| 𝑨𝒛𝒊𝒓𝒂𝒑𝒉𝒂𝒍𝒆 𝑭𝒆𝒍𝒍: 𝑲𝒊𝒅𝒏𝒂𝒑𝒑𝒆𝒓 | 𝑮𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒎𝒆𝒏𝒔 |

Capítulo 07

Capítulo dedicado a auto_infernal, wahoo!

¿Alguien quiere una dedicación para el siguiente capítulo?✨

Tranquilos, los que pidieron dedicación en el capítulo anterior, tendrán dedicación en los siguientes publicados, no me pasaré sus peticiones 7u7

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Crowley:

Cuando aparqué en casa de Aziraphale a la mañana siguiente, él y su hermano estaban parados en el patio de adelante con sus brazos cruzados mientras tenían su atención pegada en la casa que estaba cruzando la calle. Warlock y Angie entraron por su cuenta, así que caminé y me paré junto a Aziraphale.

—¿Qué estamos mirando? —las palabras apenas habían salido de mi boca cuando Michel salió de su casa con sus sábanas en la mano. Las arrojó furiosamente en un bote de basura y les prendió fuego antes de gritar y regresar adentro.

—Ha estado con eso toda la mañana —dijo Aziraphale —. Aparentemente no sabe cómo usar una lavadora, porque eso quita el polvo pica-pica.

—¿Como que eso hace que se antojen unos s'more, no? — dijo John —. Iré por los malvaviscos —se dio la vuelta y entró.

Michel salió de nuevo con el brazo lleno de ropa. Gritó de nuevo y los arrojó al cesto, haciendo que las flamas se hicieran más altas—. ¿Quiero saber? —pregunté.

—Idea de John. Michel nos echó a la policía, así que entramos a su casa y rociamos sus cosas con polvos pica-pica —explicó Aziraphale despreocupadamente.

Asentí. Sabía que tenía que ser algo como eso. Era aterrador cómo las cosas que él hacía empezaban a tener sentido para mí—. Mamá accedió a cuidar a los niños esta noche. Ella y papá quieren llevarlos al Chuck E. Cheese's.

—Mierda —esa no era la reacción que estaba esperando. Aziraphale se giró rápidamente hacia mí—. Viene para acá —eso me hizo sentir un poquito mejor.

—¡Esto es un ultraje! —gritó Michel mientras se acercaba. Su cara tenía tres tonalidades de rojo.

—Lo sé —contestó Aziraphale sonando completamente escandalizado—. ¡No puedo creer que hayas besado a mi hermanito!

John escogió ese momento para aparecer con una bolsa de malvaviscos y un gancho para la ropa—. Hey, Labios Candentes.

—Yo... él... —balbuceó Michel. Entonces gritó otra vez y se regresó a su casa.

Aziraphale suspiró—. Amo este vecindario.

No pude evitarlo, pero miré boquiabierto a John —. ¿Besaste a Michel?

Se encogió de hombros—. Tienes que hacer lo que tienes que hacer. Y no planeo hacer repeticiones instantáneas tampoco. No importa lo que ella diga, yo creo que se corrió — John se estremeció ante la idea.

—Más te vale no volverte heterosexual. De otra manera, habrá un montón de tipos enojados en este pueblo —advirtió Aziraphale.

—No puedo creer que dejo a mis niños con ustedes, gente —los molesté—. Mamá vendrá a recogerlos a las cuatro. Yo vendré por ti a las cinco.