.

—No sólo para él, para mí también.

Ambos se quedaron unos minutos más, dejaron un beso en cada mejilla de Taehyung y lo dejaron descansar, su pobre corazoncito no merecía esto y no sabían si podían quedarse toda la noche. Al salir, Jungkook estaba con los hombros caídos, la mochila entre las piernas y el celular en las manos. Las bolsas con comida estaban suavemente apoyadas a su lado y se veía cansado, muy cansado y preocupado.

Levantó la cabeza cuando escuchó los pasos y se acercó a los mayores con algo de preocupación—. ¿Está bien?

—Fuera de peligro al menos —rió suavemente la dama—. Aún sedado, pero nos dijeron que deberá despertar pronto.

Jungkook asintió más tranquilo.

—Es tarde, ¿no deberías volver a casa? Dijiste que vives en Daegu, si sigues aquí, no tendrás los trenes —explicó el señor Kim—. Puedo llevarte si lo necesitas.

—Oh, no. Por favor, no, estaba esperando para saber cómo estaban, me iré ahora, mañana tengo universidad y voy a ir peor que un zombi si no duermo al menos un par de horas.

—¿No quieres pasar a verlo? —cuestionó la señora Kim, peinando su cabello.

Jungkook se quedó mudo unos momentos antes de hablar—. No me concierne, no soy un familiar —dijo—. Además, no creo soportar verlo inconsciente de nuevo, los recuerdos van a matarme.

Ambos asintieron y se despidieron del menor con un apretón de manos y unas palabras que se cuidase rumbo a casa.

Fue a la estación y tomó el tren, en media hora estuvo en casa, dejó sus cosas en su habitación y fue a tomar una ducha, pero cada que cerraba los ojos sólo podía ver a Taehyung en esa situación tan delicada y quería matar a ese hombre.

Por eso tuvo que recurrir a una medida desesperada.

Tomó su teléfono y marcó un número. Esperó unos momentos antes que una voz femenina y conocida lo atendiera del otro lado.

—¿Hola?

—Hola mamá. —Sonrió amargo—. ¿Puedo hablar contigo de algo?

 ¿Puedo hablar contigo de algo?

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Nota:

Ayer no puede actualizar, así que este es el capítulo que correspondía. Más tarde estaré publicando el del día de hoy^^

Pregunta del capítulo: ¿Qué tan malo consideran que son los daños psicológicos?

Seoul station [Kooktae] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora